Viaje al planeta desconocido de la inmersión nocturna biofluorescente
Descubre cómo estos baños caleidoscópicos nos ayudan a entender y proteger mejor nuestros mares. Te contamos dónde y por qué experimentarlos.
Un tiburón gato, una de las 200 especies de animales marinos que muestran biofluorescencia, brilla en verde neón en una inmersión fluorescente en aguas profundas cerca de la costa de California. Experiencias de buceo surrealistas como ésta ayudan a los científicos a comprender y proteger mejor la vida marina, y ahora los viajeros también pueden probar qué se siente.
Desde viajes en canoa sobre aguas resplandecientes hasta festivales de luciérnagas centelleantes, los entusiastas de la naturaleza dan la vuelta al mundo para experimentar la bioluminiscencia. Pero este llamativo fenómeno, más frecuente en verano, no es el único espectáculo de luz fascinante del reino animal.
Algunos viajeros están descubriendo el vasto, aunque a menudo secreto, mundo de la biofluorescencia en el océano, un paisaje marino en el que los peces brillan con patrones de color verde lima, los corales se balancean en tonos neón y los brillantes caballitos de mar viridiscentes podrían confundirse con extraterrestres.
¿La forma de entrar? El buceo fluorescente, una actividad antes reservada a los biólogos marinos. "Es como si estuvieras en otro planeta", dice Alisha Postma, cofundadora del blog de buceo Dive Buddies 4 Life.
(Relacionado: ¿Cómo funciona la bioluminiscencia en la naturaleza?)
Al igual que muchos fenómenos marinos, la biofluorescencia bien podría ser algo de otro planeta. Más del 80 por ciento del océano nunca ha sido explorado y, según la NASA, sabemos más de la superficie de la Luna que de nuestro propio fondo marino. Y apenas estamos empezando a comprender temas como la biofluorescencia oceánica.
Los científicos han sintonizado con el fenómeno en los últimos 10 años, dice el biólogo marino y explorador de National Geographic David Gruber. Ha dirigido varios avances en el tema, incluido un estudio de 2019 que descubrió cómo los animales crean estos efectos brillantes con moléculas que antes eran desconocidas para la ciencia. Trabajó en un estudio de 2014 que demostró que la biofluorescencia está muy extendida entre más de 200 peces. Su investigación también ha demostrado que ciertos tiburones e incluso reptiles, como las tortugas marinas, muestran poderes de brillo en la oscuridad, un descubrimiento revolucionario que fue nombrado uno de los 20 mejores descubrimientos de la década de 2010 por National Geographic.
Según Gruber, las inmersiones fluorescentes y los viajes de snorkel hacen que incluso los arrecifes y lugares de buceo más conocidos parezcan nuevos. "La gente que cree haber visto el océano y conocerlo bien, de repente se queda alucinada", dice. Señala que este vistazo detrás de la cortina, aunque con colores fantásticos, no es sólo para nuestra novedad. "Estos animales están compartiendo un secreto con nosotros", dice, y es nuestra responsabilidad utilizar este conocimiento para protegerlos.
¿Qué es la biofluorescencia?
La logística de una inmersión nocturna es bastante simple: "Te pones una máscara amarilla, enciendes la luz azul y, de repente, sobre todo en un arrecife de coral, todo se ilumina", dice Gruber. El "por qué" es un poco más complicado.
Al igual que los animales oyen el mundo de forma diferente (pensemos en los murciélagos, que se comunican en gran medida a través de frecuencias más allá de nuestro rango de audición), también ven el mundo de forma diferente.
Moma española con áreas focalizadas de biofluorescencia roja cuando es estimulada por la luz azul del océano.
Una moma española (Enneapterygius sp.) bajo luz blanca
Con la biofluorescencia, las longitudes de onda azules de la luz inciden en la superficie de un animal y se emiten como un color diferente, normalmente verdes, naranjas y rojos vivos. Esto es diferente de la bioluminiscencia, en la que animales como las medusas o las luciérnagas generan su propia luz mediante una reacción química.
El océano añade una capa de complejidad al fenómeno. Mientras que los humanos podemos ver la luz en tonos rojos, verdes y azules, nuestra visión vacila bajo el agua. A medida que el océano se hace más profundo, ciertas longitudes de onda del espectro de luz visible se filtran. A unos 6 metros, el rojo desaparece. A partir de los 30 metros, todo es azul y verde hasta que se llega a la zona libre de luz (o zona de medianoche), a unos 914 metros por debajo de la superficie.
Muchos animales marinos que se encuentran más cerca del fondo del mar han evolucionado para tener filtros oculares amarillos que les ayudan a detectar la biofluorescencia de otros peces. Los humanos, sin embargo, necesitan un equipo especial, como filtros amarillos para las máscaras y luces azules de buceo, para ver a estas criaturas brillar en colores caleidoscópicos bajo el agua.
Acceder a este mundo secreto
El buceo fluorescente puede parecer una expedición exótica, pero cada vez está más disponible en los centros de buceo de todo el mundo, según Eric Albinsson, de la Asociación Profesional de Instructores de Buceo (PADI). Dice que cualquier lugar con "mares tropicales y corales sanos" es ideal. A diferencia de la bioluminiscencia, que es más común en verano, los viajeros pueden ver la biofluorescencia durante todo el año.
