Un recorrido fotográfico por los aviones soviéticos de Corea del Norte
Esta nación aislada ha quedado congelada en la edad dorada de la aviación soviética.
Corea del Norte es uno de los países más aislados del mundo. Los viajes internacionales están muy regulados y la libertad de movimiento dentro de sus fronteras es escasa. La falta de demanda de transporte aéreo combinada con las sanciones globales ha tenido un efecto inesperado: el país se ha quedado congelado en la edad dorada de la aviación soviética.
«Corea del Norte es un país inusual que fascina a muchas personas, y creo que la gente siente curiosidad por ver cómo es una aerolínea en un contexto tan extraño», afirma el fotógrafo Arthur Mebius, que se subió a 24 aviones con Air Koryo en tres viajes distintos. Su libro fotográfico, Dear Sky, the Planes and People of North Korea’s Airline, es un tributo a la dedicada tripulación de la aerolínea y a su propio amor por la aviación.
La SOKAO (Soviet–North Korean Airline) —la aerolínea ahora conocida como Air Koryo— se fundó en 1945 para conectar Pionyang con Moscú. En 1993, la rebautizaron con su nombre actual, inspirado en la dinastía Koryo, que gobernó en la península entre el 918 y el 1392 d.C.
Su flota clásica de la década de 1960 —compuesta por Ilyushins, Tupolevs y Antonovs– todavía está activa.
«Debido a las sanciones internacionales y a las restricciones medioambientales, esta flota de aviones rusos de Air Koryo apenas viaja al extranjero», explica Mebius. «Sin embargo, estos avionesy sus tripulantes están listos para operar».
Estas restricciones, así como su calificación de una estrella en Skytrax, han reducido las paradas internacionales de la aerolínea a solo dos: Vladivostok, en Rusia, y China. Pero la pésima calificación de Air Koryo tiene poco que ver con su expediente de seguridad: está más relacionada con su falta de servicios estándar, como un programa para viajeros frecuentes o una página web oficial.
«La gente espera un servicio deficiente y aviones antiguos», afirma Mebius. «De hecho, en un vuelo normal desde Pekín, la aeronave es una Tupolev o una Antonov de nueva construcción, indistinguible de un Airbus o un Boeing contemporáneo.
Durante el vuelo de 90 minutos, un personal de vuelo muy educado proporciona a los pasajeros una comida gratuita y un servicio de bebidas, entre ellas cerveza norcoreana. «Hay algunos toques excéntricos, como actuaciones de bandas musicales norcoreanas con el telón de fondo de maniobras militares... cuando cruzan el río Yalu y entran en el espacio aéreo norcoreano, lo anuncian por megafonía».
Varias empresas ofrecen viajes en avión en Corea del Norte y sigue siendo una atracción popular entre los visitantes internacionales. Aunque la flota en sí es impresionante, Mebius se quedó aún más cautivado por las personas que la mantienen en funcionamiento.
«Fue la dedicación y el orgullo de la tripulación lo que despertó mi interés para la serie [fotográfica]», explica. «Fue muy emocionante».