Visitando Japón en invierno, posiblemente, la mejor época del año para hacerlo

Disfruta de la cultura, la gastronomía y la belleza de Japón en invierno: desde Tokio hasta los Alpes japoneses, sin aglomeraciones.

Por Nathan Lump, Editor in Chief
Publicado 27 dic 2024, 14:19 CET
Pagoda de tres pisos y 31 metros de altura del templo Kyomizu-dera

La pagoda de tres pisos y 31 metros de altura del templo Kyomizu-dera es un lugar que no debes perderte cuando planees un viaje a Kioto. El invierno puede ser la mejor época para visitar Japón, y mejor aun si se cuenta con el asesoramiento de un profesional de los viajes.

Fotografía de Angkana Kittayachaweng, Alamy Stock Photo

No hay duda de que Japón es uno de los destinos más populares del planeta en estos momentos. Y no es de extrañar. Desde su cultura profundamente distintiva hasta su magnífica gastronomía, pasando por sus fascinantes lugares históricos, el país nipón tiene muchos de los elementos que tanto adoran los viajeros y, por eso mismo, se ha vuelto casi una costumbre encontrarse el país abarrotado y sobrecargado de turistas. Y por eso mismo recomiendo Japón para un viaje de invierno, cuando mucha gente busca sol y playa. El invierno pasado organicé una escapada de 12 días para mí y mi marido que incluía Tokio, Kioto y un viaje por la región conocida como los Alpes japoneses. Fue perfecto y nos permitió saborear las maravillas de Japón sin aglomeraciones ni problemas logísticos.  

Días 1-2: Aclimatación en Tokio

Adéntrate en Japón nada más aterrizar. Llegamos a Tokio tarde, en Nochebuena, y pasamos nuestras primeras 48 horas en Japón caminando como sonámbulos entre enormes y emocionantes supertiendas y tranquilos templos y jardines, con lugareños con gorros de Papá Noel deseándonos "Feliz Navidad". Los dos habíamos estado en Tokio antes, y aquí lo importante era simplemente adaptarnos a la hora, ya que la diferencia con la costa este de EE UU no es ninguna broma [Nota del Editor: tampoco con España, son ocho horas de diferencia].

Es bueno saberlo: No importa cómo empieces tu viaje a Japón (a no ser que vengas de cerca o seas una de esas personas que se adaptan en un santiamén), creo que merece la pena tomarse unos días para aclimatarse a una zona horaria y un destino diferentes.

Días 3-5: Templos y visitas en Kioto 

Templo Koke-dera (Saihō-ji) de Kioto

El templo Koke-dera (Saihō-ji) de Kioto también es conocido como el "templo del musgo" porque alberga aproximadamente 120 variedades diferentes de musgo. Al sacerdote Miso Soseki se le atribuye la creación de los jardines de Koke-dera y la conversión de la antigua villa real en templo zen en 1339.

Fotografía de Charles Runnette

Nunca había estado en Kioto, así que quise incluirlo en nuestro viaje, aunque posiblemente sea el destino más querido de Japón. Incluso en invierno está muy concurrida, pero no tanto como en la temporada de los cerezos en flor en primavera. Lo pasamos muy bien deambulando por las calles y entrando en pequeñas tiendas y restaurantes, y por el camino nos las arreglamos para descubrir algunas claves para visitar la ciudad en condiciones.

Elige bien tu hotel. Kioto ofrece una gran variedad de alojamientos. Yo quería las ventajas y el servicio de atención de un hotel con todos los servicios, y también quería poder ir andando a algunos sitios, ya que algunos de los mejores establecimientos de la ciudad están un poco alejados. Así que elegimos el céntrico Hotel The Mitsui, que forma parte de la Luxury Collection de Marriott y está situado frente al castillo de Nijō.

El Mitsui cuenta con elegantes habitaciones con paneles de madera y vistas a un jardín central; un excelente restaurante de inspiración francesa, Toki, recomendado por Michelin; y un magnífico spa con un onsen natural alimentado por manantiales. Me encantan los onsen en general, y decidí convertirlos en el tema de este viaje: después de todo, ¿qué hay mejor que un baño en una fuente termal en un frío día de invierno?

