3 formas sorprendentes en las que el calentamiento global te puede hacer enfermar

Por Redacción National Geographic
Tres formas de enfermar con el calentamiento global
Tres formas de enfermar con el calentamiento global

7 de marzo de 2011

Un estudio reciente sugiere que el calentamiento global puede provocar problemas de salud en los seres humanos durante las próximas décadas, debido a microbios, bacterias y algas tóxicas.

Los científicos ya han previsto un mayor número de muertes y enfermedades causadas por olas de calor, desastres naturales y la expansión de enfermedades tropicales como la malaria.

Además, probablemente se presentarán otras amenazas a la salud menos evidentes, a medida que el calentamiento cambie la ecología de los entornos oceánicos y de agua dulce en las próximas décadas, afirmó un grupo de expertos en una reunión de la American Association for the Advancement of Science (Asociación Americana para el Avance de la Ciencia) que tuvo lugar en febrero en Washington, D.C.

Algunos de los científicos habían sido financiados por la Oceans and Human Health Initiative (Iniciativa de Salud Humana y Oceánica) de la NOAA (Administración Atmosférica y Oceánica Nacional), cuyo objetivo es el de identificar y gestionar riesgos ocultos para la salud provocados por el calentamiento global.

1. Las algas tóxicas podrían contaminar el marisco.

La proliferación del tipo de alga “marea roja”, que crea zonas muertas en el océano, puede hacerse más frecuente a medida que el mundo se caliente, sobre todo en la Región Puget Sound, según Stephanie Moore, del West Coast Center for Oceans and Human Health, (Centro de la Costa Oeste para la Salud Humana y Oceánica), perteneciente a la NOAA.

La especie de alga Alexandrium catenella produce un veneno que se puede acumular en el marisco y someter a los humanos a todo tipo de penalidades, desde los vómitos a la parálisis muscular y, en pocos casos, la muerte.

Moore y sus compañeros en la Universidad de Washington crearon modelos informáticos localizados que representaban el océano y los patrones climáticos en el futuro. El grupo identificó las condiciones medioambientales que resultaban ideales para las algas, sobre todo la temperatura del agua. Al prever la medida en que podrían calentarse los océanos, por ejemplo, los modelos predijeron la forma en que el cambio climático cambiaría los patrones de crecimiento de las algas con el tiempo.

"Descubrimos que, no sólo aumentará la cantidad de algas tóxicas durante la temporada en que éstas proliferan, que va normalmente desde Julio hasta octubre, sino que dicha temporada se alargará”, afirmó Moore.

"Podríamos ver que las algas comenzarían a proliferar dos meses antes en el año, en comparación con lo que hemos visto históricamente, y también podrían acabar hasta un mes más tarde de lo habitual".

A medida que suban las temperaturas, algunas especies de algas de agua cálida pueden empezar a extenderse hasta aguas tradicionalmente más frías. Otros sitios que ahora son apropiados para las algas podrían llegar a ser demasiado cálidos para las plantas más pequeñas.

Del mismo modo, ciertas especies dañinas de algas podrían dejar de crecer en el momento más fuerte del verano, añadió. Para estas especies, “en lugar de tener una sola temporada de proliferación al final del verano y principios de otoño, podríamos pasar a ver dos temporadas más cortas, una en primavera y otra a finales de otoño.

Semejantes cambios podrían suponer el cierre temporal de los criaderos de mariscos por motives de seguridad, y en general crear más problemas para aquéllos que intentan mantener seguro el suministro de alimentos para seres humanos.

"Si no buscan una toxina en concreto porque nunca ha sucedido nada en ningún lugar o momento, existe la posibilidad de que el marisco contaminado llegue al público”, explicó Moore.

"De modo que va a resultar necesario aumentar la vigilancia”, añadió. “Esperamos que estudios como éste puedan ser beneficiosos para preparar a quienes tengan que hacer frente a los diferentes aumentos en la población de algas que puedan llegar a ocurrir”.

