Detectado un agujero de 78.000 kilómetros cuadrados en el hielo de la Antártida
Es la primera vez que los científicos han observado un agujero de esta magnitud desde la década de 1970.
Un agujero de casi la superficie de Serbia se ha descubierto en la capa invernal de hielo marino de la Antártida.
El agujero fue descubierto por investigadores hace casi un mes. El equipo, formado por científicos de la Universidad de Toronto y el proyecto SOCCOM (Southern Ocean Carbon and Climate Observations and Modeling), estaba supervisando la zona con tecnología por satélite después de haber observado el año pasado un agujero similar.
El agujero de este año, conocido como polinia, tiene una superficie de aproximadamente 78.000 kilómetros cuadrados en su punto más grande, convirtiéndola en la mayor polinia observada en el mar de Weddell, en la Antártida, desde la década de 1970.
«En pleno invierno, durante más de un mes, hemos tenido esta zona de aguas abiertas», afirma Kent Moore, profesor de física de la Universidad de Toronto. «Es impresionante que esta polinia desapareciera durante 40 años y que después regresara».
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El duro invierno en la Antártida dificulta encontrar agujeros como este, por eso también resulta difícil estudiarlos. Este es el segundo año en que se forma una polinia, aunque el agujero del año pasado no era tan grande. Los científicos sabían que tenían que supervisar la zona en busca de polinias este año debido al descubrimiento del año pasado.
Las aguas profundas en esa parte del océano Antártico son más cálidas y saladas que las aguas en superficie. Las corrientes oceánicas hacen que el agua más caliente ascienda, y allí derrite las capas de hielo que se han formado sobre la superficie del océano. Este derretimiento fue el responsable de la polinia.
El agujero expone el agua a la atmósfera de forma continua, dificultando la formación de nuevas capas de hielo. Cuando el agua más caliente se enfría al entrar en contacto con las gélidas temperaturas de la atmósfera, se hunde. A continuación, se retira hacia zonas más profundas, permitiendo que este ciclo se repita.
Moore afirma que están intentando entender qué está desencadenando la formación de estos agujeros de nuevo después de tantos años. Cree que es probable que los mamíferos marinos estén utilizando esta nueva abertura para respirar.
El enfriamiento del agua más cálida al alcanzar la superficie también podría tener un mayor impacto en la temperatura del océano, pero Moore señala que aparte de los efectos meteorológicos locales, los científicos no están seguros de qué supondrá esta polinia para los océanos y el clima de la Antártida, ni si está relacionada o no con el cambio climático.
«La verdad es que no conocemos los impactos que tendrá esta polinia a largo plazo», concluye.
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