Una de las cosas que más me gustó del Mitsui fue su variada clientela, entre la que había muchos viajeros japoneses. Mientras que muchos de los hoteles de lujo de la ciudad están repletos de extranjeros, alojarse en el Mitsui seguía teniendo un fuerte aire japonés.

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      Puertas del santuario Fushimi Inari
      Fushimi Inari
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      En Kioto, estas puertas torii conducen a Fushimi Inari, un santuario sintoísta dedicado a Inari, el dios del arroz. Particulares o empresas donan las puertas como ofrenda al dios.

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      Al subir a Fushimi Inari, los visitantes pueden ver detalles creativos añadidos a lo largo del camino.

      fotografías de Charles Runnette

      Madruga. Si quieres disfrutar de los lugares más populares de Kioto sin las multitudes a la luz del día en invierno, tienes que madrugar. Llegamos a las 7 de la mañana para pasear a paso ligero por las miles de puertas tori bermellón de Fushimi Inari, el santuario más importante dedicado al dios sintoísta del arroz. Uno de los lugares más Instagrameables de la ciudad, suele estar abarrotado de gente haciéndose fotos, pero es relativamente tranquilo durante las primeras horas del día.  

      Es bueno saberlo: La luz filtrada a través del bosque circundante de las partes bajas de la colina no es óptima a primera hora de la mañana, así que recomiendo caminar rápidamente pasando por delante de todos los demás que se hacen selfies al llegar para subir pronto a las zonas más altas. Tendrás mejor luz y más posibilidades de conseguir un momento zen.

      Reserva. Esto es evidente en cualquier destino popular. Conocido informalmente como el Templo del Musgo, Kokedera es uno de esos lugares en los que se pueden reservar entradas con antelación, lo que ayuda al templo a controlar las aglomeraciones. El épico jardín del periodo Nara cuenta con 120 tipos de musgos, y los visitantes comprenderán bien rápido por qué ha sido una importante influencia en el diseño de los jardines japoneses modernos.

      Es bueno saberlo: En invierno, abrígate bien. Todos los visitantes deben sentarse en el frío suelo del templo y utilizar una pluma caligráfica para copiar una escritura budista en un papel antes de que se les permita la entrada al jardín. 

      Templo Kyomizu-dera de Kioto

      Para evitar las aglomeraciones en el famoso templo Kyomizu-dera de Kioto, puedes considerar una visita privada nocturna para explorar el santuario (dedicado a Kannon, la diosa budista japonesa de la misericordia) y el recinto, que incluye el Jardín de la Luna.

      Fotografía de Charles Runnette

      Visita privada. Uno de los puntos fuertes de nuestro viaje fue una visita privada fuera de horario al famoso templo Kiyomizu-dera. La organicé a través de Naomi Mano, de Luxurique, una empresa especializada en itinerarios a medida en Japón. A medio camino del monte Otowa, en la entrada del templo cerrado, nos reunimos con su monje principal, que nos contó la historia de este santuario dedicado a Kannon, la diosa budista japonesa de la misericordia. Nos acompañó en una visita de una hora por el templo y sus alrededores, que incluyó una parada para ver la cascada que da nombre al templo, un vistazo al interior del santuario de la sala principal, unos memorables 10 minutos sentados contemplando el legendario Jardín de la Luna, y una charla sobre la restauración del templo en la Puerta Oeste, mientras las luces de Kioto centelleaban.

      (Relacionado: Un Japón insólito: las dunas de arena de Tottori)

      Día 6: De Kioto a Takayama

      Alquila un coche para descubrir más. Nos gusta poder explorar zonas más rurales cuando viajamos, así que alquilamos un coche en Kioto y pusimos rumbo a los Alpes japoneses, una zona conocida por los deportes de invierno, incluido el esquí. Nagano fue sede de los Juegos Olímpicos de Invierno en 1998. A nosotros no nos van los deportes de invierno, pero es una buena opción para visitarla aunque no seas fan, ya que en esta zona hay buenas infraestructuras para el frío y todo está abierto.

      Japón tiene una extensa red de trenes, y es fácil desplazarse, pero limitará tu capacidad para salir de las ciudades más grandes, razón por la cual alquilamos un coche en Kioto para esta parte de nuestro viaje. Mucha gente nos advirtió de la dificultad de conducir en Japón, pero a nosotros nos resultó fácil. Las carreteras están increíblemente bien cuidadas y las señales están en inglés. Se conduce por la izquierda, al estilo británico, a lo que cuesta acostumbrarse.

