Bill Gates inicia una campaña para ayudar al mundo a adaptarse al cambio climático
Muchas personas sufren ya las consecuencias de un clima cambiante y necesitan ayuda para adaptarse, según afirman los líderes mundiales.
En Bangladesh, los agricultores en terrenos bajos y vulnerables a las inundaciones anuales han cambiado la cría de pollos por la de patos. Los patos pueden nadar.
En las Filipinas, donde se ha perdido la mitad de los bosques de manglares por la construcción, los biólogos están plantando árboles para recrear el escudo protector natural de la costa ante tifones letales. La maraña retorcida de raíces de manglares ralentiza el movimiento de las mareas y reduce las consecuencias de las marejadas y el oleaje.
Estas iniciativas se han llevado a cabo para paliar los efectos del cambio climático. Ahora, los líderes mundiales afirman que hay tiempo para hacer más.
Hasta hace poco, se pensaba que las consecuencias del cambio climático estaban en el futuro lejano, de forma que muchas personas, entre ellas los habitantes de zonas costeras, declararon que no tenían nada de lo que preocuparse; llevarían años muertas cuando llegase la catástrofe.
Pero ya no. El cambio climático está aquí y cada año el coste de recuperarse de los fenómenos destructores asciende a los miles de millones. Sin adaptarse a esa nueva realidad, el mundo se enfrentará a los elevados costes de los desastres que ponen en riesgo el crecimiento económico, la salud y, en algunos lugares, la supervivencia. El Banco Mundial estima que los fenómenos meteorológicos extremos podrían forzar a la pobreza extrema a 100 millones de personas para 2030 si el mundo no logra adaptarse.
Para generar acción, una coalición dirigida por el milmillonario Bill Gates, el ex secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki-moon y la consejera delegada del Banco Mundial Kristalina Georgieva pusieron en marcha el martes la Comisión Global para la Adaptación, con el objetivo de reducir los daños.
«Sin adaptación y acción urgentes, nos arriesgamos a menoscabar la seguridad alimentaria, energética e hídrica durante las décadas venideras», afirmó Ki-moon en una reunión informativa. «Las acciones de adaptación no son solo lo correcto, sino lo más inteligente. Los costes de adaptarse son inferiores al coste de seguir como si nada».
En busca de soluciones
En una misión de dos años, el nuevo grupo pretende potenciar la financiación y la búsqueda de soluciones sensatas y prácticas, como el que en Bangladesh cambien pollos por patos. La comisión ha reunido a 28 comisionados y líderes políticos de 17 países, entre ellos Alemania, Canadá, México, China, India y Reino Unido. (Estados Unidos no forma parte del grupo.) Además, 25 líderes de todo el mundo, entre ellos el ministro de medio ambiente de China, el ministro de desarrollo económico de Alemania y los alcaldes de París y Miami también se han unido al grupo.
Este año, que podría convertirse en el cuarto más caluroso registrado, parece constituir un argumento a favor de la adaptación, ya que se ha producido una serie de desastres vinculados al clima por todo el mundo. Los incendios forestales se extendieron por California, Suecia, Portugal y Grecia, afectados por la sequía. Las olas de calor han matado a cientos de personas de Japón a Gran Bretaña. Huracanes consecutivos han matado a más de 35 personas en Estados Unidos, mientras que una de las tormentas más intensas del Pacífico, el tifón Mangkhut, arrasó Guam, las Filipinas, Hong Kong y el sur de China.
«Nos encontramos en un momento de alto riesgo y grandes promesas», afirmó Gates en un comunicado. «Necesitamos políticas que ayuden a las poblaciones vulnerables y necesitamos garantizar que los gobiernos apoyen la innovación y ayuden a llevar esos avances a los lugares que más los necesitan».
La comisión pasará un año debatiendo las mejores medidas de adaptación y presentará un plan en la cumbre del clima de 2019 de las Naciones Unidas.
Como «caminar y respirar»
El llamamiento a la adaptación, que le pisa los talones al informe del IPCC de la semana pasada que advirtió al mundo que queda poco margen de tiempo para responder ante el calentamiento del planeta, podría enviar un mensaje de desesperación.
Pero Georgieva afirmó que no es así. «Durante una temporada, hemos tenido la impresión de que si nos adaptamos implica que estamos aceptando la derrota frente al cambio climático», afirmó en la reunión informativa. «No es una derrota, es la realidad».
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Georgieva declaró que, aun con el éxito de las iniciativas para reducir las emisiones de carbono y del objetivo de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los dos grados Celsius, los cambios atrapados en los sistemas planetarios acarrearán consecuencias que abogan por la necesidad de adaptación. Añadió que el mundo es capaz de llevar a cabo ambas tareas al mismo tiempo, como «caminar y respirar».
«Somos la última generación que puede cambiar el curso del cambio climático, que puede mitigar el cambio climático, y la primera generación que ha tenido que vivir con las consecuencias. Debemos mitigarlo y adaptarnos al mismo tiempo», afirmó.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.