¿Qué debemos hacer con los medicamentos caducados que ya no necesitamos?
Tirar los restos de medicamentos a la basura puede contaminar las vías fluviales, amenazando a las personas y a la fauna. He aquí algunas soluciones más seguras.
Si tienes una colección de medicamentos caducados o que no uses en algún armario o cajón de casa y no sabes cuál es la mejor manera de deshacerte de ellos, no estás solo.
Una encuesta realizada en 2021 por encargo de Covanta, una empresa de gestión de residuos con sede en Nueva Jersey (Estados Unidos), reveló que el 53% de los 2000 estadounidenses encuestados no tenía ni idea de qué hacer con sus medicamentos viejos. La acumulación de píldoras es un resultado común, y muchas personas acaban tirando estos medicamentos a la basura doméstica o los tiran por el retrete o el fregadero, ninguna de las cuales es una buena idea.
Los medicamentos no utilizados o caducados que se encuentran en el hogar pueden caer en manos equivocadas y provocar una intoxicación accidental o una sobredosis. Un estudio reveló que, entre 2000 y 2015, los Centros de Control de Intoxicaciones de Estados Unidos recibieron aproximadamente 32 llamadas al día sobre niños que habían ingerido accidentalmente opioides que habían sido almacenados o desechados incorrectamente.
Cuando los medicamentos se tiran por el desagüe o se envían al vertedero, los productos farmacéuticos pueden contaminar nuestras aguas subterráneas, lagos, ríos y arroyos, amenazando la vida humana y acuática (si bien nuestra orina y heces que contienen restos de medicamentos consumidos constituyen un foco contaminación incluso mayor). Las plantas de tratamiento de aguas residuales no están diseñadas para eliminar estos productos farmacéuticos, dice Tim Carroll, portavoz de la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU., en un correo electrónico. "El primer mensaje de la EPA a todo el mundo es que NO tire los medicamentos sobrantes y no utilizados por el desagüe".
Así pues, ¿cómo se pueden eliminar los medicamentos innecesarios de venta libre y con receta que se acumulan en nuestros hogares? Hay algunas opciones.
Programas de recogida de medicamentos
Desde hace más de dos décadas, en España existen más de 21 000 farmacias que cuentan con un Punto SIGRE en el cual depositar medicamentos caducados, así como cajas de medicamentos y envases vacíos. Estos son trasladados a la Planta de Clasificación de Envases y Residuos de Medicamentos de Tudela de Duero (Valladolid), donde se separan envases y medicamentos.
Pero, ¿qué pasaría si se estableciese un día en concreto para animar a la población a deshacerse de los medicamentos que no necesita? Con esta idea en mente, la Administración para el Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) de EE.UU. lanzó su primer Día Nacional de Devolución en septiembre de 2010. En más de 4000 lugares de los 50 estados se recogieron casi 113 toneladas de productos farmacéuticos que la gente devolvió. Desde entonces, la DEA ha organizado este evento de un solo día cada dos años; en abril de este año, más de 5000 lugares recogieron cerca de 327 toneladas de productos farmacéuticos.
Agentes de la Administración para el Control de Drogas (DEA) y soldados de la Fuerza de Tarea contra las Drogas de la Guardia Nacional de Nueva Jersey se deshicieron de medicamentos recetados para ser incinerados en la Instalación de Recuperación de Recursos de Covanta Essex durante la Operación Take Back New Jersey en Newark, Nueva Jersey, el 31 de octubre de 2017. La Operación Take Back New Jersey es un programa de la DEA que proporciona un método seguro y legal para que los ciudadanos de Nueva Jersey se deshagan de sus medicamentos no deseados, no utilizados y caducados. La Guardia Nacional de Nueva Jersey ayudó en la recogida y eliminación de los medicamentos.
Se estima que, de media, cada español recicla unos 100 gramos de medicamentos al año, según un informe de SIGRE publicado en julio de 2022. En 2021, Stericycle, la mayor empresa de incineración de residuos médicos de Estados Unidos, quemó 18 millones de kilogramos de productos farmacéuticos no utilizados y caducados, afirma Jim Anderson, vicepresidente de gestión de productos e innovación de la empresa. La incineración produce una ceniza inerte que se envía a los vertederos. Sin embargo, uno de los inconvenientes de este método de eliminación es que el transporte y la quema de estos residuos y sus envases pueden liberar emisiones de gases de efecto invernadero que pueden ser potencialmente mayores que los generados si los medicamentos se depositan en un vertedero, según la estimación de un estudio.
Sin embargo, son preferibles estos programas de devolución, ya que reducen el riesgo de mal uso de los fármacos y la incineración "elimina eficazmente la entrada de estos productos farmacéuticos en las aguas de nuestro país", afirma Carroll.