      Es bueno saberlo: Consigue un lector de telepeaje con tu coche de alquiler para pagar los peajes. Además, Japón es uno de los pocos países que exige un permiso de conducir internacional para alquilar un coche.

      Explora un pueblo reconocido por la UNESCO. Nuestra primera parada fuera de Kioto fue otro lugar que se hizo famoso en Instagram, la aldea de cuento de hadas de Shirakawa-go. Uno de los dos pueblos vecinos que estuvieron aislados del mundo hasta la década de 1950. Los lugareños sobrevivían a los inviernos nevados construyendo casas con tejados gassho-zukuri (de paja) de pendiente pronunciada, hoy Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Este enclave suele estar atestado de autobuses turísticos, pero cuando lo visitamos estaba relativamente tranquilo. Además, el día anterior había nevado, por lo que nos encontramos todo el lugar de postal.

      Pasamos la noche en la histórica ciudad de Hida-Takayama. Conocida por ser el hogar de los carpinteros más hábiles durante el periodo feudal, esta ciudad tiene algunas de las calles del siglo XVIII mejor conservadas que hemos visto en Japón, especialmente el distrito histórico de Sanmachi.  

      (Relacionado: ¿Quién fue Yasuke, el primer samurái negro?)

      Días 7-9: De Takayama a Karuizawa

      Campiña de Karuizawa, cerca de Nagano

      Alquila un coche para ver más allá de las ciudades japonesas y dedicar más tiempo a explorar zonas más rurales, como la campiña de Karuizawa, un popular destino de fin de semana para los habitantes de Tokio. Esta localidad turística está situada en las montañas cercanas a Nagano.

      Fotografía de Charles Runnette

      Disfruta de unas vacaciones japonesas de ensueño. Por la mañana nos dirigimos al aún más encantador pueblo de Narai-juku. Punto intermedio de la ruta Nakasendo (entre Kioto y Tokio) durante el periodo Edo (1603-1868), Narai se convirtió en un próspero lugar de paso, y hoy es uno de los pueblos mejor conservados de la ruta Nakasendo. Narai es esencialmente una única hilera de casas machiya de madera que se extiende a lo largo de un kilómetro, y cuenta con tiendas, restaurantes y posadas, una parada obligada en la zona.

      Para los turistas, el Año Nuevo es un momento ideal para visitar Japón porque todo es una gran fiesta. Decidimos recibir el año nuevo con un par de noches en el Hoshinoya Karuizawa. Karuizawa es un popular destino de fin de semana para los residentes de Tokio, donde muchos tienen aquí casas de campo. Rodeando un gran lago, el Hoshinoya es un apacible complejo turístico con aspecto de pueblo que data de 1914 y funciona con calor geotérmico de los volcanes cercanos e hidroelectricidad de los arroyos de las montañas.  

      La mayoría de nuestros compañeros eran japoneses, pero a todos los huéspedes se les entregaba una elegante versión modernizada del tradicional yukata para que lo vistieran durante su estancia. Nos encantó el gran onsen de aguas termales, que incluye una sección sin luz, especialmente relajante. También disfrutamos del estupendo bar de cócteles junto a la pista de patinaje sobre hielo, y del menú degustación de varios platos artísticamente presentado durante la cena: el plato de sashimi fue extraordinario.

      Es bueno saberlo: La mayoría de los onsen que atienden a extranjeros ofrecen algún tipo de instrucción, pero vale la pena familiarizarse con los protocolos estándar antes de lanzarse al agua. Lo más importante es asegurarse de haberse aseado en las instalaciones del onsen (hay duchas para ello) antes y después del baño, y no se permiten trajes de baño, por lo que tendrás que sentirte cómodo estando desnudo.

