Este vídeo muestra la gravedad de la crisis de refugiados rohinyás
Han sido descritos como la minoría más perseguida del mundo. Aquí te explicamos por qué y de quién huyen.
Los rohinyá, una minoría étnica mayoritariamente musulmana de Birmania, ha sido descrita como la «minoría más perseguida del mundo», y los acontecimientos recientes han aumentado drásticamente su miseria.
Al menos 500.000 rohinyás han huido a Bangladesh desde agosto de este año. Aunque la crisis se ha intensificado en los últimos meses, la discriminación selectiva, a veces violenta, hacia este grupo minoritario no es algo nuevo.
¿Quiénes son los rohinyá?
Los rohinyá son un grupo étnico minoritario musulmán del estado de Rakáin, en Birmania, al sur de Bangladesh.
Oficialmente, el gobierno de Birmania no reconoce a los rohinyás como ciudadanos de pleno derecho. El gobierno afirma que llegaron a Rakáin desde Bangladesh durante la época en que Birmania era una colonia británica y sostienen que están viviendo ilegalmente en Birmania. Si preguntas a los rohinyá, te dirán que llevan más de un siglo en la región, y algunos afirman que su etnia ha vivido allí desde el siglo VIII.
«La respuesta a esta pregunta es muy controvertida, especialmente entre aquellos que quieren politizar la cuestión», afirma John Knaus, director asociado de la división asiática de la Fundación Nacional para la Democracia.
Independientemente de cuándo llegaron los rohinyá a Birmania, la junta militar que controló Birmania hasta hace poco les denegó la ciudadanía en 1982, convirtiéndolos en apátridas.
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¿Qué les está sucediendo?
Los ataques contra los rohinyás han sido sistemáticos y generalizados, supuestamente perpetrados por parte de la policía y el ejército de Birmania, lo que condujo a lo que el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein, calificó de «ejemplo de libro de texto de limpieza étnica». (El término se utiliza a menudo para referirse a la retirada forzada de un grupo étnico o religioso mediante intimidación o violencia.)
Un polémico informe del gobierno de Birmania afirmó no haber encontrado pruebas de violencia sistemática contra los rohinyá, pero el país se niega a permitir que la ONU, otras organizaciones externas o periodistas lleven a cabo investigaciones independientes.
La mayor parte de lo que sabemos sobre la crisis de los rohinyá procede de los propios relatos y entrevistas de aquellos que huyen cruzando la frontera hacia Bangladesh. El pasado febrero, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos publicó un informe en el que los refugiados relataban testimonios de violaciones en grupo, matanzas masivas y palizas brutales. Más de la mitad de las mujeres entrevistadas dijeron haber sido víctimas de la violencia sexual.
Las imágenes por satélite han mostrado aldeas rohinyá enteras en llamas. Los refugiados culpan al ejército de Birmania, mientras que los militares birmanos afirman que los rohinyá han quemado sus propios hogares.
En la India hay unos 40.000 refugiados rohinyá, 16.000 de los cuales han obtenido documentación oficial de refugiados. La mayoría de rohinyás que huyen de Birmania no han ido más allá de Bangladesh. Las devastadoras inundaciones en la India y Bangladesh durante este verano han empeorado las condiciones de los campos de refugiados y han provocado un brote de cólera, falta de agua y malnutrición.
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¿Qué está haciendo la líder de Birmania Aung San Suu Kyi para solucionar esta crisis?
Aung San Suu Kyi, hija de un general de un movimiento de resistencia, ha defendido la democracia en Birmania durante prácticamente toda su vida. Se convirtió en una figura importante dentro de la Liga Nacional para la Democracia (LND) a finales de 1980, pero fue detenida en 1989. Pasó 15 años bajo arresto domiciliario, ganó el Premio Nobel de la Paz en 1991 y ha sido aclamada como líder de la democracia por todo el mundo.
Sin embargo, Aung San Suu Kyi nunca ha condenado públicamente el trato que reciben los rohinyás por parte de los militares, algo que ha empañado su reputación internacional. Los activistas de derechos humanos creen que es su responsabilidad pronunciarse en contra del trato violento de los militares, aunque no tiene control funcional sobre ellos.
Durante las últimas elecciones de Birmania, la LND obtuvo la mayoría de escaños del parlamento del país. Como líder de la LND, Aung San Suu Kyi es la líder de facto en Birmania, su «consejera de Estado», oficialmente.
Pero eso no significa que Aung San Suu Kyi pueda frenar al ejército de su país, que llegó al poder años antes de su elección y no tiene que responder ante ella. Los militares tienen el derecho a designar el 25 por ciento de los escaños de Birmania, lo que les otorga poder de veto en cualquier enmienda constitucional. Como resultado, Aung San Suu Kyi y la LND tienen prohibido poner a los militares bajo control civil.
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¿Es Birmania una democracia? ¿Y por qué a veces lo llaman Myanmar?
Durante el siglo XX, los activistas lucharon por establecer una democracia y los birmanos se encontraron en ocasiones bajo un estricto régimen militarista. Durante más de un siglo, Birmania fue una colonia británica, hasta que declaró su independencia en 1948. El país fue brevemente una república democrática, pero la inestabilidad generó un vacío de poder que fue aprovechado por el general U Ne Win, que lideró un golpe militar en 1962. Para 1974, había establecido un régimen que dejó al país aislado.
En 1988, llegaron otras medidas de represión sobre las instituciones democráticas que quedaban en el país, cuando los militares respondieron a protestas lideradas por estudiantes matando a casi 3.000 manifestantes.
La junta militar que gobernaba el país cambió el nombre del estado de Birmania a Myanmar en 1989, pero este cambio no ha sido reconocido oficialmente por Estados Unidos ni Reino Unido (donde se refieren al país como Burma) y la Unión Europea prefiere utilizar la denominación Birmania/Myanmar. El uso del nombre Myanmar sigue generando polémica, ya que para muchos implica apoyar el régimen militar.
En los últimos cinco años, Birmania se ha abierto cada vez más al mundo y la victoria de Aung San Suu Kyi representó un paso hacia la democracia para los ciudadanos birmanos. Sin embargo, la situación sigue siendo compleja.
¿Hay esperanza para los rohinyás?
Las minorías étnicas en Birmania han sufrido el maltrato frecuente del gobierno y de las comunidades que les rodeaban.
«Se sienten como ciudadanos de segunda clase», afirma Kyaw Hsan Hlaing, director ejecutivo de una organización que él mismo fundó llamada Peace and Development Initiative (Iniciativa por la Paz y el Desarrollo), que se dedica a documentar las agresiones a los rohinyás. Hlaing se mostró afectado por las atrocidades de las que fue testigo cuando crecía en Rakáin y participó en las protestas en contra del gobierno cuando era un adolescente. Aunque los ataques militares han sido lo más devastador, los rohinyá también se enfrentan a la violencia de la mayoría budista de Birmania, según añadió Hlaing.
Hlaing afirma que el plan de estudios en las escuelas estatales de Rakáin hacía hincapié en los orígenes budistas del país, que hacían de Birmania un país único. Según él, incluso a su propia familia le cuesta entender su trabajo defendiendo los derechos de las minorías.
Aunque la ONU y la Cruz Roja han aumentado la ayuda humanitaria en la frontera de Bangladesh, donde han huido tantos rohinyás, a los expertos les resulta difícil ver un futuro a corto plazo en el que los rohinyás puedan vivir en paz y con igualdad de derechos dentro de las fronteras de Birmania.
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