5 de septiembre de 2010
De menos del 1 por ciento del agua dulce disponible para consumo humano, un enorme 70 por ciento va dirigido al cultivo de alimentos y a la cría de ganado.
La dieta de una persona es probablemente la mayor parte de su consumo hídrico, especialmente si come carne de vacuno y de otros animales, alimentados con cultivos de riego intensivo como el maíz. Reducir el consumo de productos cárnicos a la mitad podría disminuir la demanda dietética de agua de los Estados Unidos en un 37 por ciento. La dieta promedio estadounidense necesita 4.997 litros diarios de agua para su producción.
Los alimentos también son el medio en que se traslada, importa o exporta el agua alrededor del mundo. Puede notar que el arroz que compra hoy se cultivó en una región árida de Jordania gracias a sistemas de riego extremadamente especializados, aunque no muy eficientes. Por ejemplo, el norte de China exporta anualmente al sur del país, 52 mil millones de metros cúbicos de agua de forma indirecta a través de alimentos y otros productos.
En áreas donde el acceso a los alimentos no se da por sentado (habitualmente regiones castigadas por las peores sequías e inundaciones), sobreviven 850 millones de personas desnutridas al año. A medida que el agua se torna más escasa, sucede lo mismo con los alimentos.
Ficha
- Las prácticas de riego más eficientes como el goteo y los micro-aspersores pueden reducir el volumen de agua aplicado a los campos agrícolas entre un 30 y 70 por ciento y pueden aumentar el rendimiento de las cosechas de un 20 a un 90 por ciento.
- El riego por goteo se utiliza en menos del 2 por ciento del terreno irrigado de todo el mundo.
- La reducción de las necesidades de riego en EE.UU. en al menos un 10 por ciento, podría liberar suficiente agua para satisfacer las nuevas demandas urbanas e industriales previstas para el 2025.