Practica senderismo y explora ruinas incas en la mayor isla del lago Titicaca
Sumérgete en la mitología y la naturaleza de la remota Isla del Sol de Bolivia.
En la preciosa Isla del Sol de Bolivia, las laderas en terrazas y las ruinas antiguas ofrecen vistas panorámicas a la extensión aparentemente interminable del lago Titicaca, el mayor lago de Sudamérica. Las ruinas desgastadas y los caminos ribereños del lugar de nacimiento mitológico de los primeros incas, Manco Cápac y Mama Ocllo, atraen a senderistas y amantes de la historia. También es un lugar de interés para astrónomos aficionados o viajeros que quieren desconectarse por completo (buena suerte si quieres encontrar WiFi en esta isla).
Las pruebas de la ocupación humana en la isla más grande del Titicaca se remontan al tercer milenio antes de Cristo. Hay recuerdos de esa riqueza histórica por todas partes: de los yacimientos antiguos como el templo de Pillkukayna hasta las vías adoquinadas que serpentean entre las aldeas de la Isla del Sol.
Este lugar alberga una pequeña población indígena de agricultores y pescadores, pero carece de carreteras asfaltadas y de coches. Los lugareños (muchos de ellos con ropa tradicional) y los turistas se desplazan a pie por el terreno ondulado utilizando una red de senderos y vías empedradas que circulan por pastos azotados por el viento y que ofrecen vistas de gran parte de los 8300 kilómetros cuadrados de superficie azul del lago Titicaca. En estas aldeas pesqueras tranquilas, las aves —entre ellas el zampullín del Titicaca, que está en peligro de extinción— chapotean en el agua bajo los muelles mientras los burros y las llamas pasean por la orilla. Si te entra el hambre, el plato principal de los menús de los restaurantes de la Isla del Sol es la trucha frita.
Como su nombre indica, el sol baña la isla continuamente, lo que produce una vegetación dispersa y la luz brillante que se refleja en las aguas cristalinas circundantes.
Consejos de viaje
Llegar a la Isla del Sol puede ser complicado. Está a cuatro horas en bus desde La Paz, la gran ciudad más cercana, y a una hora y media en barco desde la localidad de Copacabana. La mejor forma de visitarla es quedarte a pasar la noche.
La isla ofrece una serie de albergues ecológicos con habitaciones acogedoras y vistas espectaculares. Destacan las Cabañas Ecológicas Santo Campo (reserva en Airbnb), que tienen vistas panorámicas al lago y cuyo fantástico anfitrión ofrece comidas caseras y consejos sobre la isla.
Aunque con la reciente inestabilidad política de Bolivia se habían desaconsejado las visitas, el turismo ha vuelto a aumentar con la disminución de las tensiones. Las regiones del lago Titicaca, alejadas del bullicio y la política de las ciudades, son unos de los destinos más intrigantes para los exploradores que busquen algo nuevo. Pero esta isla, como su nombre indica, tiene sus riesgos, así que no olvides llevarte protector solar.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.