11 de noviembre de 2010
Desiertos crecientes
Es difícil concebir que el calentamiento global tenga algún efecto nocivo en los ya de por sí calurosos desiertos del mundo. Pero incluso pequeños cambios en los patrones de temperatura o precipitación podrían afectar drásticamente a la fauna y flora que vive en los desiertos. En algunos casos, se pronostica que el calentamiento global incrementará el tamaño de los desiertos, que ya cubren una cuarta parte de la Tierra.
Las actividades humanas como la recogida de leña y el pastoreo intensivo están convirtiendo las regiones semiáridas en desiertos, un proceso al que se conoce como desertificación. El crecimiento poblacional y la mayor demanda de tierra de labranza presentan serios obstáculos a los esfuerzos realizados para combatir este dilema.
(Relacionado: La Gran Muralla Verde africana que protegerá el Sahel de la desertificación)
Riesgos
- El calentamiento global está aumentando la incidencia de las sequías, que secan los Las altas temperaturas pueden incrementar el número de incendios forestales que alteran los paisajes xerófilos debido a la eliminación de los árboles de lento crecimiento y los arbustos sustituyéndolos por yerba de rápido crecimiento.
- Los regadíos utilizados para la agricultura, pueden, a largo plazo, elevar los niveles de salinidad del suelo hasta el punto de no admitir el crecimiento de las plantas.
- El pastoreo puede destruir muchas plantas y animales desérticos.
- El cianuro de potasio utilizado en la minería aurífera puede envenenar la vida animal y vegetal.
- Los vehículos todo terreno usados de forma irresponsable, pueden causar daños irreparables a los hábitats desérticos.
- La producción gasífera y petrolífera puede afectar los ecosistemas sensibles.
- Los desechos nucleares pueden almacenarse en los desiertos, puesto que ya han sido utilizados como campos de prueba para explosiones nucleares.
Soluciones
- El uso más eficiente de los recursos hídricos y un mayor control de la salinización para mejorar la calidad de los suelos áridos.
- La búsqueda de nuevas formas de rotación de cultivos para proteger las frágiles capas superficiales.
- La plantación de arbustos y árboles que sirvan de fijación para la arena.
- La plantación de leguminosas, que extraen nitrógeno del aire y lo fijan en el suelo, para restablecer la fertilidad de la tierra.
- Utilización de los todoterrenos sólo en los caminos y carreteras designados para ello
- Cavar surcos en el terreno que conserven el agua de lluvia y atrapen las semillas que transporta el viento.