Así afecta el aire tóxico de Delhi a sus habitantes
El deterioro de la calidad del aire en la capital de la India afecta a las personas con menos recursos.
A principios de noviembre, los niveles de humo alcanzaron un pico en Delhi, la India. Los niveles de partículas en suspensión alcanzaron 999, la cifra más alta a la que pueden llegar las máquinas. El humo y los vapores de la quema de cosechas no reguladas en el norte de la India, las fábricas, los coches e incluso los petardos que se encienden para el festival de las luces de Diwali se han combinado para formar un cóctel asfixiante. El primer ministro comparó la ciudad con una cámara de gas.
Pese a la rígida oposición desde muchos sectores, la ciudad inició los preparativos para la media maratón anual. El evento registró una participación récord.
Yo llegué a Delhi una semana después. Los niveles de calidad del aire seguían siendo entre «malos» y «muy malos», aunque el humo había disminuido. La gran cantidad de tiempo que pasé fuera fotografiando me provocó dolor en el pecho y también hizo que me sintiera mareado. Cuando regresé de los solares en construcción y las orillas del río Yamuna, tosí un esputo negro.
Pero esto no fue nada comparado con aquello a lo que se habían enfrentado otras personas hacía una semana, desde náuseas a irritación grave en ojos y garganta. En general, se considera que vivir en Delhi reduce la esperanza de vida media en más de 4 años. Las mascarillas son necesarias para bloquear las partículas en suspensión que se asientan en los pulmones, provocando daños irreparables.
La gran población de trabajadores inmigrantes de Delhi, que duermen al aire libre, es especialmente vulnerable. La mayoría de las personas con las que hablé no podían permitirse mascarillas o estas no eran suficientes para sus necesidades.
La Delhi actual es un lodazal de bloqueos administrativos y las que más sufren son las personas.
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