Los huertos marinos, ¿el futuro de nuestra alimentación?
Hoy, Día de la Gastronomía Sostenible, reflexionamos sobre si la investigación de las infinitas aplicaciones de la alguicultura podría tener la llave de la alimentación sostenible del futuro.
La población mundial aumentará en más de 1.000 millones de personas en los próximos 15 años. Seremos casi 10.000 millones de personas habitando el planeta para 2050, según la Organización Mundial de las Naciones Unidas. Para entonces, el 70% de la población vivirá en un entorno urbano que necesitará nutrirse de las zonas rurales.
Mirar la ética de la producción de aquello que comemos o el impacto ambiental que tienen nuestros alimentos no será suficiente. A día de hoy, el 70% del consumo de agua dulce del planeta se dedica a producir nuestros alimentos, según la FAO, siendo la carne el producto que más huella hídrica deja tras su producción: 15.400 litros por kilo.
¿Hacia dónde irán las tendencias para afrontar este desafío? A todos nos suenan ya los nombres wakame, nori, espirulina… No hace falta irse muy lejos para sospechar que las algas continuarán conquistando nuestros platos con su sabor igual que han hecho estos últimos años.
Sin embargo, además del gusto culinario, la biotecnología alimentaria y las ciencias agrarias son algunas de las disciplinas que podrían tener la solución ante el desafío de alimentar a un planeta que continúa creciendo a pasos agigantados, y cuya investigación a menudo posa su mirada en las inabarcables oportunidades que nos ofrece el mar.
Plancton a la carta
Los océanos tienen un increíble potencial para suministrar de alimentos a la humanidad, aunque aún estamos descubriendo nuevas formas de aprovecharlo y, sobre todo, aprendiendo cómo hacerlo de manera sostenible.
El plancton, piedra angular de la biodiversidad del planeta, es una microalga que podría ser la clave en el futuro de la alimentación sostenible. Cada especie de microalga tiene unas propiedades diferentes, igual que podríamos hablar de propiedades distintas en los pescados o las diferentes verduras.
Con texturas y sabores diferentes, las posibilidades gastronómicas de las algas y sus propiedades nutricionales son un mundo en el que cada vez más científicos posan su mirada, ya que hasta el momento tan solo una especie de plancton está aprobada para su utilización culinaria.
Y también colorante para tu ropa
En esta línea, la acuicultura de algas marinas en Europa se estima en más de 8.000 millones de euros y es un campo en plena expansión. Así lo recoge el reciente informe Pegasus: Pautas europeas de fitomorfos para una acuicultura de algas marinas, junto a algunas recomendaciones para la investigación de cara a apoyar la demanda del mercado, simplificar los procedimientos, mejorar las regulaciones y los programas de seguridad alimentaria.
En definitiva, este análisis europeo llega a tiempo para tratar de armonizar la demanda mundial de algas a la vez que protege los recursos y el medio ambiente, instando al desarrollo y la diversificación de de la acuicultura en Europa.
Pero, además de sus aplicaciones en el ámbito alimenticio, las algas se están investigando en diversos campos más en los que interesan sus componentes, su utilidad y, sobre todo, su sostenibilidad. Los colorantes procedentes de las algas son también una alternativa sostenible en el mundo de la industria textil que ya mueve diferentes proyectos dentro y fuera de nuestras fronteras. Al eliminar los contaminantes del proceso de coloración sintético y mejorar el rendimiento de otros colorantes naturales.
Así, las algas están situándose día a día a la vanguardia de la sostenibilidad en diferentes campos que, a pesar de encontrarse aún en proceso de investigación, podrían ser la solución a muchos de los desafíos que nos plantea el futuro.