Así se enfrentan los animales australianos a la ola de calor

En el Australian Reptile Park en Nueva Gales del Sur, los guardas del zoo han tenido que rociar a las aves con agua para mantenerlas frescas. A los reptiles los mojan con mangueras y aspersores. Y los carnívoros toman «polos» de sangre: sangre congelada que los animales pueden lamer para evitar sobrecalentarse.

El calor extremo puede afectar tanto a los animales como a las personas. Como ocurre con los seres humanos, la exposición prolongada puede provocar insolación e incluso la muerte, especialmente en las poblaciones vulnerables.

Junto con la humedad inusualmente alta, los meteorólogos dicen que las condiciones meteorológicas actuales aumentan las probabilidades de que los animales sufran golpes de calor.

A principios de mes, se encontraron cientos de zorros voladores muertos. Es probable que mueran miles de ellos antes del final del verano. Las autoridades de vida silvestre señalaron que la exposición continua a las altas temperaturas, que llegan a los 48 grados Celsius, básicamente provocó que los murciélagos «se cocieran vivos».

Noticia completa: La ola de calor de Australia mata a más de 400 murciélagos

Koalas con calor

El calor también ha afectado a los koalas. Entre la pérdida de hábitat y las sofocantes temperaturas, los pequeños animales se han visto obligados a bajar de los árboles en busca de agua.

¿Impactos duraderos?

Algunos animales salvajes podrían verse afectados a largo plazo, algo que no está claro con otros animales. El devastador calor es un déjà vu del año pasado en el país, 2017, cuando se experimentaron temperaturas récord. Además, no es probable que la situación mejore en 2019.

Algunos rescatadores de animales han expresado preocupación por el rápido ritmo de deforestación, que podría someter a más animales a temperaturas cada vez más altas. Este año, los meteorólogos prevén que el calor de un respiro a corto plazo la próxima semana.