La contaminación amenaza algunas de las tallas rupestres más antiguas del mundo
La comunidad científica teme que el cambio climático y la contaminación minera puedan destruir Murujuga (ubicado en Australia y que pronto recibirá la distinción de la UNESCO) dentro de un siglo.
Situada en la península de Burrup, al oeste de Australia, Murujuga es una de las regiones de arte rupestre más importantes del mundo, con un millón de petroglifos creados hace más de 40 000 años.
En una remota península de Australia Occidental, a 16 horas en coche de la ciudad más cercana, unos rostros de 30 000 años de antigüedad miran fijamente al inusual visitante de este lugar salvaje. Estas representaciones humanas forman parte de Murujuga, una de las mayores colecciones de arte rupestre del mundo. Estos artefactos son 10 veces más antiguos que las pirámides de Egipto.
Con una antigüedad de decenas de miles de años, este conjunto de un millón de imágenes en la península de Burrup es como una enciclopedia artística que describe la evolución humana y medioambiental. En las rocas hay imágenes de paisajes cambiantes, costumbres tribales y especies ya extintas, como el tigre de Tasmania y el canguro de cola gorda. Estos petroglifos también revelan la mitología de una de las civilizaciones más antiguas del mundo, los aborígenes australianos.
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Aunque este extraordinario lugar es poco conocido, incluso para la mayoría de los australianos, ahora está ganando reconocimiento por dos razones opuestas. Hay entusiasmo en torno a la inclusión provisional de Murujuga en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, que podría impulsar un boom turístico. Sin embargo, esta buena noticia se está viendo ensombrecida por las graves advertencias de los científicos especializados en arte rupestre: Murujuga podría dejar de existir dentro de un siglo por culpa de la contaminación del enorme y creciente recinto industrial que lo rodea.
Tal catástrofe no es inédita en Australia Occidental, cuya economía depende de la extracción de recursos. Hace dos años, la segunda empresa minera más grande del mundo del mundo, el grupo Rio Tinto, dinamitó un refugio sagrado de arte rupestre aborigen de 46 000 años, el desfiladero de Juukan, mientras ampliaba un proyecto de extracción de hierro. Esa atrocidad ocurrió a unos 140 kilómetros al sur de Murujuga.
Arte rupestre perpetuo
Ambos sitios de arte rupestre se encuentran en el Pilbara. Esta escarpada región del norte de Australia Occidental cuenta con imponentes desfiladeros, montañas dentadas, vastas llanuras de tierra roja y muchas minas multimillonarias. Australia Occidental es uno de los territorios menos poblados del planeta. Con sus 2640 millones de kilómetros cuadrados, tiene cinco veces la superficie de España, pero sólo alberga a 2,6 millones de personas, de las que cerca del 80% viven en Perth, la capital del estado, y menos del 4% son aborígenes.
Las esculturas rupestres de Murujuga incluyen representaciones de figuras humanas, rostros humanos y animales que habitaron la región hace miles de años.
Más rico aún que los recursos de mineral de hierro y gas natural líquido de Pilbara es su patrimonio aborigen. Desde más de 50 000 años antes de que los británicos colonizaran brutalmente Australia, esta región ha estado habitada por el pueblo Ngarda-Ngarli. Este es el término colectivo que designa a los grupos aborígenes propietarios tradicionales de Murujuga: los Ngarluma, los Yaburara, los Mardudhunera, los Yindjibarndi y los Wong-Goo-Tt-Oo.
Fueron estos pueblos los que dieron nombre a Murujuga, que abarca el archipiélago de Dampier y la adyacente península de Burrup. Allí se creó, a lo largo de miles de años, una de las colecciones de petroglifos más importantes del mundo, afirma Benjamin Smith, profesor de Arte Rupestre Mundial de la Universidad de Australia Occidental.
De los otros sitios importantes de arte rupestre en el mundo (desde tallas de 7000 años en Noruega hasta pinturas rupestres de 25 000 años en Brasil y pinturas de 13 000 años en Zimbabue) ninguno rivaliza con Murujuga por su volumen o continuidad, dice. "Lo que hace que Murujuga sea especial es la densidad y la cantidad absoluta de arte rupestre", dice Smith. "El arte también tiene una secuencia más larga que cualquiera de estos otros sitios, extendiéndose desde tiempos recientes hacia atrás al menos 40 000 años, probablemente 50 000 años".
Los investigadores del arte rupestre sólo han catalogado hasta ahora el 3% de la superficie total de Murujuga, un proyecto en curso que ha registrado 50 000 imágenes, dice Smith. Podría haber hasta 2 millones de petroglifos en Murujuga.
Además de ser majestuosas obras de arte, estas tallas proporcionan una notable información científica. "Murujuga tiene algunas de las imágenes más antiguas conocidas del rostro humano y una serie de animales extinguidos", dice Smith. "La fauna cambiante dentro del arte muestra enormes cambios climáticos y medioambientales a lo largo del tiempo. El yacimiento estuvo en su día a más de 100 kilómetros del interior. Ahora es una península rodeada de mar".
