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Tras décadas de conflicto, el café vuelve por fin a Caquetá
ESCRITO POR JACK NEIGHBOUR
FOTOGRAFÍA DE RENA EFFENDI
VOLVER A LAS MONTAÑAS
En las profundidades de la Amazonia colombiana, la densa selva y las abundantes precipitaciones generan las condiciones ideales para cultivar café. Cuando el acuerdo de paz firmado en 2016 acabó con cinco largas décadas de conflicto en la zona, los caficultores expertos Don Fernando Pedreros Muñoz (a la izquierda) y Don Édgar Otavo Martin (a la derecha) se inscribieron en el Programa AAA Sustainable Quality™ de Nespresso para hacer del cultivo de café una forma viable de sacar adelante a sus familias.
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EL CAFÉ SE ABRE PASO EN LA SELVA
Los árboles del café arábica adoran la sombra y crecen en tierras altas a temperaturas bajas, lo que convierte las densas, húmedas y montañosas selvas de Caquetá en invernaderos naturales donde cultivar café de alta calidad. Aunque este entorno es ideal para cultivar el café amazónico característico de Caquetá, el terreno accidentado y las lluvias estacionales crean retos para los agricultores. Entre ellos, la baja productividad de las plantas del café, la falta de acceso a maquinaria moderna para procesarlo o la ausencia de infraestructura para llevar el café al mercado. Por suerte, los programas de formación especializados están ofreciendo una solución a estos problemas.
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UN LEGADO DEL QUE ESTAR ORGULLOSOS
Don Fernando compró la finca a sus padres hace 12 años y, para él, el cultivo de café es mucho más que una forma de ganarse la vida. Es su legado: algo que le entregaron sus padres y que quiere ceder a sus propios hijos. Desde que trabaja con el programa AAA, ha podido comprar una granja más grande y se está convirtiendo en una figura respetada en la que la comunidad confía. Otros caficultores acuden a él para pedirle consejo sobre cómo unirse al programa, después de ver el efecto positivo que su café de calidad está teniendo en la reputación de Caquetá.
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CAFÉ DE CALIDAD SIGNIFICA TIEMPO DE CALIDAD
Don Fernando disfruta de un descanso bien merecido con su familia. Desde que se asoció con Nespresso, ha recibido ayuda y formación agrícola continuadas. Esto le ha llevado a aumentar la productividad de su finca, lo que se traduce en ingresos más cuantiosos y consolidados. Consciente de que ahora el café es un negocio fiable y una fuente de ingresos estable, Don Fernando puede mirar más allá del día a día y planificar un futuro más seguro con la ampliación de su plantación. Tiene la tranquilidad de que podrá sacar adelante a su familia y pasar más tiempo relajándose con sus hijos.
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TRASPASAR LO APRENDIDO
Al igual que sus padres, Don Fernando conoce las particularidades de producir arábica de gran calidad. Participar en el Programa AAA Sustainable Quality™ de Nespresso le está ayudando a mantener el rico legado caficultor de su familia y a transmitir sus técnicas tradicionales y las nuevas prácticas sostenibles de Nespresso a sus hijos.
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EL CAFÉ ESTÁ REGRESANDO
Don Édgar es otro caficultor de la región. Su familia producía arábica antes de que los conflictos políticos de la zona los llevaran a tomar la dura decisión de dejar su casa. Durante este tiempo, la amenaza de que el conflicto se propagara hizo que cultivar y transportar el café fueran tareas poco seguras. Incluso encontrar a trabajadores que recolectaran la cosecha resultaba casi imposible. Pero ahora que la paz ha vuelto a la región, los caficultores como Don Édgar han podido regresar y, a través de la formación y el comercio con Nespresso, han reconstruido sus fincas hasta convertirlas en negocios viables.
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LAS CARRETERAS DE CAQUETÁ SON DIFÍCILES DE ENCONTRAR
Don Édgar conduce a su mula de carga por un puente a lo largo de la empinada ruta rocosa desde su plantación hasta la cooperativa local. El terreno montañoso de esta región hace que algunos caficultores estén a una hora o más de la carretera más cercana, lo que dificulta a las familias el transporte de la cosecha. Las mulas siguen siendo la mejor manera de llevar el café al mercado, pero la infraestructura está mejorando, y el precio superior que perciben por el grano de calidad hace que la caminata merezca la pena.
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UN FUTURO PROMETEDOR
Para muchas parejas de Caquetá, el cultivo de café define su modo de vida. A menudo es la fuente de ingresos primordial para mantener a su familia, pero también es el amor de una vida y la tradición que quieren pasar a sus hijos. Tras un periodo turbulento que casi acaba con esta forma de vivir, por suerte y con la ayuda, la formación, el equipo y la inversión constante en infraestructura adecuados, los caficultores están recuperando la pasión por mantener vivas estas tradiciones. Parece que, durante los próximos años, esto contribuirá a que el mundo siga disfrutando de su magnífico café.
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