La antigua tradición de ukai, o pesca con cormorán japonesa
Algunos pescadores de Japón todavía practican el ukai, que consiste en usar cormoranes para capturar peces.
El ukai, un antiguo método de pesca japonés que emplea aves para capturar peces, lleva existiendo 1.300 años. Aunque la práctica se ha convertido en una popular atracción turística, también ha generado polémica.
Cada año, miles de turistas visitan la ciudad japonesa de Gifu, en el centro de Japón, para presenciar el ukai, que consiste en que los pescadores ponen correas a los cormoranes, aves conocidas por su destreza a la hora de bucear para atrapar peces.
Primero, se pone una correa alrededor del cuello a cada cormorán y, a continuación, lo liberan en el agua. Si el ave captura algo, la sacan y el pescador extrae al pez de la boca del ave. Atar el cuello del cormorán garantiza que no se trague los peces más grandes, pero permite al ave tragarse los peces más pequeños.
Se ha hecho tan popular que la ciudad está ejerciendo presión para añadirlo a la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco. El actor Charlie Chaplin describió la pesca con cormorán como «la mayor forma de arte de Japón» tras una visita al río Nagara en la ciudad de Gifu, según un artículo de 1998 en The Australian.
En 1890, la Agencia de la Casa Imperial nombró a un pequeño número de pescadores para mantener viva la tradición. Estos pescadores imperiales viven codo con codo con las aves y pueden conseguir el título de «maestro imperial de pesca con cormorán» solo si son parientes consanguíneos de un maestro anterior.
Los pescadores ukai actuales defienden su trato de las aves, comparando atar a los cormoranes con poner correas a los perros. También insisten en su estrecha relación con las aves. «Cuidamos a los cormoranes de aquí hasta que mueren», cuenta Yamashita tetsuji a la Nippon Foundation. «Son como de la familia».
Sin embargo, este método de pesca plantea preguntas sobre el bienestar de las aves.
«Las aves parecen angustiadas por la forma en que las manejan», afirma Lori Gruen, experta en ética animal en la Universidad Wesleyan que estudió un vídeo de la práctica.
«Manejar determinados animales por la garganta puede hacerse de forma respetuosa, como cuando la gente pasea a sus perros con collares y correas, pero en el vídeo parecía mecánico y desagradable. Las aves parecían luchar contra ello», afirma.
Gruen también señaló que se capturan aves salvajes y, a continuación, las entrenan. Se pregunta si podría haber una forma más humana de tratar a las aves que no implique capturarlas o criarlas en jaulas.
«Quizá necesiten reconsiderarse las prácticas culturales, sobre todo las históricas, basándonos en lo que sabemos sobre el bienestar y el comportamiento de los animales», afirma Gruen.