Ríos
Los ríos y sus afluentes son las venas del planeta que bombean agua dulce a los humedales, a los lagos y al mar.
El Parque Natural del Alto Tajo tiene un paisaje singular formado por cañones y hoces fluviales, así como singulares perfiles en forma de agujas y monolitos sobre rocas y areniscas rojas. Esta área protegida es el hábitat del 20 por ciento de las especies de la flora ibérica, como aves rapaces, mamíferos, reptiles, anfibios y peces. Además, este parque es uno de los últimos refugios para el águila perdicera, especie amenazada de gran valor, y alberga poblaciones de rapaces como el águila real, el halcón peregrino, el alimoche, el búho real o el buitre leonado.
Artículo publicado el 5 de septiembre de 2010 y actualizado el 7 de abril de 2022.
Los ríos y sus afluentes son las venas del planeta que bombean agua dulce a los humedales, a los lagos y al mar. Llevan nutrientes a través de los ecosistemas acuáticos manteniendo miles de especies vivas y ayudando a sostener una industria pesquera valorada en miles de millones de euros.
Los ríos también son el elemento vital de las civilizaciones humanas. Suministran agua a las ciudades, granjas y fábricas. Los ríos tallan rutas de navegación alrededor del globo y nos proporcionan comida y entretenimiento. También utilizamos los ríos como fuente de energía. Las plantas hidroeléctricas construidas de orilla en orilla aprovechan la potencia del agua y la convierten en electricidad.
Sin embargo, los ríos también son, a menudo, el destino de gran parte de nuestra contaminación urbana e industrial así como de nuestros residuos líquidos. Por ello, los ríos y los lagos son los ecosistemas más degradados del mundo. Cuando llueve, los fertilizantes químicos y los deshechos de los animales de las áreas residenciales y de los terrenos agrícolas acaban en los riachuelos locales, en los ríos y en otras masas de agua y eventualmente acaban en el grifo de tu cocina y a veces en el océano.
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El resultado: fuentes de agua potable contaminada y descenso de especies acuáticas además de zonas de costa muertas por la sobrecarga de aguas residuales y fertilizantes. Un informe publicado en 2021 afirma que, debido al estado de deterioro de los ríos, las poblaciones de peces están al límite.
Aunque es una crisis que recibe menos atención que otras emergencias medioambientales, las poblaciones de vertebrados de agua dulce han disminuido un 86 por ciento desde 1970 — el doble que los ecosistemas marinos o terrestres — y casi un tercio de las especies de peces de agua dulce se encuentran en peligro de extinción. La importancia de los ecosistemas de agua dulce es vital: existen más tipos de peces de agua dulce —18 075 y subiendo— que especies de peces viviendo en los océanos y mares del mundo.
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Durante el trascurso de la historia humana, los ríos han sido manipulados para el riego, para el desarrollo urbano, la navegación y la energía. Los embalses y diques ahora alteran su flujo, interrumpiendo las fluctuaciones naturales y los patrones de cría y alimentación de los peces y de otras criaturas de río. La tecnología y la ingeniería han cambiado el curso de la naturaleza y ahora buscamos formas de restaurar el flujo y la función del sistema circulatorio de nuestro planeta.
Un número inquietante de grandes ríos, entre otros, el Colorado, Río Grande, el Río Amarillo, el Indus, el Ganges, el Amu Darya, el Murray y el Nilo están tan saturados que apenas no vierten agua o han llegado a no verterla en absoluto durante meses.
Los científicos creían que 20 ríos, como máximo, transportaban la mayor parte de plástico a los océanos, pero ahora saben que son muchos más, lo que complica las posibles soluciones. En 2017, dos grupos de investigadores concluyeron que el 90 por ciento de los residuos plásticos transportados por ríos que desembocan en los océanos circulaban por unos pocos grandes ríos continentales. Según los expertos, limpiar esos ríos —10 ríos en un estudio y 20 en el otro— podría ayudar a resolver el problema.
Otra investigación publicada en Science Advances afirmaba sin embargo que el 80 por ciento de los residuos plásticos se distribuyen entre más de 1000 ríos, y que la mayor parte de esos residuos son transportados por ríos pequeños que atraviesan zonas urbanas densamente pobladas, y no tanto por los ríos más grandes.
En el camino hacia la búsqueda de soluciones, China está llevando a cabo un proyecto masivo de 60 mil millones de dólares para trasvasar agua desde la cuenca del río sureño Yangtze al norte del país donde escasea el agua. Si se completa sería el proyecto de construcción más grande la Tierra y trasvasaría 41,3 billones de metros cúbicos de agua al año, un volumen equivalente a la mitad del río Nilo.
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También California, tras sufrir 19 inundaciones entre 1961 y 1997 en Napa, optó por restaurar la planicie aluvial con una inversión de más de 300 millones de euros en lugar de llevar a cabo otras estrategias de control de las inundaciones como la canalización y la construcción de diques.
Los beneficios ecológicos - y por tanto económicos - de mantener los ríos sanos están cada vez más claros según los científicos. Sin embargo, advierten que debemos avanzar rápidamente si queremos salvar ecosistemas cruciales.
"La humanidad está íntimamente ligada a la salud de los ecosistemas de agua dulce", afirma Kathy Hughes, especialista en agua dulce del World Wildlife Fund en el Reino Unido y autora principal del nuevo informe. "La biodiversidad de agua dulce es nuestro canario en la mina y si los ecosistemas de agua dulce ya no pueden sustentar una biodiversidad próspera, entonces es una señal inequívoca de que tampoco son buenos para la humanidad".