Este explorador reflexiona sobre el trágico envenenamiento de leones en Uganda
El explorador de National Geographic Alexander Braczkowski conocía mejor que nadie a estos cachorros de león. Se quedó sorprendido cuando ocho de ellos fueron envenenados.
Alex Braczkowski, explorador de National Geographic que ha investigado y grabado a los leones trepadores de Uganda, estaba en Las Vegas para asistir a una convención de fotografía cuando su ayudante lo llamó y le contó la noticia.
El pasado 10 de abril, las autoridades ugandesas a cargo de la vida silvestre descubrieron 11 leones muertos por un supuesto envenenamiento en el parque nacional de la Reina Isabel, en el suroeste del país. Los leones fallecidos, ocho cachorros y tres leonas adultas, formaban parte de una manada que también incluía a tres machos.
«Me vine abajo y empecé a llorar», cuenta Braczkowski, que vive en Durban, Sudáfrica. «Me había encariñado con ellos porque los seguía todos los días en coche mientras los grababa».
Jimmy Kisembo, guarda de la Uganda Wildlife Authority y supervisor de leones, dirigió un equipo que descubrió algunos de los cadáveres, varios de los cuales habían sido devorados por las hienas. «Estaba muy afectado», cuenta. «Todos allí empezamos a llorar. Teníamos la moral por los suelos». Añade que ahora están trabajando duramente para averiguar cómo proteger a los leones restantes.
Braczkowski explica que los cadáveres y los huesos, descubiertos cerca de una aldea pesquera llamada Hamkungu, se enviaron a una localidad de la región, Mweya, para analizarlos.
Sospecha que los leones fueron envenenados con aldicarb, un insecticida más conocido como Temik que, según él, es barato y de fácil acceso. El aldicarb es un carbamato, que evita que una enzima específica descomponga las sustancias químicas que transmiten los impulsos nerviosos. La acumulación de esta sustancia en la sinapsis nerviosa puede provocar vómitos, opresión torácica, dificultades respiratorias y la muerte. Normalmente, la asfixia es la causa de la muerte.