100 soluciones prácticas para revertir el cambio climático

Conoces algunas de ellas, como utilizar energías renovables o comer menos carne, pero otras medidas te sorprenderán.

Por Simon Worrall
Publicado 9 nov 2017, 4:17 CET
Consejos contra el cambio climático
Los edificios con azoteas verdes, como este en Stuttgart, en Alemania, no emplean tanta energía como los edificios normales y emiten menos gases de efecto invernadero.
Fotografía de Diane Cook y Len Jenshel, National Geographic Creative

En una época en la que la ciencia del calentamiento global se encuentra amenazada y muchas personas están ya cansadas de oír hablar sobre el cambio climático, tuvimos noticias alentadoras el mes pasado: un libro acerca del cambio climático se convirtió en el bestseller del New York Times una semana después de su publicación.

El libro Drawdown: The Most Comprehensive Plan Ever Proposed to Reverse Global Warming (cuya traducción sería: Drawdown: el plan más completo jamás propuesto para revertir el cambio climático), editado por el medioambientalista Paul Hawken, es el primer libro medioambiental en realizar un debut tan destacado desde la publicación en 2006 de La catastrofe que viene. Apuntes desde el frente del cambio climático, de Elizabeth Kolbert.

El libro de Kolbert advertía acerca del cataclismo, mientras que el de Hawken intenta evitarlo. Reuniendo geólogos, ingenieros, agrónomos, climatólogos, biólogos, botanistas, economistas, analistas financieros, arquitectos, ONG, activistas y muchos otros expertos, Drawdown ofrece 100 soluciones para revertir el cambio climático.

Drawdown
Portada del libro de Paul Hawken.
Fotografía de Penguin Random House

Cuando National Geographic habló con Hawken en su casa de San Francisco, nos explicó por qué el cambio climático es un regalo y no una maldición, por qué empoderar a niñas y mujeres es la solución número uno, y qué papel jugarán los bueyes almizcleros, los renos y los lobos.

Comencemos por dar la definición. ¿Qué es Drawdown (en español: reducción)? ¿Y por qué es diferente de otros métodos de lucha contra el cambio climático?

La idea del Proyecto Drawdown se remonta a 2001. Nunca había existido un intento de cartografiar, medir y diseñar las 100 soluciones fundamentales al calentamiento global. Existía una tendencia para encontrar una fórmula mágica para solucionar el problema, que supone buscar una gran solución: la palanca de Arquímedes. Si la encuentras y tiras de ella, de alguna forma te desharás de este problema y estabilizarás las emisiones.

Lo que ocurre es que eso no es cierto. Todos hemos oído una y otra vez que si nos pasamos a la energía solar, eólica y renovable —y a los vehículos eléctricos y el almacenamiento de energía—, evitamos la deforestación y reducimos nuestro consumo de carne, podremos pasar con éxito al siglo XXII.

Dichas soluciones también son cruciales para lograr la reducción, por eso no estoy minando su importancia. Solo digo que un gran número de soluciones destacadas e importantes se dejan de lado con frecuencia. Por ello hemos incluido 100 estrategias diferentes.

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    Michael Pollan, el escritor y activista, dijo en su día que la pregunta más importante a la que nos enfrentamos con el cambio climático es «¿por qué debería importarnos?». ¿Tienes tú alguna respuesta que darnos?

    Yo lo veo como un regalo, no como una maldición. La pregunta de por qué tiene que importarnos significa «fin del juego». Pero yo lo veo como un juego que continúa. Es un punto de vista diferente. El cambio climático es feedback, y un sistema que no incorpore feedback es estúpido, falla y muere. Tenemos un feedback que nos está proporcionando un camino hacia un mundo mucho mejor que el mundo en el que vivimos ahora.

    Este no es un camino de retroceso o hacia un futuro que no nos vaya a gustar. De hecho, es un camino hacia un futuro mucho mejor: más limpio y sano, con mejores trabajos, más seguridad y más vida en el planeta. Lo que nos ofrece el cambio climático es una nueva forma de vernos a nosotros mismos, a nuestras relaciones y a todos los seres vivos de este planeta, algo que puede ser extraordinario en términos de imaginación, innovación, creatividad y avances reales en el pensamiento humano.

    El presidente Trump ha introducido recientemente una ley mordaza global en planificación familiar. Explícanos cómo esto también tendrá un fuerte efecto negativo sobre el cambio climático.

    Lo que ha hecho es simplemente proyectar ignorancia para satisfacer a sus votantes de derechas. Creo que surtirá cierto efecto, aunque no mucho. La idea de que Estados Unidos es una nación todopoderosa es una ilusión americana.

