Se desata un brote de gripe cerca del campamento base del Everest
A los médicos locales les preocupa que la remota región de Nepal no esté preparada para una epidemia de gripe.
Los sherpas y los senderistas avanzan por el paso de Thokla, en Nepal, camino del Everest. Con la llegada de multitud de viajeros extranjeros para la temporada anual de escalada y senderismo en una región con una infraestructura turística limitada han aumentado las probabilidades de que se propague la gripe.
Por si escalar la montaña más alta del mundo no fuera lo bastante abrumador, intenta hacerlo tras haber contraído la gripe. Ese es el panorama desalentador al que se enfrentan los escaladores que se dirigen al Everest con la llegada de la temporada de escalada y senderismo de primavera. En los seis últimos meses, los médicos locales han detectado un aumento considerable de los casos de gripe en los albergues para senderistas de la región del Everest, lo que supone un nuevo riesgo alarmante para los aventureros internacionales y sus anfitriones nepalíes.
«No hemos tenido brotes de gripe como estos», señala Prativa Pandey, directora médica de la Clínica Ciwec en Katmandú. «Llevo 25 años aquí y no los he visto».
Escaladores, senderistas y sherpas pasan por Lobuche, el último asentamiento en el camino al campamento base del Everest. Durante las concurridas temporadas de primavera y otoño, Lobuche alberga a cientos de turistas cada noche.
El pasado otoño, el equipo de Pandey observó un repunte de los casos de gripe en la zona alta del valle de Khumbu, el área que queda justo por debajo del campamento base del Everest y uno de los destinos de senderismo más populares del planeta. «Se confirmaron 40 casos de gripe en turistas que volvieron en helicóptero a Katmandú en octubre y noviembre», cuenta. «Seguramente hubiera mucha más gente enferma que no bajó».
De los 40 casos confirmados, 16 eran de H1N1, la famosa cepa conocida como gripe porcina. Algo que resulta aún más perturbador es que la tendencia parece continuar, ya que este abril se han identificado más casos de gripe.
La primavera no es la temporada de gripe habitual. «Algunos nos preguntamos si los animales la mantienen con vida, quizá los yaks o las aves. Pero lo más probable es que un turista enfermo se la contagiara a los demás», indica Pandey. «No lo habíamos observado antes, durante la temporada de escalada del Everest». Para los cientos de alpinistas que quieren escalar la montaña, el virus podría suponer un grave problema.
Un caldo de cultivo perfecto
La gripe es una enfermedad global que ha atormentado a los humanos durante más de un siglo. Su increíble resiliencia se debe a su capacidad para mutar fácilmente, produciendo cada año cepas nuevas que los investigadores deben identificar y para las que desarrollan vacunas. Se transmite con facilidad por el aire a través de la tos y los estornudos, pero también puede infectar a aves y otros animales.
Los albergues de senderistas de Nepal, o casas de té, como los llaman de vez en cuando, parecen hechos a medida para transmitir el virus. Los huéspedes suelen alojarse en habitaciones rústicas sin servicio de lavandería y se les sirven comidas en comedores comunes.
Los turistas pasan la noche en una casa de té de Lobuche. La gran cantidad de huéspedes que reciben y el espacio limitado de estos establecimientos incrementan las probabilidades de transmitir el virus.
«Cuando comes, lo haces rodeado de otras personas que han viajado desde otras partes del mundo para estar aquí», explica Abhyu Ghimire, médico en Namche Bazaar, la ciudad principal de la región de Khumbu. «Creo que procede de Katmandú», afirma. «Alguien la transporta desde Katmandú y se la contagia a todos mientras practica senderismo en Khumbu».
«Cuanto más asciendes en la zona del Everest, más saturadas están las residencias», explica Pandey. «A menos altitud hay tantos albergues que la gente no está hacinada en un mismo lugar, pero cuanto más subes, más saturados están estos sitios». Históricamente, muchos grupos de senderistas acampaban y traían sus propias tiendas, cocinas y otra infraestructura. Pero con el crecimiento del negocio turístico en las últimas décadas, el Khumbu ha experimentado un auge de la construcción. En la actualidad, la mayoría de los grupos optan por alojarse en albergues locales, en lugar de acampar.
Pandey supone que el epicentro del brote es Lobuche, un pequeño asentamiento de albergues de piedra a un día a pie del campamento base del Everest. Durante las concurridas temporadas de senderismo de primavera y otoño, alberga a cientos de viajeros cada noche. La altitud relativa del asentamiento (Lobuche se encuentra a unos 4900 metros) complica los síntomas de cualquier enfermedad.
«Vemos muchas infecciones virales debido al entorno hostil», explica Diedre McCormack, médica voluntaria en Everest ER, la clínica médica que dirige la Asociación de Rescate del Himalaya en el campamento base del Everest. «Cuando alguien tiene una enfermedad, disminuye el umbral del paciente de mal de altura», afirma.
Un peligro invisible
Como ninguna de las clínicas del Khumbu tiene la capacidad de hacer pruebas de la gripe, es imposible saber la escala real de la presencia del virus. Con todo, los médicos también señalan que los test de la gripe suelen ser imprecisos.
Sin embargo, en Namche Bazaar, Ghimire indica que no ha observado un aumento pronunciado de los casos de gripe en la población local frente a los últimos años. «No tengo estadísticas para respaldarlo, pero con infecciones respiratorias entre la población local lo que observamos son casos de gripe viral frecuentes en niños y enfermedades bacterianas como estreptococos y Haemophilus influenzae, que son habituales en adultos». La H. influenzae es una bacteria que puede causar problemas médicos más graves, como la neumonía.
Los senderistas se dirigen al campamento base del Everest. Contraer la gripe mientras se recorren estas montañas puede causar varios problemas, ya que disminuye el umbral de mal de altura del paciente.
Desde luego, es posible que los vecinos no acudan al médico cuando padecen la gripe. «Los nepalíes contraen la gripe, pero no se diagnostica ni se trata, y entre nepalíes adultos no hay muchas vacunaciones», explica Pawan Karki, otro médico que trabaja como voluntario en Everest ER. «También hay algunos médicos que no se vacunan». Los informes no confirmados de otros médicos que trabajan en el Nepal rural sugieren un incremento problemático de casos de gripe, entre ellos muchas muertes.
En general, la comunidad de escalada del Everest parece haberse salvado, por ahora. «Aquí arriba no hemos visto muchos casos de gripe. Hay muchos casos de infecciones respiratorias, pero no las fiebres, los dolores y los resfriados que se asocian a la gripe», explica McCormack. «Si los estándares de higiene fueran malos, tendríamos problemas», añade. Irónicamente, muchos de los campamentos de los equipos de escalada individuales que componen el campamento base del Everest están más limpios que muchos asentamientos valle abajo y la mayoría de los escaladores duermen en tiendas individuales, lo que limita la propagación del virus.
Pero hay algo evidente: si vas a practicar senderismo en Nepal o esperas escalar al Everest, vacúnate.
«El único mensaje que podemos mandar es que la gente debería protegerse con la vacuna de la gripe», afirma Pandey. «Es todo lo que puedes hacer, en realidad. Eso, lavarte las manos y taparte la boca cuando tosas».
Freddie Wilkinson informará desde el campamento base y la región circundante durante la temporada de escalada de este año. No te pierdas sus informes de la temporada de escalada al Everest 2019. La National Geographic Society ha financiado este reportaje.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.