Siete ciudades en las que admirar el arte callejero
Grafitis, murales, vandalismo: da igual su nombre, lo importante es la relevancia cultural que tienen estas obras de arte en el mundo.
El arte callejero es el museo al aire libre de una ciudad. No resulta solamente atractivo a la vista, sino que muchas veces funciona como ventana a las preocupaciones sociales, culturales y políticas subyacentes en el escenario donde aparece. Aunque es fácil pararte para sacar una foto cada vez que te encuentras con una obra de arte hermosa en el muro de una ciudad, subirla a Instagram y seguir con tu paseo, el mejor arte callejero se merece que te detengas unos instantes para reflexionar sobre lo que quiere expresar. En este artículo damos una vuelta por siete de las mejores ciudades del mundo en las que podrás buscar arte callejero siendo consciente de él.
SAN JUAN, PUERTO RICO
Inaugurado en 2010, el festival de arte callejero de Santurce Es Ley sacó a la luz el desatendido vecindario de Santurce, en San Juan, contribuyendo a convertirlo en un importante destino artístico. Sin embargo, los murales que recubren los edificios no son meros decorados: muchos tratan los problemas contemporáneos e históricos de Puerto Rico.
En la esquina entre las calles Cerra y Aurora, un mural representa los tres barcos de Colón cuando se hicieron a la mar en 1492. Los cuerpos se precipitan al agua y el mar se vuelve rojo. Esta obra del colectivo El Basta se llama Un viaje con más náufragos que navegantes, una frase extraída del libro de Eduardo Galeano Las venas abiertas de América Latina. Según nos contó el colectivo El Basta, “es muy apropiada para describir los procesos de colonización, explotación y saqueo que han tenido lugar (desde entonces)”.
“En 2014, cuando pintamos el mural, no había tanto arte callejero con connotaciones políticas”, nos explicaron, “pero eso ha cambiado”. Sigue la calle Cerra para ver más. Despierta Boricua de Natalia Sanchez es un grito al despertar de la agricultura. “Puerto Rico está siendo continuamente despojado de sus riquezas”, nos contó refiriéndose a la crisis económica que ha empujado a los ciudadanos a irse al extranjero en busca de trabajo. Volver a trabajar la tierra fértil de la isla “es nuestra única esperanza para crear un país autosuficiente y soberano”.
BOGOTÁ, COLOMBIA
Las reverberaciones continuas de la historia de Colombia llenan el arte callejero de conciencia política de Bogotá, y un reciente acontecimiento influencia su forma de producción. Tras las protestas por el disparo mortal de la policía contra un artista adolescente en 2011, Bogotá ha descriminalizado el arte callejero en gran medida, permitiendo que aparezcan cada vez más murales elaborados.
Empezando en carrera 4 y calle 12, donde un vivo mural de temática indígena realizado por Guache recubre la fachada del estudio de música de Holofónica, explora las calles laberínticas y llenas de arte de La Candelaria antes de dirigirte hacia El Centro. En la intersección entre carrera 4 y calle 20, encontrarás varios temas expresados en un enorme mural. Este, realizado por el colectivo Toxicómano, en colaboración con DJ Lu, Lesivo y Guache, representa las caras de gente sin hogar, en alusión al escándalo de los falsos positivos, en el que el ejército conducía a los civiles pobres a áreas remotas con promesas de trabajo antes de asesinarles, vestirles con uniformes de rebeldes y presentarlos como miembros de la guerrilla. Las granadas que llenan el campo en Colombia, restos de las décadas de conflicto armado en el país, también aparecen junto a sacos de dinero y al casco de un minero, como referencia a la avaricia capitalista y a la explotación de los recursos naturales de Colombia.
WILLIAMSBURG, NUEVA YORK
Williamsburg, un vecindario que normalmente representa el epicentro de todo lo que mola, atrae inevitablemente a turistas que utilizan el arte de sus calles como fondo para sus selfies. Pero si miras con atención podrás descubrir obras que representan los diversos rostros de la humanidad que componen el tejido de nuestras ciudades.
Empieza entre el norte de la 10ª avenida y Bedford, donde el retrato de un niño italo-jamaicano llamado Camilo forma parte del proyecto “tribu humana” de Jorit Agoch. A tres manzanas al sur, en Berry, Lay Your Weapons Down (“Bajad las armas”) de Faith47 “supone una reflexión sobre la profunda naturaleza de la conectividad entre las personas”. En TBA Brooklyn, en Wythe, el dúo iraní exiliado Icy and Sot muestra a niños monocromáticos que se duchan bajo un arcoíris de colores. El trabajo de este dúo trata con frecuencia acerca de las restricciones para vivir en su país de origen y esta obra podría leerse como una representación de la libertad creativa que han encontrado en Brooklyn.
