Los cruceros por los Grandes Lagos resucitan el Cinturón de Óxido estadounidense
Para ciudades ribereñas como Cleveland, Detroit y Green Bay, las nuevas oportunidades turísticas están ayudando a renacer el interés del turismo de masas.
El Viking Octantis, el barco más nuevo de Viking Cruises, pasa por el canal de Welland, un tramo clave de la vía marítima del San Lorenzo que conecta el lago Ontario y el lago Erie. El sector de los cruceros está aportando una ola de prosperidad económica a la región de los Grandes Lagos, ya que las ciudades portuarias invierten en nuevas atracciones turísticas e infraestructuras, como muelles accesibles e instalaciones aduaneras.
Los vientos del cambio están llegando a las ciudades portuarias de los Grandes Lagos de Estados Unidos (lago Michigan, Superior, Hurón, Erie y Ontario). Durante más de un siglo, la mayor red de agua dulce del mundo había servido de autopista para el traslado de productos a granel como el grano, el petróleo y otros productos industriales hacia y desde el interior de Estados Unidos y Canadá.
A medida que la economía industrial de la región se fue debilitando debido a la deslocalización y otros cambios tecnológicos, los puertos de los Grandes Lagos se fueron apagando. Ahora, varias ciudades están invirtiendo en sus muelles, pero esta vez para facilitar la llegada de turismo en forma de cruceros.
Tras años de estancamiento debido a la pandemia de la COVID-19, los Grandes Lagos acogerán este año la mayor flota de cruceros de su historia, con nueve barcos que zarparán esta temporada (cuatro de ellos nuevos). Se espera que naveguen unos 150 000 pasajeros (un aumento del 25% respecto a 2019), lo que generará un impacto económico estimado en 120 millones de euros.
Haciendo olas
Este verano ha sido histórico para Green Bay (Wisconsin), ya que la ciudad ha dado la bienvenida a su primer crucero, el Ocean Navigator, con 202 pasajeros.
"La llegada de estos grandes cruceros y de huéspedes de todo el mundo ha creado un sentimiento de orgullo en nuestra comunidad", afirma Nick Meisner, de Discover Green Bay.
Las instalaciones navieras de Green Bay, ciudad portuaria de poco más de 100 000 habitantes situada en la orilla noroeste del lago Michigan, han manipulado tradicionalmente durante décadas materias primas y mercancías como el petróleo y otros productos industriales.
Ahora, gracias a una nueva lista de cruceros, el panorama turístico local va a tomar un rumbo diferente. Los visitantes pueden visitar lugares populares como el Lambeau Field, sede de los Green Bay Packers uno de los equipos de fútbol americano más exitosos, así como una gran cantidad de cervecerías y tiendas locales. En julio, se iniciaron las obras de un proyecto valorado en 8,8 millones de euros para revitalizar el paseo marítimo de la ciudad, que incluirá un paseo, un muelle de pesca y una playa urbana.
Estos esfuerzos no pasaron desapercibidos para las compañías de cruceros. "Como tenemos barcos relativamente pequeños, podemos entrar en puertos más pequeños. Eso es algo único en los Grandes Lagos", dice Bill Annand, vicepresidente de operaciones marítimas de American Queen Voyages, que opera el Ocean Navigator. "Green Bay funcionó en términos de tiempo y distancia en algunos de nuestros itinerarios, pero también, es un puerto atractivo. La comunidad local nos ha ayudado a organizar buenas actividades de excursión en tierra".
Green Bay no está sola.
En mayo, Thunder Bay (Ontario), en la orilla canadiense del lago Superior, recibió a sus primeros pasajeros de cruceros desde 2013. Los expertos estimaron que se esperaba que más de 5000 turistas desembarcaran en Thunder Bay este año para realizar excursiones por el Parque Provincial del Gigante Durmiente, que está plagado de naufragios, recorridos urbanos a pie y experiencias de visitantes dirigidas por indígenas, generando hasta 4,3 millones de euros para la economía local.
Cleveland, situada en la orilla sur del lago Erie y con atracciones como el West Side Market, el Salón de la Fama del Rock & Roll y un parque nacional cercano, recibirá unos 4000 pasajeros a través de 38 visitas de cruceros este año, frente a los 19 cruceros de 2018.
Cuando el Viking Octantis, de 204 metros de eslora, el buque más nuevo y grande de la lista de cruceros por los Grandes Lagos, navegó por el río Detroit y atracó en la Ciudad del Motor en mayo, detuvo el tráfico. Se dice que algunas personas condujeron 100 kilómetros solo para ver el barco.
El Viking Octantis es uno de los nueve buques que zarparán este año en los Grandes Lagos.
