Visita la «morada de las nubes», donde crecen puentes de los árboles

Un fotógrafo ha inmortalizado el estado indio de Meghalaya, donde los puentes entretejidos a partir de raíces de árboles vivos parecen decorados de «El Señor de los Anillos».

Publicado 29 oct 2019, 16:41 CET

En el estado indio de Meghalaya, uno de los lugares más húmedos de la Tierra, los aldeanos tejen las raíces de árboles de caucho vivos para convertirlos en robustos puentes peatonales. En su misión para documentar la tradición, Prasenjeet Yadav ha fotografiado unos 30 puentes en el transcurso de un año.

El estado de Meghalaya es conocido como la «morada de las nubes».

Fotografía de NGM Maps

Unos meses antes

Cómo conseguir la foto perfecta: Yadav nunca había visitado un puente de raíces vivas hasta que se embarcó en este proyecto, pero conocía un puente en particular cerca de la aldea de Nohwet. Muchos turistas lo habían fotografiado, pero Yadav quería que su imagen destacara. «Es difícil hacer que una planta parezca carismática», afirma. Para prepararse, consultó a otros fotógrafos y estudió cuadros de paisajes. Decidió fotografiarlo por la noche. Era arriesgado. Los chubascos inesperados pueden provocar inundaciones crecidas repentinas, que de noche pueden ser más peligrosas.

Dos semanas antes

Lista de cosas que meter en la maleta: Como este era el cuarto viaje de Yadav a la región, sabía qué debía llevar. Se limitó a lo básico y trajo poca ropa impermeable, dando prioridad a mantener la cámara seca.

Paraguas para cubrir el equipo de la cámara.
Barritas de cereales.
Linternas y un panel de luces LED.
Una linterna frontal potente.
Una carcasa de caucho para proteger la cámara.
Un trípode.
Una lámina de Cinefoil negro para enmascarar el objetivo.
Modificadores de luz.

El comienzo

«Pintar» con luz: Desde su casa en Bangalore, Yadav voló a Guwahati y viajó en taxi a Nohwet. Desde allí, caminó media hora hasta el puente. Durante tres semanas, Yadav experimentó con las luces para «pintar» partes del puente y su entorno en una larga exposición. En los 438 segundos que tardó en exponer esta imagen, Yadav fue moviéndose para apuntar la luz hacia puntos diferentes. Como estaba envuelto en la oscuridad, no se le ve en la fotografía final.