ESTAMBUL, TURQUÍA
“Estambul es una amalgama de culturas”, nos cuenta el artista local Leo Lunatic. “El multiculturalismo y la diversidad están arraigados en la sociedad y en la visión del mundo de Estambul. A pesar de la actual situación política en la región y de nuestra importancia geopolítica, nosotros, como artistas, decidimos permanecer apolíticos en gran medida. Los artistas, como mucho, crearán algo que promueva la paz, denuncie la guerra o sea un guiño sutil a una preferencia política”.
Culturalmente, los artistas callejeros de Estambul extraen muchas ideas de la historia local. Muchos “representamos bustos romanos o griegos en nuestras obras, que reflejan el pasado de Estambul y su herencia escultural, que todavía se pueden encontrar en toda la Turquía moderna”. El propio Leo incorpora motivos inspirados en azulejos y detalles arquitectónicos otomanos, aunque su firma es un panda, cuyas numerosas versiones flotan a lo largo de las paredes de la ciudad.
Un panda de dos pisos de altura con un espray de pintura en cada zarpa surge bajo la torre Gálata en el distrito de Karaköy. Desde allí podrás continuar hacia el sureste a través de los callejones llenos de cafeterías hacia el Bósforo, para encontrar arte que recubre las paredes y las verjas de las tiendas, muchos de los cuales pertenecen a los artistas Mr. Hure, Olihe y Luckypunch, cuya historia ha sido contada recientemente en el documental Revolt Against Gray ("Rebelión contra el gris").
EL CAIRO, EGIPTO
La revolución egipcia de 2011 provocó una explosión de arte callejero con influencias políticas, de un tipo nunca visto anteriormente en El Cairo. Esténcil, retratos de activistas caídos y caricaturas de figuras autoritarias cubren las superficies en torno a la plaza Tahrir, especialmente en la calle Mohammed Mahmoud donde los muros de la Universidad Americana en El Cairo (AUC, por sus siglas en inglés) han sido utilizados por los activistas “como periódico”.
Las duras medidas opresoras contra los protestantes han acallado el arte más provocativo. El muro de la AUC fue blanqueado y parcialmente demolido, pero algunas obras, incluyendo el retrato de un joven mártir realizado por Ammar Abo Bakr, todavía permanecen. Desde la AUC, dirígete durante aproximadamente 5 kilómetros hacia el vecindario de Mansheya Nasir, habitado por numerosos recolectores de basura. El Seed rinde honor a estos trabajadores con un enorme mural que se extiende a lo largo de 50 edificios y, en caligrafía árabe, cita a un obispo copto del siglo III: “Si uno quiere ver la luz del sol, debe limpiarse los ojos”.
BANGKOK, TAILANDIA
Bangkok ofrece a sus visitantes la oportunidad de contemplar el arte callejero desde un ángulo poco usual: desde el agua. Los murales creados durante el Bukruk Urban Arts Festival el año pasado se pueden admirar al viajar en el ferri público Chao Phraya Express desde el muelle de Tha Thien al puente Taksin.
El paisaje y los residentes de esta ciudad sirven de inspiración a los artistas. Pasando por Chinatown, verás una serie de bicicletas pintadas por Aryz, quien explicó que utiliza colores saturados para mezclarse con el entorno. En el muro de enfrente se tambalean dos elefantes pintados por Roa, quien siempre representa a las criaturas que habitan los entornos que pinta.
STAVANGER, NORUEGA
Cada año, los residentes ofrecen voluntariamente las fachadas de sus casas y negocios a los artistas que participan en el NuArt, el festival de arte callejero de Stavanger. Nadie sabe qué pintarán los artistas, pero todos están de acuerdo en dejar las obras en su lugar durante al menos un año. El resultado es a menudo una conversación sobre los problemas locales representados en un espacio público.
Comienza desde el centro de la ciudad donde, tras el hotel Scandic Stavanger City, una pintura negra, blanca y roja realizada por Roa representa a una ballena seccionada de la que salen sangre y petróleo, una de tantas obras que toman como tema central la tradición ballenera noruega y/o la dependencia del petróleo. Continúa en dirección este hacia Storhaug y podrás ver dos depósitos de casi 50 metros de altura. Pintado por Fintan Magee, Monument to a Disappearing Monument (“Monumento a un monumento en proceso de desaparecer”) trata la caída en los precios de petróleo globales y su efecto sobre la economía de Stavanger, la capital petrolífera de Noruega. Esta obra representa a un trabajador de la industria petrolífera pintado en uno de los depósitos y su imagen reflejada, haciéndose pedazos y desvaneciéndose, en el otro.