Un pequeño caficultor costarricense abre camino en el cultivo sostenible de café

Luis (izquierda) trata todo lo que tiene que ver con el café con su agrónomo y amigo, Fernando Segura (derecha). Luis forma parte de una segunda generación de caficultores y, despúes de trabajar un tiempo como taxista, decidió volver al cultivo, pero hacerlo de una forma completamente sostenible. Desde entonces, se ha unido al Programa AAA Sustainability de Nespresso, donde conoció a Fernando. Ahora trabajan estrechamente para probar métodos nuevos que mejoren constantemente la productividad y la sostenibilidad de la plantación. 
 

La clave para gestionar una plantación de café sostenible es nutrir el ecosistema natural en el que se ubica, y los árboles favorecen esta práctica. Luis cuida de árboles que no son de café, porque sabe que su cosecha depende de ellos. Al tratarse de una región particularmente ventosa, los árboles protegen las delicadas plantas del café frente a las ráfagas de aire, evitando que la tierra se disperse, y proporcionan sombra para que el fruto de cada grano pueda madurar correctamente. Las hojas que caen de estos árboles también nutren la tierra que los rodea, y los pájaros que se refugian entre las ramas mantienen bajo control las poblaciones de insectos. 
 

Es evidente que resulta necesario encontrar una fuente de agua para cultivar la cosecha, pero dar con el equilibrio adecuado al utilizarla no suele ser fácil. Cuando preparaba su plantación, Luis tuvo que encontrar un suministro fiable de agua para regar su café. Con la formación que le impartió Fernando, entendió la importancia de poner árboles que ejercieran como barrera entre sus plantas del café y el río para evitar que la tierra, los fertilizantes y otros ingredientes orgánicos llegaran al agua y la contaminaran. Esta barrera natural de árboles también contribuye a mantener la salud de las plantas, ya que sus raíces evitan que la tierra acabe demasiado húmeda, lo que podría dar lugar a la formación de hongos causados por la humedad y al desarrollo de enfermedades. 
 

Luis recoge las cerezas rojas y maduras producidas gracias a los cuidadosos métodos de cultivo que le ha enseñado Fernando. Una vez convertido en todo un experto en el cultivo de café, Luis quiso dar un paso más allá y aprender técnicas modernas que le permitieran ampliar su producción y garantizar la continuidad de su plantación. Al unirse al Programa AAA pudo acceder a estos conocimientos pero, más allá de eso, tanto él como Fernando están descubriendo juntos cómo probar nuevas prácticas y adoptarlas para mejorar otras plantaciones del programa. 
 

Fernando se une a Luis para podar un cafeto que crece en la sombra. Podar las ramas amplía la vida útil del árbol y contribuye a mantener una producción de cerezas del café tan alta como sea posible. Si se deja que los árboles crezcan demasiado, ocurre lo contrario: la productividad cae y los árboles necesitan ser reemplazados mucho antes. Encontrar el equilibrio perfecto es un proceso continuo con el que a Luis y Fernando les encanta experimentar. 
 

En su labor al frente de una plantación sostenible, Luis también debe cerciorarse de que gestiona de forma viable la mano de obra. Lo consigue contratando a trabajadores estacionales y asegurándose de que las condiciones laborales sean excelentes. La formación que puede ofrecer a sus empleados garantiza que sabrán seleccionar las cerezas adecuadas y en el momento correcto. Se trata de un enfoque circular, puesto que cuando recibe un precio superior por el grano de calidad que recolecta, también puede pagar un buen sueldo que anima a la gente a volver cada temporada. Esto hace que merezca la pena el tiempo que invierte en formarles. 
 

Luis muestra orgulloso una "cajuela" llena de cerezas de café: una caja de metal que se usa como unidad de medida para calcular el volumen de su cosecha. Una cajuela equivale aproximadamente a 12,5 kg de cerezas recién recolectadas. Todos sus esfuerzos al trabajar con el Programa AAA para crear el equilibrio ecológico en su plantación y alrededores están dando sus frutos en forma de un café maduro y hermoso que le ofrece la posibilidad de aumentar sus ingresos. Hoy, Luis es uno de los caficultores más exitosos de la zona, un hecho que le aporta la maravillosa sensación de haber logrado algo grande. Lo cual no implica que no siga mejorando sus métodos. 
 

Luis utiliza su fiable tractor de más de 53 años para llevar la carga hasta el punto de venta, en el distrito de San Ramón, a unos 3 km. Cuando sus trabajadores recolectan las cerezas, las llevan al tráiler de Luis cada tarde, antes de que las transporte para que las procesen durante la noche. Estos tiempos de entrega tan rápidos son fundamentales para preservar la calidad e integridad de los granos. Al hacerlo de esta forma, Luis también puede centrarse en cultivar el mejor café sin tener que preocuparse sobre la pérdida de calidad antes de que el grano llegue al mercado. Por su parte, Nespresso sabe que el café que le compra está en perfectas condiciones, desde el momento que se recoge hasta el instante en que se saborea. 
 
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