Los cocodrilos del río Mara
El cocodrilo del Nilo tiene una reputación en cierto modo merecida de brutal devorador de hombres. La proximidad de su hábitat a las poblaciones humanas se traduce en frecuentes encuentros. Y debido a su dieta prácticamente indiscriminada, un lugareño lavando la ropa en la orilla del río puede parecer tan apetitoso como un ñu en plena migración. Aunque no hay datos concretos fiables, se calcula que cada año mueren hasta 200 personas devoradas por los cocodrilos del Nilo.
Estas bestias primigenias, las más grandes de todos los cocodrilianos de África, pueden alcanzar una longitud máxima de seis metros y pesar hasta 730 kilogramos. No obstante, normalmente miden unos 5 metros y pesan alrededor de 225 kilogramos. Están presentes en toda el África subsahariana, la cuenca del Nilo y en ríos, marismas de agua dulce y manglares de Madagascar.
La dieta del cocodrilo del Nilo se compone principalmente de peces, aunque ataca a prácticamente cualquier criatura que tenga la desdicha de ponerse a su alcance, como cebras, pequeños hipopótamos, puercoespines, aves y otros cocodrilos. También se alimenta de carroña, y es capaz de comer la mitad de su peso corporal de una sentada.
Curiosamente, este temible depredador es también un padre atento y dedicado. Cuando la mayoría de los reptiles ponen sus huevos y siguen su camino, los cocodrilos del Nilo macho y hembra protegen ferozmente sus nidos hasta que los huevos eclosionan y suelen hacerlos rodar en la boca para ayudar a sus crías a salir.
Tras ser cazados hasta casi la extinción desde la década de 1940 hasta la de 1960, diversas leyes protectoras locales e internacionales les han permitido resurgir en casi todas las regiones. En algunas zonas, sin embargo, su población se ha reducido drásticamente debido a la contaminación, la caza y la pérdida de su hábitat.