Las abejas salvajes de Argentina construyen sus nidos con plástico
Cuando construyen sus nidos, las abejas solitarias de Argentina optan por revestirlos de plástico.
Recientemente, se ha descubierto que las abejas salvajes que anidan en los campos de cultivo argentinos construyen nidos con el endeble material de los envoltorios de plástico abandonados en las plantaciones.
Entre 2017 y 2018, un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina fabricó nidos artificiales con madera para las abejas salvajes. A diferencia de las especies de abejas que viven en grandes colmenas con reinas y obreras, las abejas salvajes se refugian en nidos para poner larvas individualmente. Los nidos construidos estaban formados por rectángulos largos con una apertura estrecha que permite que las abejas entren y lo llenen con hojas cortadas, ramitas y barro.
Se construyeron 63 nidos de madera y encontraron tres de ellos revestidos de plástico. Los fragmentos de plástico, similares en tamaño y forma a una uña, habían sido cortados minuciosamente por las abejas y estaban colocados con un patrón de solapamiento en los nidos. Basándose en el material, los investigadores creen que el plástico procedería de una bolsa o película de plástico, que posee una textura similar a las hojas que suelen utilizar las abejas para revestir los nidos.
De los tres nidos con plástico, uno no se había terminado, es decir, que la abeja no lo había usado para poner sus larvas, según se informa en Science Alert. En los otros dos, una larva había muerto y la otra no se encontró, por lo que los investigadores creen que sobrevivió.
¿Qué significa para las abejas?
Esta nueva investigación, publicada en la revista Apidologie, documenta el primer caso de abejas que fabrican nidos solo de plástico, pero durante años los científicos han sabido que las abejas estaban incorporando el plástico a sus materiales de construcción.
En 2013, un estudio publicado en Ecosphere describió cómo usaban las abejas las películas y las espumas de plástico para revestir nidos en zonas urbanas de Toronto, Canadá. De forma similar a las abejas de Argentina, las abejas salvajes observadas en Canadá cortaban trozos de plástico que se parecían a las hojas que utilizan habitualmente.
En particular, el estudio canadiense determinó que las abejas no solo utilizaban colgajos de bolsas de plástico. Las resinas vegetales, que pueden convertirse en muchas cosas, como chicle o látex, suelen unir los materiales de construcción de una abeja. Pero algunas, según observaron, transportaban a sus nidos una mezcla de sellado a base de plástico.
Ambos estudios señalaron que era necesario investigar más antes de que los científicos pudieran determinar cómo afecta el plástico a las abejas, pero la construcción de nidos demuestra que las abejas se adaptan a los entornos cambiantes. En ambos lugares, disponían de hojas como material de construcción.
«Demostraría la flexibilidad adaptativa que tendrían ciertas especies de abejas frente a los cambios en las condiciones del medio», escribió Mariana Allasino, autora principal del estudio, en un comunicado de prensa.
Los peligros del plástico
A Hollis Woodard, entomólogo que estudia las abejas en el Laboratorio Riversides Woodard de la Universidad de California, no le sorprende que las abejas utilicen plástico en sus nidos.
«Creo que es muy triste», afirma. «Es otro ejemplo del uso rampante de materiales que acaban en lugares donde se supone que no deberían estar».
En forma de microplásticos, los fragmentos diminutos de plástico que se forman cuando se descomponen los restos de plástico de mayor tamaño, el plástico suele representar una amenaza para los animales salvajes. Los microplásticos son un peligro para los animales que los confunden con comida, que son muchos, sobre todo en ecosistemas marinos. Sin embargo, ningún estudio indica que las abejas consuman plástico.
Entre los peligros a los que se enfrentan las abejas figuran los pesticidas, la destrucción de hábitat y la exposición a virus y parásitos.
Los investigadores han especulado que el plástico podría formar una barrera contra los problemas habituales de los nidos, como el moho y los parásitos.
Si las abejas prefieren el plástico en lugar de materiales naturales, no sería la primera ocasión en la que los animales han usado la basura a su favor.
Los gorriones y los pinzones revisten sus nidos con colillas de cigarrillos para mantener a raya a los ácaros parásitos, y los milanos negros de los Alpes italianos recogen bandas brillantes de plástico para decorar sus nidos y atraer parejas.
«Haría falta investigar mucho más para saber qué significa para las abejas», afirma Woodard. «Es posible que tengan algunos beneficios, pero eso aún no se ha demostrado. Creo que es igualmente posible que sean perjudiciales».
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.