      Haz una excursión guiada en busca del oso negro. Una tarde nos embarcamos en una excursión en busca del oso negro asiático con un grupo conservacionista local, Picchio Wildlife Research Center. El director de la organización, Masaya Kusube, y el director del equipo de osos, Junpei Tanaka, nos llevaron a ver el hábitat de este pequeño y escurridizo oso, nos explicaron su programa de investigación y conservación, y nos presentaron a sus perros oseros. Traídos del Wind River Bear Institute de Montana (Estados Unidos), los perros son usados cuando se avistan osos en la zona para alejarlos de la gente y reducir los conflictos. Gracias a las incansables patrullas, en la zona residencial de Karuizawa el número de conflictos entre personas y osos se redujo de 36 a 9 en sólo 10 años. Ese día no vimos ningún oso, pero sí muchas pruebas de su existencia.  

      (Relacionado: La caza de osos de los matagi, una tradición sagrada y polémica en Japón)

      Días 10-12: Matsumoto, Nagano y los monos de las nieves

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        Macacos japoneses en aguas termales en las montañas de la prefectura de Nagano
        Parque de los Monos de Jigokudani
        Izquierda: Arriba:

        Macacos japoneses, también conocidos como monos de las nieves, se bañan en aguas termales en las montañas de la prefectura de Nagano.

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        Haz una excursión panorámica de 30 minutos por el bosque para ver monos de las nieves en el Parque de los Monos de Jigokudani.

        fotografías de Charles Runnette

        Disfruta de un onsen y un templo tradicionales. Completamos nuestro viaje con un par de noches en dos asequibles onsen boutique (ambos del grupo local Hoshinoya) que nos permitieron conocer más a fondo la prefectura de Nagano. El primero fue Kai Matsumoto, con un onsen alimentado por Asama Hot Spring. La zona de Matsumoto es una región vinícola japonesa, y el hotel ofrece catas de vino, por lo que recibimos un curso intensivo de Merlot japonés antes de disfrutar de los manantiales y de una comida kaiseki de varios platos en una habitación privada. A la mañana siguiente visitamos el castillo de Matsumoto, uno de los castillos feudales mejor conservados del país. 

        Templo Yohashira-jinja en Matsumoto
        Nathan Lump ante el castillo de Matsumoto
        Izquierda: Arriba:

        Los japoneses visitan santuarios y templos, como el de Yohashira-jinja en Matsumoto, como parte de la tradición de Año Nuevo llamada "Hatsumode", en la que visitan santuarios y templos para rezar por la buena fortuna y la prosperidad en el año venidero.

        Derecha: Abajo:

        El redactor jefe de National Geographic, Nathan Lump, se detiene para una foto ante el castillo de Matsumoto, situado en la prefectura de Nagano.

        fotografías de Charles Runnette

        Es bueno saberlo: En invierno, asegúrate de llevar calcetines calientes para la visita sin zapatos.

        A continuación nos trasladamos a Kai Alps, enclavado en las montañas y (para nuestra visita) cubierto de nieve, lo que creó un ambiente acogedor para reunirse en torno a la cocina de llama abierta hundida de Irori. Hicimos una excursión al gran templo Zenkoji de Nagano, atestado de visitantes japoneses que pedían sus deseos para el Año Nuevo.

        Es bueno saberlo: No dejes de comprar boniatos calientes a los vendedores que hay salpicados en el camino hacia o desde el templo.

        Caminata para ver monos de nieve animados. A mi marido le encantan los monos, así que no podíamos perdernos los famosos monos de nieve de Yamanochi. Sin duda habrás visto fotos de estos monos disfrutando de su onsen al aire libre en medio de los picos de Nagano, y para ser sincero, yo era escéptico sobre cómo de turística podría resultar toda la experiencia. Pero resultó ser una divertida caminata de 30 minutos a través del bosque para llegar al lugar donde se bañan los monos, y debo decir que es una delicia verlos.

        Es bueno saberlo: Quédate un rato observándolos. Hacen muchas travesuras divertidas y los grupos que vienen a verlos no suelen quedarse mucho tiempo. Aunque es imposible quedarse con el lugar para uno solo, la gente va y viene en oleadas y es posible que, como nos ocurrió a nosotros, puedas en algún momento contemplar sin obstáculos a estas criaturas especialmente adaptadas.

        Este artículo, publicado originalmente en inglés en nationalgeographic.com, contó con el apoyo de la Organización Nacional de Turismo de Japón, el Hotel The Mitsui Kyoto, Luxurique y Hoshino Resorts. 
         

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