Los mutantes de Chernóbil y sus lecciones
Pese a que es un lugar peligroso, Chernóbil nos ofrece una oportunidad única para explorar las consecuencias de que el proceso evolutivo se vea marcado por una pequeña mutación. Imágenes del programa ‘Nuestro planeta (One Strange Rock)’
La noche del 25 al 26 de abril de 1986, en plena Guerra Fría, se produjo el peor accidente nuclear de la historia. En lo que hoy es el norte de Ucrania un reactor de la central nuclear en Chernóbil que estaba en fase de pruebas explotó e incendió la central. Tres décadas después la zona sigue estando deshabitada, pero solo de humanos. Mucha de la fauna salvaje no fue ni evacuada ni exterminada y siguió prosperando en la zona, pero su desarrollo se vio alterado por completo.
Desde comportamientos inusuales, hasta mutaciones morfológicas, la alteración de la fauna de la región circundante a la central nuclear de Chernobil será permanente. Aunque desde un punto de vista de la ciencia ficción, ser un mutante pueda sonar a una ventaja evolutiva en realidad suele ser una desventaja. Aun así, la ciencia también ve en estos casos una oportunidad.