19 de diciembre de 2012
El ajo y los crucifijos de madera encabezan las listas de artículos más vendidos. Este dato sólo puede significar una cosa: hay vampiros sueltos.
No, no se trata del guión de una película ni de un libro. Está ocurriendo en Serbia, en la ciudad de Zarozje , donde el mes pasado el ayuntamiento advirtió de la posibilidad de que el vampiro Sava Savanovic estuviera de nuevo al acecho en la localidad.
Al parecer, el viejo molino en el que supuestamente vivía el vampiro se derrumbó, lo que habría despertado la furia de su antiguo habitante. Según ABC News, el alcalde de la ciudad, Miodrag Vujetic, declaró: «Hay una gran preocupación, todos conocen la leyenda del vampiro y creen que ahora podría estar buscando otro hogar, y quizá víctimas a las que aterrorizar…».
En cualquier caso, ¿deberíamos temer a un vampiro que, según la leyenda, puede convertirse en mariposa? Para averiguarlo charlamos con Mark Collins Jenkins, antropólogo forense y autor del libro Vampire Forensics, y el antropólogo Matteo Borrini.
¿Se trata de una leyenda rescatada para atraer turistas o de la manifestación moderna de antiguas supersticiones?
MCJ: No lo sé, pero sospecho que lo primero. Me acercaría a la leyenda con mucha cautela. La creencia en los vampiros puede estar muy arraigada en los Balcanes, pero no creo que encontremos ninguna «antigua superstición» que no haya sido contaminada por las historias modernas sobre vampiros. Los colmillos y la sangre no solían formar parte de la antigua tradición, las víctimas solían morir asfixiadas o golpeadas.
¿Es una locura que el propio ayuntamiento haya lanzado una advertencia?
MCJ: Históricamente hablando, no. En siglos pasados, el temor a los vampiros, especialmente en Europa Oriental y Central, solía coincidir con brotes de tuberculosis o de peste. Los campesinos echaban la culpa de las muertes a brujas y vampiros u otras criaturas sobrenaturales. En el siglo XIX la tuberculosis acabó con familias enteras en Nueva Inglaterra. Los supersticiosos pensaban que el primero en morir se alimentaba de los demás miembros supervivientes de su familia.
¿Por qué se empezó a creer en los vampiros?
MB: Sobre todo entre los siglos XVI y XVIII se sabía muy poco sobre lo que le ocurría al cuerpo después de morir. Durante la peste y otras epidemias, se reabrían continuamente tumbas para enterrar nuevos cuerpos. A veces se exhumaban algunos para buscar las causas de la muerte. Las historias sobre vampiros relatan exhumaciones semanas o meses después de la muerte, cuando el cuerpo estaba descomponiéndose.
MCJ: Entonces los cuerpos no se embalsamaban. Se pudrían de formas muy diferentes. Si algunos habitantes del pueblo empezaban a morir de forma misteriosa, desenterraban al primero en morir y al ver el aspecto del cadáver, con sangre por las mejillas (es un fenómeno natural que se da durante la descomposición, pero no es sangre) solían quemarlo. Fin del vampiro.
Supuestamente Savanovic sobrevivió en espíritu como una mariposa. ¿Hay otros giros en la historia clásica del vampiro?
MB: En ocasiones se creía que el cuerpo se convertía en un lobo o un perro porque se observaban huellas de estos animales cerca de la tumba del vampiro. En realidad eran marcas de perros hambrientos atraídos por el olor del cuerpo en descomposición.
¿Por qué el ajo espanta a los vampiros?
MCJ: Se solía pensar que los olores fuertes, como el del ajo, tenían la capacidad de alejar los malos espíritus. Sin embargo, esta relación entre el ajo y los vampiros se popularizó en las novelas y películas de los siglos XIX y XX. En cambio, otros tipos de vampiros, por ejemplo, sentían repulsión hacia la cúrcuma quemada, y el ajo no era un problema para ellos.
¿En qué se diferencia la interpretación moderna de los vampiros de la antigua?
MB: Las historias más antiguas los describían como cadáveres abotagados de gente corriente con sangre alrededor de la boca. En las películas de ahora son seres encantadores, seductores, a menudo con poderes sobrenaturales.
MCJ: Los libros y las películas son los responsables de la actual fascinación por los vampiros. Desde principios del siglo XIX la leyenda se ha ido transformando en amores prohibidos. Resulta emocionante traspasar la línea y enamorarse de un vampiro, o ser seducido por uno. Sin embargo, no encontramos nada de esto en las historias tradicionales.
¿Existe alguna prueba de la existencia de los vampiros?
MB: No. Todas las historias sobre vampiros hacen referencia a acontecimientos reales y exhumaciones de cuerpos que se creía que eran vampiros. Sin embargo, se trata de interpretaciones erróneas de la descomposición de los cadáveres: todos los vampiros exhumados tenían el aspecto normal de un cadáver en descomposición.
¿Por qué persiste esta creencia?
MCJ: Por el temor a la muerte. Por el mismo motivo por el que, en el fondo, la gente teme a los fantasmas. Un vampiro es un cuerpo al que, quizá, ha devuelto a la vida el diablo o un espíritu maligno.
MB: Creo que conecta dos aspectos muy humanos: la muerte y la sangre. La muerte es nuestro destino inevitable, la sangre el líquido de la vida. Los vampiros conectan ambos aspectos de una forma peculiar: un cadáver que escapa a la muerte bebiendo sangre.