    En lo referente a planificación familiar, las Naciones Unidas tienen tres proyecciones demográficas para 2050: alta, media y baja. La más alta es 10.800 millones de habitantes, la mediana es de 9.700 millones. La diferencia entre las estimaciones demográficas alta y media procede de la planificación familiar. Existen dos caminos. Uno es proporcionar educación a las niñas en los países donde se les saca del colegio en quinto o sexto de primaria para casarlas, debido a razones culturales o religiosas, entre otras. Esas niñas suelen tener cinco hijos o más. Pero si a una niña se le permite continuar su educación hasta el último año de la ESO o hasta bachillerato, su tasa reproductiva desciende a dos hijos, por ello el empoderamiento de niñas y mujeres es la solución número uno al cambio climático.

    Copenhague
    Los aparcamientos para bicis, como este en Copenhague, suelen llenarse en Dinamarca, donde el 18 por ciento de los viajes locales se hacen en bicicleta.
    Fotografía de Jason Edwards, National Geographic Creative

    La energía nuclear es una solución controvertida al cambio climático. Pero China nos está enseñando un nuevo camino, irónicamente con tecnología desarrollada en Estados Unidos que posteriormente se archivó.

    Los reactores de sal fundida fueron desarrollados por primera vez por el Laboratorio Nacional Oak Ridge en la década de 1950. No sé por qué se abandonó el proyecto, pero sé que los chinos lo han retomado. [Se ríe] Básicamente, la industria de la energía nuclear en Europa y Estados Unidos se ha detenido. Las plantas nucleares en construcción superan el presupuesto y nadie quiere financiarlas, y nadie las asegurará excepto los propios gobiernos.

    Sin embargo, ese no es el caso en China y en Asia. Los chinos están construyéndolas a un ritmo muy rápido y a un coste mucho menor. Muchas personas rechazan incluir esta energía y no creo que se haya resuelto el problema de la seguridad a largo plazo en lo que a almacenamiento de plutonio se refiere. Pero es cierto que algunos de los nuevos reactores son mucho más diferentes en términos del impacto que tienen.

    La arquitectura tiene un papel cada vez más importante en combatir el calentamiento global. Háblanos de los «techos fríos».

    Los techos fríos son techos que o bien reflejan el calor, como hacen los techos blancos, o bien son azoteas verdes que tienen follaje y plantas perennes. Cada uno proporciona un mecanismo diferente para enfriar el edificio. En particular, los techos blancos son adecuados para zonas tropicales o zonas en las que existen altos niveles de radiación.

    Cuando vuelas a Los Ángeles, se ven cada vez más techos blancos. Es una técnica muy simple. Las azoteas verdes pueden instalarse en cualquier lugar, ya sea en climas tropicales o templados. Tienen un factor de aislamiento increíble. Se utilizan mucho en Alemania y Canadá, así como en Estados Unidos y el Reino Unido.

    Coches autónomos
    Los vehículos autónomos, como estos en el Uber Advanced Technologies Center en Pittsburgh, Pensilvania, podrían incitar a las personas a dejar de comprar automóviles.
    Fotografía de Angelo Merendino, AFP, Getty Images

    En Dinamarca, el 18 por ciento de los viajes locales se realizan en bicicleta. En los Países Bajos son el 27 por ciento. Pero en Estados Unidos la cifra es de solo el 1 por ciento. ¿Cómo se puede persuadir a los estadounidenses a cambiar las cuatro ruedas por dos? ¿Y qué efecto tendría sobre el calentamiento global?

    Estados Unidos tiene una cultura que adora los coches y ha diseñado sus ciudades y carreteras de tal forma que resulta peligroso para las bicicletas circular por carretera. Como resultado, el país es uno de los lugares más peligrosos para montar en bicicleta.

    Pero si se crea una infraestructura para bicicletas, la gente la usaría, incluso en el norte. Mira Dinamarca, por ejemplo. La frase «constrúyelo y vendrán» se confirma en el caso de las bicicletas. Si la gente ve una vía ciclable segura, entiende que es una invitación para empezar a explorarlas.

    Esto puede tener un impacto enorme en la salud y el bienestar, pero también en el número de gigatones de carbón que necesitamos reducir para 2050. El coste total es negativo en comparación con la construcción de más carreteras o de más zonas de tránsito masivo. Es una estrategia ganar-ganar que las ciudades pueden adoptar, tanto en términos de presupuestos municipales como en el aumento de la salud y la reducción del tráfico y la contaminación.

    A todos nos encanta viajar, sin embargo, a nivel mundial los vuelos produjeron 781 millones de toneladas métricas de CO2 en 2015. ¿Cómo puede reducirse esta cifra gigantesca?

