Una bacteria de heces humanas, responsable de la muerte de los corales

Por Redacción National Geographic
¿Por qué mueren los corales?
¿Por qué mueren los corales?

14 de octubre de 2011

Un nuevo estudio revela que la misteriosa enfermedad que está acabado con las poblaciones de coral en Florida y el Caribe es provocada por microbios que viven en heces humanas.

Según los expertos, es una consecuencia de que los mares se parezcan cada vez más a nuestros estómagos.

El coral cuerno de alce (Acropora palmate) era el más común de los corales del Caribe, pero su población se ha reducido cerca de un 90 por ciento durante los últimos quince años  y en la actualidad está en peligro de extinción según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Uno de los factores que está acabando con este tipo de coral es la enfermedad conocida como serratiosis de acróporas, una infección que mata la fina capa de células vivas de la superficie del coral, dejando al descubierto su esqueleto.

Un estudio realizado en 2002 reveló que esta enfermedad es causada por la bacteria Serratia marcescens, común en los humanos, que puede causar septicemia (infección de la sangre).

Sin embargo, la bacteria Serratia también puede darse en ciervos, gaviotas y otras especies, por lo que los científicos no podían estar seguros a la hora de culpar a los humanos.

La inusual evolución de una bacteria

En su estudio, los científicos expusieron el coral cuerno de alce a varias cepas de la bacteria. Algunas provenían de gaviotas, ciervos y gatos y una provenía de desechos humanos de una planta de tratamientos de aguas residuales de Cayo Hueso.

El experimento demostró que «solamente la cepa humana mata el coral», afirmó el coautor del estudio James Porter, ecologista de la Universidad de Georgia.

Según el nuevo estudio, publicado el miércoles en la revista online PLoS One, se trata del primer caso de enfermedad humana que acaba con la vida de una especie marina invertebrada.

«Normalmente las enfermedades provienen de la naturaleza», comentó Porter, «pero esta vez somos nosotros los que provocamos enfermedades a la naturaleza».

De acuerdo con Porter, la serriatosis de acróporas es poco común, porque supone un «triple salto» para la bacteria: primero tiene que saltar de vertebrados a invertebrados, luego de un medio terrestre a uno acuático y, por último, de un medio con oxígeno a uno anaerobio.

«Esta capacidad de la bacteria no resulta tan sorprendente, dada la historia de la Serratia marcescens», afirmó Porter.

«Fue la primera enfermedad humana que se volvió resistente a la penicilina en los años 60», afirmó. «Tenía una estructura genética muy flexible, lo que la capacitó para los saltos triples».

Mares iguales que nuestros estómagos

Debido en parte a los hallazgos del equipo, la ciudad de Cayo Hueso renovó sus plantas de aguas residuales hace unos tres años.

«Antes de los cambios, los residuos contenían la bacteria Serratia. Después no se ha detectado», comentó. «Esto no quiere decir que no haya ni una, pero lo cierto es que ahora mismo con indetectables».

El equipo teme que la Serratia, u otra bacteria humana, pueda causar enfermedades similares en otras especies de coral.

«La Serratiaprefiere vivir en estómagos humanos, que son cálidos y ricos en nutrientes», señaló Porter said. «Nos preocupa que los océanos tropicales, debido al calentamiento global y otros factores, se vuelvan más cálidos y contengan más nutrientes».

Afortunadamente, según el estudio una sencilla solución evitaría brotes futuros.

«Creo que nuestros hallazgos lanzan un mensaje claro», afirmó Porter, «las poblaciones costeras que deseen proteger su medio deben tratar los residuos humanos con excepcional cuidado».

más popular

    ver más
    loading

    Descubre Nat Geo

    • Animales
    • Medio ambiente
    • Historia
    • Ciencia
    • Viajes y aventuras
    • Fotografía
    • Espacio

    Sobre nosotros

    Suscripción

    • Revista NatGeo
    • Revista NatGeo Kids
    • Disney+

    Síguenos

    Copyright © 1996-2015 National Geographic Society. Copyright © 2015-2024 National Geographic Partners, LLC. All rights reserved