Sin embargo, Steve Skerlos, ingeniero mecánico, civil y medioambiental de la Universidad de Michigan (Estados Unidos), sostiene que los programas de devolución podrían seguir dando lugar a que los medicamentos se acumulen en los hogares (el problema , precisamente, para el que fueron diseñados estos programas). "La pregunta es: si tengo un medicamento extra que no he utilizado, ¿voy a esperar y salir de casa al día siguiente, o a la semana, o incluso al mes, para devolverlo?", se pregunta, con lugares rurales o núcleos de población aislados en mente. "Una persona razonable puede considerar la posibilidad de depositarlo en un vertedero para sacarlo rápidamente de casa".
En estos casos, la DEA sugiere mezclar los comprimidos y cápsulas medicinales con sustancias no deseadas, como posos de café o arena para gatos, y tirar la mezcla a la basura dentro de una bolsa o recipiente cerrado (eso sí, no aplastes los medicamentos).
Y aunque la EPA desaconseja tirar los productos farmacéuticos por el desagüe, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE.UU. mantiene una lista de medicamentos limitados que tienen el potencial de ser mal utilizados o de provocar la muerte si se toman de forma inadecuada. En definitiva, si los medicamentos no figuran en dicha lista, sí que podrían tirarse por el desagüe cuando no existan alternativas de eliminación más seguras.
Las farmacias estadounidenses también venden destructores de medicamentos como DisposeRx que pueden funcionar con píldoras, tabletas, cápsulas, líquidos y polvos. "Es del tamaño de un paquete de azúcar", dice Thomas Menighan, antiguo director general de la Asociación Americana de Farmacéuticos. "Lo abres, lo pones en un frasco de opioides sin usar, o de cualquier medicamento, por ejemplo, viertes un poco de agua y lo agitas, se convierte en una papilla blanca", que luego se puede tirar a la basura.
Pero no está claro si estos productos aglutinan o inactivan permanentemente los compuestos medicinales para que no acaben en el líquido del vertedero, que se vierte en las plantas de tratamiento de aguas residuales, y puede acabar contaminando nuestras vías fluviales.
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Reciclaje de productos farmacéuticos
Aunque parezca sorprendente, no todos los medicamentos que no se utilizan deben tirarse a la basura.
Cada año se desechan en EE.UU. medicamentos no caducados por valor de unos 5000 millones de euros. Esto puede deberse a que un paciente fallezca, a que su estado mejore y ya no necesite la medicación prescrita, a que se cambie la dosis o a que experimente efectos secundarios y se le administren nuevos fármacos. En estos casos, estos medicamentos no caducados (con un valor estimado de 700 millones de euros) pueden reciclarse.
"Estamos desperdiciando mucha medicación que ya está pagada", dice Anandi Law, especialista en participación de pacientes de la Western University of Health Sciences de California (Estados Unidos). "Podríamos hacer que lo tuviera otra persona que lo necesita".
Millones de adultos estadounidenses se saltan o retrasan la obtención de sus recetas debido a los altos costes. De ahí que al menos 40 estados hayan aprobado leyes para establecer programas de depósito de medicamentos que permiten a las farmacias, fabricantes de medicamentos, centros médicos y de atención a largo plazo y, a veces, a los particulares, donar sus medicamentos no utilizados en los envases originales sellados o en envases a prueba de manipulaciones.
Un farmacéutico autorizado inspecciona entonces la medicación donada para comprobar la fecha de caducidad y buscar signos de manipulación, marcas erróneas o cualquier indicación de que el medicamento pueda estar en peligro. Una vez aprobados, los medicamentos pueden ser dispensados a personas sin seguro o con seguro insuficiente a través de farmacias, hospitales, clínicas de caridad o centros de salud comunitarios aprobados por el estado.
Desde su inicio en 2007, el programa de donación de medicamentos de Iowa, SafeNetRx, ha atendido a más de 117 000 pacientes y ha redistribuido unos 54 millones de euros en medicamentos y suministros. El programa de Georgia se lanzó formalmente en 2018, y ya ha surtido recetas por valor de casi 50 millones de euros.
"Aunque más de 40 estados tienen estas leyes de donación de medicamentos, mucha gente no sabe que existen", dice Kiah Williams, cofundadora de SIRUM, una organización sin ánimo de lucro que trabaja con farmacias y centros de salud de todo el país para ayudar a la donación de medicamentos.
La donación de medicamentos no utilizados o el uso de programas de devolución son voluntarios para los hogares, pero los expertos esperan que más personas utilicen estas opciones en lugar de tirar los medicamentos sobrantes a la basura o por el desagüe, que suele ser más cómodo. En España, este tipo de medicamentos también se pueden depositar en los puntos SIGRE.
"Todos estos esfuerzos son todavía relativamente nuevos", afirma Carroll. "Creemos que tenemos un largo camino por recorrer hasta que los hogares cambien sus hábitos".
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.