Incendios de Palisades en 2025, Los Ángeles, California

¿Son los incendios forestales más mortíferos que antes?

En el hemisferio norte, la temporada de incendios dura de junio a septiembre. A continuación se especifica lo que hay que saber sobre los peligrosos vientos estacionales.

Los fuertes vientos de Santa Ana azotaron las brasas mientras crecían los incendios de Palisades en la zona oeste de Los Ángeles el 7 de enero de 2025. Los incendios son una característica natural de los ecosistemas occidentales, pero en los últimos años se han vuelto más grandes y mortíferos.

Fotografía de Ringo Chiu, Reuters/Redux
Por Claire Wolters

Este artículo se publicó el 12 de abril de 2022, ha sido modificado el 9 de enero de 2025.

Decenas de miles de residentes de los barrios de Palisades, Eaton, Hurst y Lidia en los alrededores de Los Ángeles (Estados Unidos) han tenido que ser evacuados a causa de los grandes incendios forestales que han calcinado cientos de hectáreas a principios de 2025 y que, tras varios días ardiendo, no muestran signos de ralentizar su propagación.

Ya se está investigando el origen de unos incendios cuyo riesgo de desarrollarse ya era extremadamente alto este año en el sur de California: enero suele ser la estación lluviosa en Los Ángeles, pero este invierno las precipitaciones han sido escasas. 

Estas condiciones secas e inflamables ya eran extremadamente peligrosas cuando los vientos estacionales de Santa Ana de la región crearon ráfagas de 160 km/h en algunas zonas. Y el aumento del peligro se debe principalmente a estas ráfagas: los vientos cálidos y secos esparcen las brasas que provocan nuevas llamas y pueden dificultar la labor de los bomberos para contener los incendios.

Los incendios forestales pueden quemar millones de hectáreas de tierra a una velocidad asombrosa, consumiendo todo lo que encuentran a su paso. Estas llamas ondulantes se desplazan a más de 22 km por hora, lo que equivale a un ritmo de más de 6,4 kilómetros por minuto, y pueden superar al ser humano medio en cuestión de minutos.

El alcalde de Malibú y bombero Rick Mullen

El alcalde de Malibú y bombero Rick Mullen inspecciona una casa en llamas atrapada en el incendio de Woolsey.

Fotografía de Wally Skalij, Los Angeles Times/Getty Images

En España, las cifras de incendios forestales han mejorado considerablemente desde 2012, pero no se trata de una mejora lineal, sino de un descenso lleno de altibajos. Frente a los 10 344 y 7568 incendios registrados respectivamente en 2022 y 2023, las cifras provisionales de 2024 del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico contabilizan un total de 5953 incendios forestales en nuestro país.

La destrucción causada por los incendios forestales en Estados Unidos ha aumentado significativamente en las últimas dos décadas. Un promedio de 72 400 incendios forestales despejaron un promedio de 2 832 800 hectáreas de tierra estadounidense cada año desde el año 2000, el doble del número de hectáreas calcinadas por los incendios forestales en la década de 1990. En 2015, la mayor temporada de incendios forestales registrada en la historia de Estados Unidos quemó más de 4 046 856 hectáreas de tierra.

Dado que se prevé que gran parte de las regiones del hemisferio norte sean más cálidas y secas con el cambio climático, se espera que el riesgo de incendios forestales aumente en general. Al mismo tiempo, a medida que se incrementa la población de las regiones más desarrolladas del planeta y la gente se traslada cada vez más a las zonas rurales y silvestres, es probable que haya más casas y otras estructuras en peligro. Por eso es fundamental entender cómo se inician los incendios forestales, cómo detenerlos y qué hacer cuando se producen.

(Relacionado: España reduce casi un 60% la superficie quemada por incendios)

Cómo se inician los incendios forestales

Aunque la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos los clasifica como desastres naturales, únicamente entre el 10 % y el 15 % de los incendios forestales se producen sin intervención externa en la naturaleza. En Estados Unidos, el 85-90 % restante se debe a causas humanas, como incendios desatendidos de campamentos y escombros, cigarrillos desechados e incendios provocados. Unas cifras similares a las que ofrece el Ministerio de Transición Energética responsable de la lucha contra los incendios en España.

