El descorazonador vídeo de un oso polar muriendo de hambre: ¿la imagen del cambio climático?
Cristina Mittermeier explica por qué no pudo ayudar al animal, describe la impotencia que sintió e insta a nuestros lectores a tomarse en serio el cambio climático.
No hay nada peor para alguien que ama la vida silvestre y la naturaleza que presenciar el sufrimiento de un animal. Por eso fotografiar la angustia de este oso polar y ser incapaz de ayudarlo ha sido tan difícil.
Con músculos débiles, atrofiados por la inanición extrema, apenas podían sostenerlo. Estaba claro que, incluso si le hubiera dado los frutos secos que llevaba en mi mochila, sin hielo marino donde cazar, sus perspectivas de supervivencia hubieran sido escasas. Mientras se tambaleaba, claramente dolorido, hacia el campamento pesquero abandonado desde el que nosotros le observamos mientras rebuscaba en la basura algo que comer, deseé tener algo más para alimentarlo. Masticó un pedazo de gomaespuma quemada del asiento de una moto de nieve que encontró en la papelera mientras yo luchaba contra la ira y la tristeza que sentía al observar a este animal, antes majestuoso, reducido a una criatura que busca desperdicios.
Algunas personas nos han criticado por no haber hecho nada para ayudar al oso, pero estábamos demasiado lejos de cualquier aldea para pedir ayuda y acercarse a un depredador hambriento, especialmente al no tener un arma, había sido una locura. Al final hice lo único que podía hacer: usé mi cámara para asegurarme de poder compartir esta tragedia con el mundo.
Aunque no puedo asegurar con certeza que este oso esté pasando hambre debido al cambio climático, sé a ciencia cierta que los osos polares dependen de las plataformas de hielo marino en las que cazan. El rápido calentamiento del Ártico implica la desaparición del hielo marino durante largos periodos de tiempo cada año. Eso significa que muchos osos se quedan atrapados en tierra, donde no pueden perseguir a sus presas: focas, morsas y cetáceos. Por eso se mueren de hambre lentamente.
Sé que esta imagen es perturbadora y sé que es difícil de ver, pero hemos llegado a un momento de la historia de nuestro planeta en el que sencillamente no podemos permitirnos mirar hacia otro lado. Necesitamos abrir los ojos ante la inminencia del cambio climático y debemos alzar la voz sobre la necesidad de reducir las emisiones de carbono.
Intento no sentirme ofendida o entristecida por los numerosos comentarios negativos que ha generado esta historia y, en su lugar, prefiero centrarme en las miles de reacciones positivas que hemos recibido. Disponemos de respuestas ante el cambio climático, muchas de ellas en nuestras decisiones cotidianas, tanto grandes como pequeñas.