Detroit, que en su día fue el máximo exponente de la decadencia de la industria manufacturera estadounidense, está ahora repleta de nuevos desarrollos y nuevas iniciativas. Las visitas de cruceros se han duplicado hasta llegar a 50 este año, con unos 10 000 pasajeros que aportan millones de dólares a la economía local. Muchos de ellos son visitantes que llegan por primera vez y que, según los expertos en turismo locales, nunca se habrían planteado visitar Detroit como destino independiente.
"Se trata de un negocio con el que no contaba en absoluto hasta este año, porque no parecía existir mucho antes de COVID", afirma Bob Goldsmith, propietario del servicio de guías turísticos Detroit Tour Connections. "Esperamos tener más [visitantes] el año que viene".
No todo es sencillo
Atender a este sector de rápido crecimiento tiene sus dificultades. En algunos puertos, el acceso sigue siendo un problema. Cuando el Viking Octantis llegó a Detroit en mayo, tuvo que atracar en la terminal Nicholson, más grande, porque el puerto principal de la ciudad no estaba preparado para recibirlo (el Ocean Navigator, más pequeño, ha podido atracar en el muelle principal de Detroit este año).
Sin embargo, las autoridades portuarias afirman que se espera que se realicen actualizaciones esta temporada baja para que el Octantis y otro barco más puedan atracar en el puerto principal de Detroit a partir del año que viene.
Con el horizonte de Detroit al fondo, la gente monta en scooters a lo largo de un paseo marítimo en Windsor, Ontario, Canadá. Las autoridades de Detroit esperan que los 10 000 pasajeros de cruceros que se calcula que visitarán la ciudad este año ayuden a la economía local.
El acceso a las instalaciones aduaneras (ya que los barcos navegan regularmente entre puertos estadounidenses y canadienses con pasajeros de una gran cantidad de países) es otro problema, dicen los observadores. Para mitigar el problema, puertos como Cleveland y Duluth-Superior han gastado recientemente millones de dólares en la creación de nuevas instalaciones de tramitación, aunque otros aún carecen de esa infraestructura.
Tampoco es ideal que se prevea que los pasajeros sólo gasten entre 150 y 180 euros en tierra por persona, ya que las comidas y los dormitorios ya se proporcionan a bordo, dice Annand.
El impacto económico "de entrada no es enorme para nuestra comunidad", añade Meisner, sin embargo, "el gran impacto es mostrar nuestro destino a nuevos viajeros de todo el país y del mundo".
Al haber más barcos que recorren miles de millas por los Grandes Lagos, también hay un mayor impacto medioambiental potencial en la región. Sin embargo, las organizaciones reguladoras están trabajando para mitigarlo.
"Analizamos el agua de lastre de todos los barcos que entran en el San Lorenzo (Seaway) en Montreal [Canadá]", dice Rebecca Yackley, de la Great Lakes St. Lawrence Seaway Development Corporation, organismo federal que gestiona y promueve la actividad naval en la región. Los barcos están obligados a lavar el agua de lastre (agua dulce o salada contenida en los tanques de grava que mantienen el equilibrio de los barcos) antes de entrar en el sistema de los Grandes Lagos. El análisis del agua ayuda a evitar la entrada de especies invasoras como el mejillón cebra (bivalvos que obstruyen las tuberías de filtración de agua, devoran las algas necesarias para la supervivencia de las especies autóctonas y destruyen los motores de los barcos).
Cleveland, Detroit y Thunder Bay, junto con otras organizaciones de cruceros y ciudades portuarias, han firmado el compromiso de sostenibilidad de Cruise the Great Lakes. El cumplimiento del compromiso incluye el uso de más biocombustible y tecnología de combustibles alternativos, la creación de una huella más ligera en tierra, el cambio a luces LED, el abastecimiento local de alimentos, el no vertido de residuos en los lagos y la reutilización de suministros cuando sea posible.
Los buques más nuevos, como el Viking Octantis, utilizan métodos de vanguardia para ahorrar energía. El agua caliente generada por sus motores se recicla para calentar las habitaciones del barco. El Octantis ha sido diseñado para minimizar las molestias a los animales reduciendo su emisión de ruido.
Debido a la menor huella física y medioambiental de los cruceros de los Grandes Lagos, estas y otras iniciativas de energía verde implementadas significan que el panorama de los cruceros de los Grandes Lagos está preparado para florecer en los próximos años.
En Green Bay, los responsables de turismo esperan añadir al menos dos nuevas llegadas de cruceros el próximo año y están manteniendo conversaciones con otros operadores de cruceros para que vengan a la ciudad.
"Esperamos que las visitas de cruceros de este año a Green Bay lleven a algunos a planificar un viaje completo", dice Meisner. "Eso será muy valioso para nuestra comunidad".
Stephen Starr es un periodista y autor irlandés que informó desde Oriente Medio durante una década antes de trasladarse a Ohio. Le puedes encontrar en Twitter e Instagram.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com