Sin un filtro amarillo que bloquee la luz azul, los humanos no podrían ver los colores neón de este coral del Mar Rojo.
El único requisito de buceo fluorescente es la certificación estándar de aguas abiertas PADI, pero el curso de especialidad de buceo nocturno de la organización promete mayor seguridad en estas condiciones de oscuridad. Como mínimo, es aconsejable experimentar primero algunas inmersiones nocturnas con las habituales luces brillantes de las linternas (tanto por seguridad como por la protección de las especies frágiles). "No hay que ir de un lado a otro y perturbar el fondo marino", dice Postma, que ha realizado varias inmersiones fluorescentes en Bonaire, una isla neerlandesa en el Caribe.
Bonaire, conocida por sus impresionantes y saludables (pero cada vez más amenazados) arrecifes, se ha hecho un nombre como lugar de buceo fluorescente. Fue uno de los primeros destinos en ofrecer esta experiencia a los buceadores aficionados, según la PADI. Lars Bosman, del Buddy Dive Resort, con sede en Bonaire, afirma que esta actividad permite a los buceadores ver criaturas que podrían perderse durante el día, como anémonas o peces buceadores de arena que se esconden en el fondo del océano. Un estudio realizado en Australia demuestra que las especies bien camufladas del océano, conocidas como "peces crípticos", tienen hasta 70 veces más probabilidades de brillar que las criaturas más visibles.
El biólogo marino David Gruber se fijó por primera vez en la biofluorescencia de los peces cuando una anguila verde (similar a la de la foto) apareció en las imágenes que él y sus colegas estaban tomando de corales biofluorescentes.
En los últimos años, destinos como Tailandia y las Maldivas han puesto esta colorida experiencia a disposición de los no buceadores a través del snorkel fluorescente. "Algunos arrecifes de las Maldivas son bastante poco profundos, por lo que el snorkel fluorescente puede ser tan agradable como el buceo fluorescente", dice Ahmed Mujthaba, propietario de Mujavaz Scuba and Travels. Mujthaba señala que la distancia de la contaminación lumínica hace que los tonos biofluorescentes sean más vibrantes.
Explorar y luego proteger
Tanto si es la primera vez que practicas el snorkel fluorescente como si eres un biólogo marino experimentado, seguro que saldrás con nuevas preguntas sobre el océano. "Es como una novela de misterio que va volviéndose cada vez más profunda", dice Gruber.
Gruber se fijó por primera vez en la biofluorescencia de los peces cuando vio una anguila verde neón en su investigación fotográfica de corales biofluorescentes. En la última década, los científicos han encontrado pruebas de biofluorescencia en más de 200 especies de peces, incluidas dos especies de tiburones gato, y en tortugas marinas. Sin embargo, con tan poca investigación sobre cómo y por qué brillan estos animales marinos, los científicos tienen más preguntas que respuestas. Las teorías más probables sobre los usos de la biofluorescencia incluyen la comunicación entre especies, la búsqueda de pareja, el camuflaje frente a los depredadores y la caza de presas.
Un pez caracol abigarrado, la primera especie que muestra biofluorescencia en el Ártico, brilla tanto en verde como en rojo, un raro ejemplo de múltiples colores fluorescentes en un solo animal.
Para desmenuzar estos misterios y comprender mejor cómo les afecta la luz, Gruber y su equipo crean cámaras que imitan los ojos de los animales marinos biofluorescentes para ver el mundo desde su punto de vista. Cuando descubrieron la biofluorescencia en los tiburones gato, crearon una cámara equipada con filtros especiales para simular cómo incide la luz en sus ojos. Esto reveló dos aspectos importantes: los tiburones ven la biofluorescencia verde que ellos mismos emiten y pueden aumentar el contraste de sus patrones fluorescentes.
Su investigación no sólo es importante para la ciencia, sino que está allanando el camino hacia prácticas de conservación más inteligentes. Al fin y al cabo, cuanto más sepamos sobre la vida marina, mejor podremos protegerla.
Algunos de los mejores lugares para admirar la biofluorescencia del océano
Florida (Estados Unidos):
La tienda de buceo Pura Vida Divers, cerca de West Palm Beach, ofrece inmersiones nocturnas temáticas, incluyendo inmersiones fluorescentes, durante todo el año.
Bonaire (Países Bajos):
Sumérgete en la alucinante fluorescencia de Bonaire a través de una excursión con Buddy Dive Shop, que organiza viajes todo el año.
Tailandia:
Blue Horizon Divers organiza excursiones de buceo y snorkel fluorescentes desde Ko Pha-Ngan, una isla del Golfo de Tailandia.
Maldivas:
Mujthaba coordina expediciones de buceo, incluidas inmersiones fluorescentes, en las Maldivas con Mujavaz Scuba and Travels. Blue Journeys, en el Park Hyatt Maldives, organiza inmersiones fluorescentes y recorridos de esnórquel por el arrecife de la propiedad.
La National Geographic Society, comprometida con la iluminación y protección de las maravillas de nuestro mundo, financió el trabajo de David Gruber. Más información sobre el apoyo de la Sociedad a los exploradores oceánicos.
Stephanie Vermillion es periodista de viajes y actividades al aire libre, cineasta y fotógrafa. Sigue sus aventuras en Twitter e Instagram.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.