Por qué Alaska es propensa a los terremotos y los tsunamis
El terremoto de ayer en Alaska y la posterior alerta de tsunami nos recuerda que la región es un centro de intensa actividad sísmica.
Si los habitantes de Alaska no se despertaron con el terremoto de magnitud 7,9 de ayer, las sirenas de alerta de tsunami probablemente lo consiguieron.
A primeras horas de la mañana, hora local, se emitió una alerta de tsunami, cancelada tres horas después para la parte occidental de Canadá y en la costa de Alaska. Se aconsejó a cualquiera que estuviera cerca que se desplazara al interior, encontrase un lugar alto y ayudara a otras personas que no pudieran escapar solas.
También se emitió una alerta de tsunami para Washington, Oregón y California. La alerta se activó tras un gran terremoto de magnitud 7,9 detectado en el golfo de Alaska a primeras horas de la mañana.
Las agencias gubernamentales de Canadá y Estados Unidos envían alertas de emergencia a través de Twitter.
El Servicio Geológico de Estados Unidos estima que los daños causados por el temblor serán escasos o inexistentes. Según el Centro de Alerta de Tsunamis de Estados Unidos, las regiones costeras de Canadá eran las que tenían más probabilidades de tsunami tres horas después del terremoto, y podría haber afectado a Estados Unidos seis horas después.
Alaska es una de las regiones con más actividad sísmica del mundo, según la página web del gobierno estatal. Se han registrado «grandes» terremotos de magnitud 8 o superior, y, de media, en Alaska se produce uno cada 13 años.
Según datos estatales, se detectan más de 1.000 terremotos de magnitudes variables en un área enorme del tamaño de la mitad de los Estados Unidos continentales cada mes.
El golfo de Alaska se encuentra en el límite de dos grandes placas tectónicas: la masa continental se encuentra sobre la placa Norteamericana, mientras que las zonas costeras están sobre la placa del Pacífico. Estas dos placas forman una zona de subducción donde la segunda se introduce constantemente bajo la primera, creando una intensa fricción que provoca terremotos cuando se libera.
El terremoto de 1964 que arrasó Alaska todavía se recuerda como uno de los más devastadores de la historia. Se produjo en Viernes Santo, por lo que se conoce como el Terremoto del Viernes Santo. El terremoto de magnitud 9,2 se produjo cuando la placa del Pacífico se introdujo bajo la placa Norteamericana. Fue el segundo terremoto más intenso registrado en el mundo.
National Geographic documentó la devastación de 1964. Los residentes relataron cayeron violentamente al suelo, vieron cómo el suelo se hacía añicos aparentemente y fueron testigos de cómo sus propias casas se derrumbaban.