    La aviación es la fuente de entre el 2 y el 3 por ciento de las emisiones de CO2 a nivel mundial, y todas las grandes empresas de aeronaves están buscando soluciones. Pero tienen que pensar a 30 años vista, ya que lleva mucho tiempo diseñar un avión y garantizar que sea seguro. Eso se debe a que la ingeniería es extraordinariamente precavida.

    Existe toda una serie de nuevas tecnologías que se aplican en laboratorios y en aeronaves de prueba, desde la forma del fuselaje hasta situar los motores en la parte posterior del avión para ahorrar peso. Los alemanes están desarrollando algo llamado «descenso tardío». Tanto la forma en que las aeronaves se conducen dentro y fuera de los aeropuertos como su forma de circular en las pistas suponen importantes causas de emisiones de CO2. Lo que observamos ahora son cambios operativos en el despegue y el aterrizaje que pueden reducir el uso de combustible entre un 10 y un 30 por ciento.

    Las empresas del sector de la aviación también están intentando diseñar aviones eléctricos o que funcionen mediante biocombustibles. Es un medio de transporte muy diferente. Es muy silencioso y ahorraría entre un 40 y un 50 por ciento de la energía que utiliza actualmente la aeronave. Es un área en la que existe una enorme innovación, pero yo sería paciente porque llevará mucho tiempo.

    Reactores
    China está construyendo pequeños reactores nucleares relativamente baratos, como este en Changjiang. Sin embargo, la seguridad a largo plazo sigue siendo una preocupación.
    Fotografía de VCG, Getty Images

    Hacia el final del libro, describes algunas ideas futuristas que pronto podrían convertirse en una realidad. Háblanos de la idea de repoblar la estepa del mamut.

    Repoblar la estepa del mamut es mi idea favorita en muchos sentidos. La estepa del mamut es una región subártica que solía extenderse desde Alaska a Canadá, atravesando Europa hasta Rusia. Ahora es solo Rusia. Era la llanura más grande del planeta. Pero hace unos 12.000 años, los humanos aparecieron y acabaron con todos los animales.

    Ahora, dos biólogos, Sergey Zimof y Alexander Sergeev, quieren crear el Parque Pleistoceno para repoblar la estepa del mamut con animales que habitaban aquel lugar originariamente, a excepción del mamut, que está extinto. Los alces, los lobos, los renos o los bueyes almizcleros se alimentan de la hierba muerta bajo la nieve empujando la nieve a un lado con sus cuernos, hocicos o pezuñas.  Al hacerlo, reducen la temperatura del suelo en el subártico en dos grados centígrados, lo que aumenta la capacidad de esa zona para retener su permafrost.

    No hay nada más futurista que un coche autónomo, por eso Apple y Tesla, así como otros fabricantes tradicionales como Ford, están compitiendo en la carrera por desarrollar uno que funcione. El problema es que siempre acaban estrellándose. ¿Existe un futuro para los vehículos autónomos? ¿Y qué efecto tendrían sobre el cambio climático?

    El problema de la movilidad está ahí para quien quiera resolverlo. ¿Realmente necesitamos un coche de casi 2 toneladas para transportar a una mujer de 55 kilos hasta el supermercado? No creo. Lo que vemos es una relación muy diferente entre la movilidad de los seres humanos y la autonomía en términos de vehículos. Hay opiniones divididas. Pero si se hace de manera adecuada, supondrá una reducción de entre un 40 y un 60 por ciento en el número total de coches sobre las carreteras o en los garajes, ya que es donde están la mayor parte del tiempo. Un coche solo se utiliza el 4 por ciento del tiempo. El 96 por ciento restante, no se usa.

    Si tenemos la movilidad al alcance de la mano —lo que significa: necesito un vehículo, algo que me lleve de aquí a allá, que llegue rápido y sea seguro—, entonces podremos decir que no necesitamos coches, especialmente en entornos urbanos. Esto no solo reduciría la cantidad de vehículos producidos en el mundo, sino que estos vehículos podrían ser eléctricos o cargarse con energía renovable, como la eólica.

    También tendría un gran impacto en las carreteras, ya que estos coches tienen un tamaño inferior y no necesitan el mismo tipo de infraestructuras. Estamos hablando de hacer carreteras más estrechas y volver a ciudades que sean paisajes peatonales en vez de paisajes de carreteras, de expandir las aceras y las áreas de cafés. También tendrá un impacto tremendo sobre el ruido, ya que estos vehículos son muy silenciosos.

    Algunos de ellos se han estrellado, pero es necesario recordar el número de muertes al volante y las masacres provocadas cada año por los vehículos que tenemos ahora. Debido al ritmo de innovación en tecnología, no me cabe duda de que lo lograremos.

    Esta entrevista ha sido editada por razones de claridad y longitud.

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