Las playas metropolitanas: una reserva inesperada de mariposas
Una primera fotografía de la situación de las mariposas en las playas metropolitanas pone de manifiesto que la vegetación dunar de estos espacios costeros puede actuar de reservorio de determinadas especies de mariposas.
Dunas y vegetación dunar en la playa de Castelldefels.
En ciudades como Madrid o Barcelona, las poblaciones de mariposas actúan como biomarcadores de la salud de los ecosistemas urbanos, según descubrió un grupo de investigadores españoles en un reciente estudio publicado en la revista Landscape Ecology. A pesar del desplome de muchas especies de insectos, como las mariposas monarcas occidentales, que han disminuido en más del 99 por ciento desde la década de 1980, los investigadores afirman que la temporada de mariposas en los parques y playas puede tomar fuerza este mayo con las últimas lluvias seguidas de temperaturas suaves.
“La importancia de las mariposas viene de que son polinizadores y especies muy importantes en la cadena trófica, pero sobre todo las utilizamos porque son bioindicadores, es decir, conociendo la diversidad y la abundancia las diferentes especies de mariposas podemos saber cuál es la biodiversidad de un ecosistema en relación a otros grupos como pueden ser los artrópodos”, explica Yolanda Melero Cavero, investigadora del CREAF (Centro de Investigaciones Ecológicas y Aplicaciones Forestales) y coautora del estudio junto a Clàudia Pla-Narbona, del Museo de Ciencias Naturales de Granollers (MCNG).
Ahora, el tercer informe del programa de seguimiento de mariposas del Observatorio Metropolitano de Mariposas mBMS ha descubierto algo inesperado: las playas metropolitanas no solo albergan poblaciones de mariposas, sino que los insectos que viven en ellas son diferentes a aquellos que habitan los parques. Por tanto, estas playas actúan como reservas de determinadas especies de mariposas.
Algunas de ellas que quizá en los parques no son las dominantes, se convierten en las más abundantes al desplazarnos hacia las playas, lo que hace que estos espacios costeros sean especialmente importantes para la conservación de la biodiversidad. “Sabemos muy poco de las comunidades de mariposas de las playas, lo que hace que estos datos del mBMS sean especialmente interesantes”, cuenta Joan Pino, director del CREAF.
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“Las condiciones ambientales de las playas son muy extremas, por lo que crece una vegetación muy particular en la que sólo pueden vivir ciertas especies de mariposas. El hecho de que estas especies sean mucho más abundantes en las playas que en los parques convierte estos espacios costeros en una pieza clave para la conservación de las mariposas metropolitanas. Es necesario, por tanto, asegurar la buena gestión de su vegetación”.
Según datos del observatorio, más de 2200 mariposas de 40 especies diferentes habitan los parques y playas estudiados en el área de Barcelona, es decir, un 20 por ciento de las especies presentes en Cataluña.
Desde el Observatorio afirman que por el momento los datos son flojos, “debido probablemente a que hemos tenido un inicio de primavera más fresco de lo habitual", explica Joan Marull, director del Departamento de Ecología y Territorio del Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona (IERMB) y director del mBMS. “Sin embargo, con estas últimas lluvias y las temperaturas suaves que vienen esperamos un mes de mayo potente en cuanto a las mariposas”.
Reservas de mariposas
Hasta 17 especies de mariposas han sido identificadas en las playas de Castelldefels, la playa de Gavà, la playa de la Murtra (Viladecans) y la playa del Remolar (El Prat de Llobregat). Las más abundantes son la ícaro Polyommatus icarus, que también se encuentra en los parques. Después la Vanesa de los cardos, Vanessa cardui, y de la colias común, Colias crocea.
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Estas dos últimas son más dominantes en las playas que en los parques. “Si en los parques metropolitanos 10 especies de mariposas concentran casi el 75 por ciento del total de observaciones, en las playas, debido a unas condiciones ambientales más extremas, la dominancia de unas pocas especies es aún más exagerada, puesto que cinco especies concentran casi el 85 por ciento de las observaciones”, afirma Pino.
En cuanto a los 17 parques metropolitanos, las tres mariposas más abundantes son la blanquita de la col Pieris rapae, la ícaro Polyommatus icarus y la mariposa del geranio Cacyreus marshalli, que es una especie invasora de llegada relativamente reciente. Los tres parques con mayor diversidad son el parque de los Pinetons (Ripollet), el parque del Canal de la Infanta (Cornellà de Llobgregat) y el parque del Calamot (Gavà).
Dunas y playas, un hotspot de biodiversidad
Los resultados del proyecto destacan la importancia de la vegetación de playas y dunas costeras para el mantenimiento de las mariposas del área metropolitana de Barcelona.
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"Se suman a otros muchos datos que ponen de manifiesto su carácter de hot spot –área de especial concentración de biodiversidad– para el área metropolitana de Barcelona y la necesidad de seguir manteniendo y mejorar estas comunidades vegetales tan particulares, tal y como se lleva a cabo hace años por parte del AMB”, afirma Jordi Bordanove, coordinador de Servicios de Promoción y Conservación del Área Metropolitana de Barcelona (AMB).
En los parques metropolitanos, los resultados no dejan lugar a dudas: los prados de los parques sometidos a pocas siegas, sin regar y libres de herbicidas tienen más biodiversidad de mariposas que los prados tradicionales de césped o prados regados.
“Siempre que podamos favoreceremos los prados floridos, ya que somos muy conscientes de sus beneficios en cuanto a biodiversidad y servicios ecosistémicos asociados; además, contribuyen a tener una importante mejora paisajística y unos parques más resilientes a los impactos negativos, como las plagas y las sequías”, dice Bordanove.
A pesar de que los insectos son cruciales para el planeta y nuestro suministro de alimentos, la situación de muchas de sus especies es alarmante: algunas zonas podrían perder hasta un tercio de todos sus insectos en dos décadas, según alertó un estudio publicado en 2021 en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Las amenazas que se ciernen sobre las más de 10 millones de especies que habitan el planeta son variadas: deforestación, cambio climático, especies invasoras, agricultura industrializada e incluso la contaminación lumínica.
Aunque las noticias sobre el descenso mundial de las poblaciones de insectos no son nuevas, los últimos años han puesto de manifiesto el problema en numerosos informes y estudios. En el caso de las mariposas, las especies sufren dificultades por los incendios forestales, la sequía y los fenómenos meteorológicos extremos.
Las cifras son desalentadoras, pero los investigadores recalcan que no es demasiado tarde para ayudar a estos seres diminutos. Entre otras propuestas, estudios como el del Observatorio realzan el peso fundamental de la ciencia ciudadana para monitorizar a estas especies y poder protegerlas.
Quizá los pequeños cambios, como la observación ciudadana o limitar el uso de plaguicidas en el jardín, no evite las peores consecuencias del cambio climático, pero sí tendrá una fuerte repercusión en las poblaciones de insectos locales que habitan nuestras playas y dunas metropolitanas.