Así sobreviven los corales a la acidificación del océano

Un grupo de científicos ha descubierto que los corales adoptan su forma blanda para hacer frente a la falta de hogar.

Por Ed Yong
Publicado 26 feb 2018, 11:15 CET
Bonaire, 2005
Bonaire, 2005
Fotografía de Jan Derk

El cambio climático no solo provoca el calentamiento superficial y el derretimiento de los glaciares. El dióxido de carbono que emiten a la atmósfera las actividades humanas también se disuelve en los océanos del planeta, aumentando poco a poco su acidez con el tiempo. Eso se traduce en problemas para los corales.

Los corales pueden parecer rocas inmóviles, pero estas resistentes fortificaciones son el hogar de animales de cuerpo blando. Estas criaturas –los pólipos del coral– construyen sus enormes arrecifes a partir de carbonato de calcio empleando iones de carbonato extraídos de las aguas circundantes. Pero a medida que caen los niveles de pH, estos iones se agotan y los corales empiezan a quedarse sin su cemento químico. Como consecuencia, los corales encuentran dificultades para construir sus hogares en aguas ácidas.

Los científicos predicen que, si los niveles de dióxido de carbono se duplican, las capacidades de construcción de arrecifes de los corales del mundo podrían desplomarse un 80 por ciento. Si no pueden reconstruirlos a una velocidad suficiente para ajustarse a los procesos naturales de degradación y erosión, los arrecifes empezarán a desaparecer.

Maoz Fine y Dan Tchernov, del Instituto Interuniversitario de Ciencias del Mar, Israel, han descubierto que los corales tienen una forma de hacer frente a la falta de hogar. Criaron algunos fragmentos de dos especies de coral europeas en condiciones mediterráneas normales y otros en agua ligeramente más ácida, con un pH de 0,7 unidades superior.

Los que pasaron un mes en el tanque ácido sufrieron una rápida transformación. El esqueleto se disolvió y la colonia se disipó. Los pólipos expuestos y solitarios, parecidos a pequeñas anémonas, se fijaron a superficies rocosas. Cuando las condiciones son duras, los corales se vuelven blandos.

Incluso sin sus esqueletos protectores, sobrevivieron más de un año y parecían vivir con normalidad. Prosperaron, se reprodujeron con normalidad y mantenían las algas simbióticas que les permitían producir energía a través de la fotosíntesis. Y cuando los colocaron en condiciones normales, abandonaron rápidamente su independencia y reformaron las colonias y las coberturas duras.

Los hallazgos de Fine y Tchernov sugieren que los corales podrían ser capaces de sobrevivir a los futuros cambios en el clima adoptando estilos de vida libres y con cuerpos blandos. Y existen pruebas de que han empleado este truco antes. Los esqueletos duros de los arrecifes de coral se fosilizan fácilmente, pero existen grandes vacíos en el registro en los que no hay arrecifes. Estos vacíos podrían representar periodos en los que los corales se encontraban en su fase de cuerpos blandos.

Pero, aunque este nuevo descubrimiento resulta esperanzador, no debería tranquilizarnos. Aunque los corales podrían aguantar con otra forma, la gran diversidad de especies que dependen de ellos pueden desaparecer para siempre sus arrecifes se desvanecen.

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