Los incendios forestales que se producen de forma natural pueden desencadenarse durante el clima seco y las sequías. En estas condiciones, la vegetación normalmente verde puede convertirse en un combustible inflamable y completamente seco; los fuertes vientos propagan el fuego con rapidez y las temperaturas cálidas favorecen la combustión. Con estos ingredientes, basta con una chispa (en forma de rayo, incendio provocado, una línea eléctrica caída, una hoguera o un cigarrillo encendido) para causar estragos.

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      Incendio de California en 2020

      El Bosque Nacional de los Ángeles se vio envuelto en algunos incendios durante la temporada de 2020, la peor de la historia de California. A medida que aumentan las temperaturas en el Oeste y persiste la sequía, empeoran las condiciones de los incendios. Lo que antes era un riesgo estacional, ahora persiste todo el año.

      Fotografía de Stuart Palley, Nat Geo Image Collection

      Para que un incendio forestal arda, ya sea natural o provocado por el hombre, deben darse tres condiciones: combustible, oxígeno y una fuente de calor. Los bomberos llaman a estos tres elementos el triángulo del fuego.

      El combustible es todo el material inflamable que rodea al fuego, incluidos los árboles, la hierba, la maleza e incluso las casas. Cuanto mayor sea la carga de combustible de una zona, más intenso será el incendio. 

      El aire suministra el oxígeno que necesita un incendio para arder. En Estados Unidos, donde los incendios más conocidos se producen en California, estos empeoran por los vientos calientes y secos de Santa Ana, que pueden trasladar una chispa a kilómetros de distancia. En Hawái, los vientos del huracán Dorian alimentaron las llamas que arrasaron Maui en 2023.

      Las fuentes de calor ayudan a desencadenar el incendio forestal y a llevar el combustible a temperaturas lo suficientemente calientes como para prenderlo. Los relámpagos, las hogueras o los cigarrillos encendidos, e incluso el sol, pueden proporcionar el calor suficiente para provocar un incendio forestal.

      Los bomberos combaten las llamas privándolas de uno o varios de los elementos fundamentales del triángulo del fuego. Un método tradicional consiste en apagar los incendios existentes con agua y rociar retardantes del fuego. A veces, los bomberos también trabajan en equipo, a menudo llamados "bomberos de reacción inmediata", para eliminar la vegetación del terreno que rodea al incendio y así contenerlo y finalmente privarlo de combustible. Las extensiones de terreno resultantes se denominan cortafuegos.

      Los bomberos también pueden emplear la quema controlada, creando incendios de fondo, para frenar un incendio forestal. Este método consiste en combatir el fuego con fuego. Estas quemas prescritas (y controladas) eliminan la maleza, los matorrales y la hojarasca de un bosque, privando de combustible a un incendio forestal que, de otro modo, arrasaría sin límite.

      ¿Están empeorando los incendios forestales?

      Aunque los incendios forestales son una parte natural de muchos ecosistemas, el cambio climático ha creado condiciones que hacen que los incendios sean más grandes, más probables y una amenaza durante todo el año.

      Por ejemplo, California se ha calentado alrededor de un grado y medio desde que el ser humano empezó a producir emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la quema de combustibles fósiles. Todo este calor persistente y la escasez de precipitaciones absorben la humedad del suelo, creando una vegetación más seca e inflamable.

      Boise Forest Fire

      Los fuertes vientos y las altas temperaturas avivaron un incendio forestal en 1996 en las estribaciones de Boise, Idaho, hasta convertirlo en un infierno que ardió durante siete días. Cuando por fin se extinguió, el incendio -denominado Eighth Street Fire- había calcinado unas 6000 hectáreas y dejado al descubierto dos de las principales cuencas hidrográficas de la región.

      Fotografía de Mark Thiessen

      Beneficios de los incendios forestales

      Aunque pueden ser peligrosos para el ser humano, los incendios naturales desempeñan un papel fundamental en la naturaleza: al quemar materia muerta o en descomposición, pueden devolver al suelo los nutrientes que de otro modo quedarían atrapados. También actúan como desinfectantes, eliminando las plantas enfermas y los insectos dañinos de un ecosistema.