 2. Las bacterias oceánicas dañinas podrían multiplicarse

Muchos modelos de cambio climático sugieren que las regiones húmedas se volverán más húmedas y las secas se secarán aún más.

Esto aumentaría la desertificación y la cantidad de tierra que llegaría a la atmósfera desde lugares como África occidental. 

Una gran parte de esa tierra acaba en el océano, lugar en el que, según los resultados de una investigación, sobrealimenta el crecimiento de bacterias dañinas que pueden acabar llegando al marisco.

Por ejemplo, Erin Lipp, de la Universidad de Georgia, y el estudiante de postgrado Jason Westrich han descubierto que la tierra de los desiertos marroquíes puede dar pie a un rápido crecimiento de Vibrio, un género de bacteria oceánica. Si se ingiere a través de marisco contaminado o de agua, los microbios pueden causar infecciones gastrointestinales y enfermedades contagiosas como el cólera.

Para su experimento, los científicos utilizaron tierra recogida de Marruecosy la mezclaron con agua marina sacada de los Cayos de Florida. En 24 horas la cantidad de Vibrio pasó de diez a un millar.

Los científicos descubrieron que el hierro de la tierra era lo que estimulaba el crecimiento en su mayor parte, indicó Westrich.

El hierro, ingrediente indispensable para muchas formas de vida, se encuentra en cantidades relativamente escasas en el agua marina. Es por ese motivo por el que se lleva a cabo el vertido de hierro en los océanos para promover el crecimiento del plancton que absorbe dióxido de carbono, algo que se considera una medida para combatir el cambio climático, aunque se trata de una muy polémica. 

Las estadísticas relativas a la intoxicación por ingestión de marisco en mal estado también muestran que la intoxicación por Vibrio ha crecido en un 85 por ciento desde 1996..

Nadie sabe si la tierra del desierto ha tenido algo que ver, pero Lipp and Westrich tienen la intención de averiguarlo.

"A corto plazo, estamos intentando centrarnos en qué sucede con el agua marina durante uno de estos grandes vertidos de tierra”, informó Lipp.

3. Las aguas residuales pueden contaminar el agua potable

En la Universidad de Wisconsin-Milwaukee, Sandra McLellanha utilizado la modelización para investigar de qué forma el aumento de las precipitaciones debido al cambio climático podría suponer un impacto en su estado y en algunos sistemas de alcantarillado que ya empiezan a presentar problemas en los Grandes Lagos.

En Wisconsin, el crecimiento urbano ha superado la capacidad de muchos sistemas de alcantarillado. Durante las tormentas intensas, las alcantarillas pueden desbordarse y llegar a los lagos, con la posibilidad de introducir bacterias y virus causantes de enfermedades en los suministros de agua potable. 

Con tan sólo 4,3 centímetros de agua en 24 horas se pueden provocar dichos desbordamientos, algo que ocurre en Milwaukee unas tres veces al año y más a menudo en algunas ciudades de los Grandes Lagos.

Los modelos climáticos predicen que es probable que las lluvias de primavera en Wisconsin aumenten durante la próxima mitad de siglo y, en el peor de los casos, que el volumen de precipitaciones que se desborde y llegue a los lagos se incremente en hasta un 20 por ciento, dijo Mc Lellan. Añadió que, si bien el análisis de desbordamientos se delimitó a Milwaukee, la investigación proporciona un modelo que se puede usar en otras ciudades de los alrededores de los Grandes Lagos y más allá.

"No es que el cambio climático esté creando un nuevo problema”, aclaró. “ya tenemos un grave problema de combinación de desbordamientos de aguas residuales. Estamos haciendo inversiones para intentar reducirlos, pero puede que nos veamos superados por el cambio climático y el desarrollo”.

"¿Cómo cambiará el clima durante los próximos 40 o 50 años? La idea es introducir esta previsión en nuestro plan actual”.

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