Emprende una aventura por la naturaleza en el único parque nacional de Cataluña
Si te has hartado de las multitudes de ciudades como Barcelona, rodéate de naturaleza en el parque nacional de Aigüestortes y lago de San Mauricio.
Hemos decidido comenzar nuestra serie sobre soluciones al sobreturismo proponiendo una visita al único parque nacional de Cataluña, que posee unos de los mejores senderos de la zona, así como puntos de interés histórico y cultural. Esto es todo lo que debes sabre sobre el parque nacional de Aigüestortes y lago de San Mauricio, en pleno corazón de los Pirineos.
El parque
El parque, cuyo nombre significa en catalán «aguas tortuosas», se encuentra en el Pirineo de Lleida. Es una mezcla de lagos glaciares, cataratas y torrentes que se originan en los gigantescos picos de granito cuyas laderas están cubiertas de bosques de pinos y abetos. En los altos pastos, la llegada de la primavera despliega alfombras de flores silvestres.
Debido al amplio intervalo de altitudes del parque, alberga una vegetación alpina muy variada. Los valles bajos contienen bosques caducifolios donde predominan los robles pubescentes, los fresnos, las hayas y los avellanos. Los prados y los pastos que antes se usaban para la agricultura están cubiertos de pastizales y arbustos, dominados por bosques secundarios de pinos silvestres.
Características únicas
Relaja los pies tras una larga caminata en las aguas termales de Caldas de Boí, un balneario ubicado en la zona occidental del parque. Explora la historia de Taüll, donde los campos verdes y los picos irregulares enmarcan las iglesias de Santa María y San Clemente y sus campanarios de estilo lombardo. En invierno, esta zona se convierte en el paraíso de los esquiadores que acuden al resort de Boí Taüll, con una altitud máxima de 2456 metros.
El empinado valle de Boí alberga el grupo de iglesias románicas más impresionante del mundo, con torres esbeltas que se elevan desde el fondo del valle. Estas iglesias, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, se construyeron entre los siglos XI y XIV.
Cuando salgas de la localidad y te dirijas hacia las colinas verás la verdadera magia de este parque: quizá te topes con caballos con cencerros o te embarques en una búsqueda quijotesca del Estany Perdut (Lago Perdido) y las Agujas Perdut (Montañas Perdidas). También puedes buscar el pino bonsái de un siglo que crece en una roca cerca del Estany Llong (Lago Largo) o el famoso pino negro de 600 años y seis metros de grosor que lleva en pie desde que Colón zarpó hacia las Indias en agosto de 1492.
Los mejores senderos
El lago cristalino de San Mauricio es uno de los lugares más bellos y populares del parque. Hay una ruta que conecta las aldeas de Espot y Boí y que pasa frente a este lago glaciar, que debe su existencia al granito impenetrable de estas montañas.
Otro lugar destacado de la zona es el espectacular congosto de Collegats, un desfiladero estrecho excavado por las aguas torrenciales del río Noguera, donde verás la Roca de l’Argentina, una pared de roca llena de estalactitas.
La ruta de la Marmota es un recorrido muy pintoresco que pasa por el embalse de Cavallers y termina en el Estany Negré (lago Negro). Por su parte, por la ruta del Estany Llong te adentrarás en el corazón del parque, a lo largo del altiplano de Aigüestortes.
Para hacerte una idea de la historia de estas montañas, toma los Camins Vius (Caminos Vivos). Esta ruta atraviesa senderos tradicionales del valle; la mayoría se remonta a la época medieval y algunos son aún más antiguos. También pasan por las aldeas de los alrededores del parque, la Alta Ribagorza, el Valle de Arán y el Pallars Sobirà.
La fauna
El parque es el hábitat de muchos animales salvajes que puedes buscar en tu recorrido. Entre sus habitantes aviares figuran el urogallo, el lagópodo alpino, el águila real, el buitre leonado y el quebrantahuesos. Esta última es un ave autóctona e imponente de plumas marrones y negras con una envergadura de casi tres metros. En los bosques también podrás observar al picamaderos negro o a la chova piquirroja.
Los mamíferos del parque también son fascinantes, como el rebeco pirenaico, el armiño, la marmota alpina y el gamo común. El corzo (que, con casi un metro de largo, es relativamente pequeño) fue introducido en el parque durante la segunda mitad del siglo XX.
Aunque el parque no está precisamente plagado de anfibios, puedes intentar encontrar al tritón pirenaico (aunque se camufla muy bien) y la víbora áspid, una serpiente venenosa a la que no conviene provocar. Asimismo, los lagos y los ríos del parque están repletos de truchas.
Información útil
Debido a la elevación del parque (su pico más alto es el Pic de Comaloforno, de 3029 metros), muchos de los senderos solo están abiertos en primavera y verano. Entre mayo y junio, los arroyos del parque alcanzan su caudal máximo y las flores silvestres cubren las colinas de colores en junio y julio.
El tiempo puede cambiar hasta en verano, así que es mejor ir preparado. Los caminos del parque están bien señalizados y las rutas más largas cuentan con refugios; la ruta de Espot-Boí es de 25 kilómetros y se termina en unas nueve horas.
Justin Kavanagh ha escrito muchos artículos sobre viajes y cultura para National Geographic Traveler y otras publicaciones. Dirige la excursión “Ireland: Tales and Treasures of the Emerald Isle” de National Geographic Expeditions.
Este artículo es un extracto del libro de National Geographic Complete National Parks of Europe y se publicó en inglés en nationalgeographic.com.