      Los incendios forestales adelgazan las copas de los árboles y el sotobosque, lo que permite que la luz del sol llegue al suelo del bosque y que crezca una nueva generación de plántulas. De hecho, algunas especies de árboles, como las secoyas, dependen del fuego inclusive para que sus semillas se abran.

      Sin embargo, en Hawái (que sufrió unos catastróficos incendios en 2023), las hierbas invasoras no autóctonas del estado pudieron haber empeorado los incendios de Maui. Esta hierba inflamable cubre ahora una cuarta parte de la superficie total de Hawái, y la superficie media quemada por incendios forestales ha crecido un 400% en los últimos 100 años, según la Hawaii Wildfire Management Organization.

      (Relacionado: ¿Qué pasa en un pueblo después de un incendio forestal devastador?)

      Qué hacer en un incendio forestal

      Los incendios forestales devastan todo lo que encuentran a su paso. Aunque resulta difícil frenarlos, hay medidas al alcance de todos que pueden tomarse antes, durante y después de que se propaguen para limitar sus daños.

      Antes:

      • Si sabes que un incendio forestal se dirige a tu zona, lo mejor que puedes hacer es marcharte inmediatamente.
      • Si vives en una zona propensa a los incendios, lo mejor es prepararse con antelación. Ten en mente un plan de evacuación y una "bolsa de viaje" con suministros de emergencia ya preparados durante la temporada de incendios.
      • Mantén la maleza, los matorrales y otros combustibles potenciales podados en tu propiedad, especialmente alrededor de tu casa.
      • Guarda las parrillas, tanques de propano u otros materiales inflamables que pueda haber en tu patio.
      • Cierra todas las puertas y ventanas y llena de agua los lavabos, bañeras y otros recipientes para evitar el fuego.
      • Cierra los suministros de gas natural, propano o aceite combustible.
      • El California Chaparral Institute sugiere que, cuando compres una casa en una zona propensa a los incendios forestales, intentes evitar los vecindarios con pendientes pronunciadas o desprovistos de vegetación. Dicha organización afirma que, aunque algunas personas temen que las casas cercanas a los arbustos sean más propensas a arder, no ocurre necesariamente así. Más bien, un paisaje sin vegetación puede ser la pista perfecta para que los vientos traigan brasas, que son una de las mayores amenazas para las casas durante un incendio forestal.
      • El California Chaparral Institute también señala que humedecer el tejado puede ayudar a reducir el riesgo de que las brasas que se mueven por el aire se queden enganchadas. De hecho, algunas personas en zonas propensas a los incendios incluso instalan rociadores en los tejados con ese fin.
      • Si no puedes salir cuando se aproxima un incendio, llama al 112. A continuación, ponte una mascarilla, o mejor, un respirador N95 para ayudar a reducir la inhalación de humo y partículas.

      Durante:

      • Escucha las alertas de emergencia.
      • Si no puedes salir, quédate dentro. Dirígete al edificio o sala más segura con los niveles de humo más bajos. Agáchate para inhalar el mejor aire. Si no tienes una máscara, respira a través de un paño húmedo.
      • Si te encuentras en el exterior, intenta encontrar una masa de agua en la que agacharte. Si no puedes, busca una depresión con menos vegetación y agáchate, cubriéndote con mantas húmedas, ropa o tierra si es posible.

      Después:

      • No regreses hasta que te lo indiquen.
      • Escucha a las autoridades antes de beber agua de la zona.
      • Evita los objetos calientes, humeantes o carbonizados.
      • Envía mensajes de texto a tus amigos y familiares, pero no hagas llamadas, pues las líneas pueden estar ocupadas.
      • Utiliza una máscara antipolvo y haz un inventario de los daños materiales.
      • Permanece atento al riesgo de inundación, ya que es posible que se hayan retirado los árboles y la vegetación protectora, dejando al descubierto la tierra suelta.

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      Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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