Instalaciones nucleares e hidroeléctricas en situación de riesgo

Por Redacción National Geographic
Los riesgos de las centrales energéticas
Los riesgos de las centrales energéticas

14 de marzo de 2011

Desde las instalaciones hidroeléctricas en el Himalaya a las plantas de energía nuclear en Europa Occidental, los recursos energéticos ya están siendo afectados por las inundaciones, olas de calor, sequías, entre otros, según ha explicado el experto Cleo Paskal a National Geographic.

Tradicionalmente, las centrales eléctricas e instalaciones de energía se han construido alrededor de zonas de agua como es el caso de de la presa Hoover, en Nevada.

Pero en un mundo que se calienta rápidamente, los lugares que en un principio pueden parecer idóneos para la construcción de centrales energéticas, pueden cambiar con el tiempo y transformarse en algo completamente..  Por ejemplo, una instalación construida en el permafrost en el Ártico podría colapsar debido a la tundra. (Ver imágenes del calentamiento del Ártico.)

"Hay una comprensión cada vez mayor en la necesidad de evaluar nuestro impacto sobre el medio ambiente", dijo Cleo Paskal, un experto en medio ambiente y seguridad en el Instituto Royal de Londres de Asuntos Internacionales y autor del libro “Calentamiento global”.

EE.UU. en "mal estado"

Con el cambio climático se prevé que aumentará el  nivel del mar entre 18 centímetros y 59, según un informe de 2007 de las Naciones Unidas Intergubernamentales de Expertos sobre el Cambio Climático.

Las zonas con mayor riesgo son los Estados Unidos ,señaló Paskal. Más de la mitad de la población estadounidense viven en la costa donde también se encuentran muchas de sus  centrales energéticas. Las zonas pobladas de la costa serán las zonas más afectadas por el incremento del agua.  

Una tormenta podrá inundar con facilidad gran parte de las redes energéticas y dañar las infraestructuras de Washington D.C  o Nueva York.

La  Costa del Golfo es el hogar de muchas instalaciones de energía marina y costera, donde se genera más de un cuarto de la producción de petróleo de los EE.UU. y casi el 15 por ciento de la producción de gas natural. Sin embargo, la costa también es vulnerable a fenómenos meteorológicos extremos y las inundaciones que aumentarán debido al cambio climático.

En 2005, el huracán Katrina dañó más de 450 oleoductos y 113 plataformas a lo largo de la costa del golfo, reduciendo la producción de petróleo a la mitad y provocando un alza en los precios mundiales del petróleo. La mayoría de la infraestructuras fueron reconstruidas.

Agua caliente.

Las inundaciones ya han afectado a la producción en algunas plantas de los EE.UU., Francia y la India.
Pero quizás lo que más debería preocupar a las instalaciones nucleares son las olas de calor que serán comunes en Europa a partir del año 2040.

Durante una ola de calor, el aire caliente calienta el agua, incluso antes de entrar en la planta. Así que cuando las aguas residuales son devueltas al mar tras ser bombeadas estas pueden alcanzar temperaturas lo bastante altas como para  matar a los ecosistemas.

Es por el gobierno francés ha establecido un límite en la temperatura de las aguas residuales. El agua que se devuelva al mar no podrá superar los 75 grados. Cuando las aguas residuales superen esta temperatura durante una ola de calor, los reactores deberán cerrarse o apagarse, lo que significa mantener la planta funcionando a un nivel de energía más bajo.

Pero algunos gobiernos permiten el aumento de la temperatura en las aguas residuales en momentos puntuales:  en 2003 durante una ola de calor sin precedentes en Francia el gobierno aumentó la temperatura máxima a 86 grados Fahrenheit .

El gobierno francés también decidió cerrar o apagar temporalmente 17 reactores nucleares durante la ola de calor de 2003. El cierre tuvo un coste de unos 408 millones dólares (. Más recientemente, durante una ola de calor en 2009, un tercio de las plantas del país se apagaron. Francia compró durante ese verano energía al Reino Unido.

Las reglas cambian.

Las hidroeléctricas que dependen de los glaciares, gran parte en Nepal, India, China y los Alpes europeos, también se encuentran en peligro, ya que dependen del flujo estacional de la escorrentía glacial, al igual que las presas dependen de la precipitaciones estacionales y las nevadas.

Pero con el aumento de las temperaturas los glaciares se derriten más deprisa provocando que haya más agua en las presas hidroeléctricas diseñadas para generar energía que en las presas diseñadas para contener el agua.

Las lluvias irregulares también causan estragos. En la ciudad india de Surat, en 2006, lluvias inusualmente pesadas provocaron que una presa se desbordara provocando una inundación  en la mayor parte de la ciudad y matando a cientos de civiles. Por el contrario, la falta de precipitaciones entre 2008 y 2009 fue culpable de la caída de casi un 9%  de la energía hidroeléctrica en la India durante esos años.

Planes con poca previsión de futuro.

Estos ciclos de agua caprichosos pueden estimular la innovación de nuevas tecnologías energéticas, como las energías renovables, según la opinión de expertos.

"Hemos llegado a un punto donde ya no podemos suponer que tendremos suficiente agua para construir las mismas centrales de energía que se construían hasta el momentol ", dice Peter Gleick, co-fundador y presidente del Instituto del Pacífico para Estudios del Desarrollo, Medio Ambiente y Seguridad de Oakland, California.

Pero incluso alternativas como la energía solar tiene sus propios desafíos. "Las plantas de energía solar térmica son grandes y  su única preocupación es la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero", dijo Gleick. Pero "hay otros problemas ambientales que nos preocupa, y uno de ellos es el agua."

Es por eso que algunas compañías de energía, como la empresa de energía solar BrightSource Energy con sede en California empresa, están experimentando con las plantas solares por enfriamiento seco. Durante el enfriamiento en seco, las turbinas de vapor de escape entran en un condensador de aire de refrigeración, donde el agua se condensa el vapor y regresa a la caldera. Esto reemplaza la necesidad de un flujo de agua fresca para enfriar la planta.

Sin embargo, las fuentes renovables como la solar no son inmunes a las fuerzas de la naturaleza. El experto en medio ambiente Paskal señaló: Una planta de energía solar en Cedar Rapids, Iowa, se inundó durante las inundaciones históricas de 2008.

"No tiene sentido montar paneles solares en una llanura propensa a las inundaciones”.

La falta de previsión en la planificación de infraestructuras energéticas es común, especialmente en los EE.UU., donde miles de millones de dólares se invierten en nuevos proyectos de energía donde no se ha tenido en cuenta posibles catástrofes” comenta Paskal.

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