Según la mitología del pueblo Ngarda-Ngarli, el arte rupestre de Murujuga fue moldeado por los seres creadores ancestrales Marrga. Estos espíritus ayudaron a dar forma al mundo natural. También habitan en el Tiempo del Sueño, un conjunto de leyendas y creencias que sustentan la cultura aborigen, explicando la creación y ofreciendo una guía para la vida humana.
En las rocas de Murujuga hay historias del Tiempo del Sueño con miles de años de antigüedad. Sin embargo, este arte rupestre sigue siendo muy relevante para los aborígenes, dice Raelene Cooper, guardiana del pueblo Marduthenera. Para los forasteros, las rocas de Murujuga pueden parecer objetos inanimados. Pero para su pueblo "guardan el ADN, una energía viva y espiritual".
"El arte rupestre cuenta las historias de la evolución y son un archivo bíblico de nuestra historia antigua sagrada", dice Cooper. "Llevan y mantienen una profunda conexión con la Madre Tierra".
Murujuga explica el pasado, el presente y el futuro a las nuevas generaciones, dice Belinda Churnside, una guardiana ngarluma que forma parte de la junta de la Corporación Aborigen Murujuga (MAC), cuyo objetivo es representar los intereses de los propietarios tradicionales del lugar. "Este arte rupestre es desde el principio de los tiempos hasta el final de los tiempos", afirma Churnside.
La lucha por preservar Murujuga
Sin embargo, en un sentido físico, el futuro de Murujuga es sombrío, dice Smith. La contaminación generada por los enormes complejos industriales en expansión de la península de Burrup amenaza el antiguo lugar. "Si se permite que los niveles de contaminación continúen en los niveles actuales, las superficies rocosas de Murujuga sufrirán graves daños y rápidamente", afirma.
Los expertos creen que la península de Burrup y el archipiélago de Dampier que la rodea tienen la mayor concentración de arte rupestre del mundo.
Algunos grupos aborígenes se oponen al proyecto de desarrollo del campo de gas de Scarborough, de 11 000 millones de euros, de la empresa Woodside. Cooper afirma que las emisiones tóxicas de ese proyecto dañarían a Murujuga. "Podemos ver físicamente las consecuencias destructivas de la contaminación química y las emisiones de efecto invernadero [de los proyectos existentes]", afirma. Un portavoz de Woodside ha dicho que la empresa apoya el Programa de Vigilancia del Arte Rupestre de Murujuga, dirigido por MAC y el gobierno de Australia Occidental.
Sin embargo, en medio de esta controversia, las comunidades locales siguen entusiasmadas con la candidatura pendiente de Murujuga ante la UNESCO y su potencial como atracción turística. Cooper y Churnside afirman que el pueblo Ngarda-Ngarli se sentiría honrado si su tierra se convirtiera en un sitio reconocido por la UNESCO. "Es extraordinario que se nos conceda una plataforma global para compartir con el mundo nuestra antigua historia sagrada, y que se eleven las luchas y los traumas del pasado", afirma Cooper.
Con los planes de presentar la solicitud final de la UNESCO a principios del año que viene, las autoridades locales se están preparando para una previsible gran afluencia de visitantes a Murujuga. Para acogerlos, se está creando una zona turística en la bahía de Conzinc. Una nueva carretera accedería a esa localidad costera del noroeste de Murujuga, a la que actualmente sólo se puede acceder con vehículos todoterreno. El centro previsto sería el Murujuga Living Knowledge Centre. El director ejecutivo del MAC, Peter Jeffries, dice que esta instalación "contaría historias de las piedras y guiaría a los visitantes por la antigua tierra que es Murujuga".
Ya se han llevado a cabo algunas mejoras en la infraestructura para visitantes, como la creación del Sendero de Observación del Arte de Ngajarli. Este sendero elevado de más de 60 metros cuenta con plataformas de observación y señales que explican el arte rupestre de la garganta de Ngajarli. Las rocas de color ocre están adornadas con petroglifos de hasta 47 000 años de antigüedad, que representan goannas, tortugas, canguros y megafauna. "Ese [paseo marítimo] permite a los visitantes ver los petroglifos de cerca, al tiempo que los protege de la degradación", dice Natasha Mahar, directora general de Northwest Tourism de Australia.
Si la candidatura de Murujuga prospera, es probable que muchos más turistas internacionales se encuentren con los rostros humanos de 30 000 años de antigüedad que cuentan la antigua historia de todo un pueblo y su preciada tierra: maravillas grabadas a mano, imbuidas de sabiduría y diseñadas para cautivar a perpetuidad.
Ronan O'Connell es un periodista y fotógrafo australiano que viaja entre Irlanda, Tailandia y Australia Occidental.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.