¿Qué insecto puede llegar a vivir 50 años? Estas cifras te sorprenderán
Los seres humanos alcanzamos, a día de hoy y de media mundial, una esperanza de vida de poco más de 70 años. ¿Eso es mucho o poco? Depende con qué lo comparemos. ¿Alguna vez te has preguntado cuánto vive una hormiga? Te contamos varios ejemplos de animales cuya edad máxima jamás podrías llegar a imaginar.
Larga vida a la reina
Las termitas son unos diminutos insectos –que suponen una verdadera pesadilla cuando se introducen en tus muebles de madera– que pueden llegar a vivir la friolera de 50 años en el caso de su termita reina y tienen, nada más y nada menos, que la esperanza de vida más larga de todo el mundo de los insectos. Eso sí, las termitas obreras no pasan de los dos años de existencia. Así es la vida del obrero.
Aunque no sucede lo mismo con sus parientes las hormigas. Por ejemplo, la hormiga reina más longeva de la que se tiene conocimiento fue una de laboratorio que consiguió alcanzar los 30 años de edad. Y mientras tanto, las obreras deben conformarse con una corta vida de entre 1 y 3 años. Pero peor suerte corren los machos, que solo sobreviven unas semanas, y las hormigas faraón reina que no llegan a un año.
Aunque esto puede parecer un tiempo, si se compara con los efemerópteros (o efímeras) que, pese a tratarse de los insectos más antiguos que existen –en el mismo grupo que las libélulas y los caballitos del diablo–, suelen vivir entre unas horas y una semana.
Los años vuelan
En lo que respecta al reino de las aves, destacamos al cóndor de California. Además de ser el ave de mayor envergadura de Norteamérica –sus alas pueden extenderse alcanzando los 3 metros de punta a punta–, tiene también el honor de ser una de las más longevas del mundo: puede alcanzar los 60 años de edad, e incluso los 75 en cautividad.
Pero las cacatúas tampoco tienen nada que envidiar a esta enorme ave. Resulta que algunos de estos coloridos pájaros pueden vivir ¡entre 50 y 70 años! Y de hecho, muchos de esos años los pasan junto a su pareja, con la que se aparean de por vida, se acicalan mutuamente y comparten alimento.
Lo mismo ocurre con unos de sus parientes lejanos, los kakapus, una especie de loro en peligro de extinción que puede llegar a los 60 años. Estos son los únicos loros no voladores en el mundo y desgraciadamente solo quedan unos 130 ejemplares en todo el planeta.
Sobre la tierra
En lo que se refiere a los mamíferos terrestres, hay uno cuya vida es similar en longitud a la de los seres humanos: el elefante asiático. Estos gigantescos mamíferos –aunque algo más pequeños que sus parientes africanos– pueden llegar a vivir entre 60 y 70 años en libertad, similar a la especie de África. Sin embargo, solamente pueden alcanzar esa edad si se encuentran en óptimas condiciones, algo que es difícil para estos animales, que son domesticados y entrenados en Asia para levantar grandes pesos y para el entretenimiento turístico.
Pero si queremos verdadera similitud a los humanos, encontramos al chimpancé, nuestro pariente vivo más cercano en la escala evolutiva. De hecho, estos simios, con los que compartimos más del 98 por ciento de nuestra carga genética, viven en libertad hasta los 50 años. Por desgracia, esta especie también sufre a causa de los humanos y se encuentra en peligro debido a la caza furtiva y la destrucción de su hábitat.
Otro caso curioso lo encontramos entre los reptiles: concretamente los cocodrilos. La media de años de vida de estos seres es difícil de estimar, debido a que en ellos no se produce el fenómeno de la «senescencia» ¿Qué significa esto? Básicamente, que no envejecen de la misma forma que otras criaturas: no se reduce su capacidad reproductiva ni su fuerza, y su metabolismo tampoco se vuelve más lento. Simplemente continúan creciendo hasta que mueren por una enfermedad o por medios humanos. Se estima que viven unos 70 años.
Cien años de viajes submarinos
Pero si miramos al agua, hemos de mencionar a la carpa común o europea, un pez que habita los lagos y los ríos de Europa y Asia. Existen datos que estiman que esta especie, considerada invasora en algunos ecosistemas, puede llegar a cumplir 100 años.
Sin embargo, las ballenas boreales o ballenas de Groenlandia tienen más velas en su tarta. Estos cetáceos son la única especie que queda de su género, Balaena, y viven en regiones árticas. Aunque las ballenas no tienen dientes –utilizados normalmente para estimar la edad de los mamíferos–, los científicos han logrado calcular su esperanza de vida mediante análisis de tejidos: ¡hasta 200 años!
Aunque si quieres encontrar a uno de los animales más viejos del mar, hay que ir a la familia de los bivalvos. Es el caso de las almejas de Islandia, concretamente de una bautizada como Ming, que murió a la edad de 507 años en las manos de los científicos. Esto fue todo un hallazgo –no tan afortunado para la almeja Ming–, ya que hasta entonces se sabía que la esperanza de vida de esta especie era de 225 años.
Finalmente, quienes se llevan la palma en el mar son las esponjas. Sí, las esponjas -aunque muchas veces lo olvidemos- también son animales. Las estimaciones respecto a su longevidad varían bastante, pero normalmente rondan los miles de años. De hecho, un estudio publicado en el Aging Research Reviews analiza a una esponja de la especie Monorhaphis chuni que vivió un total de 11.000 años.
La inmortalidad no es ficción
Y por último, te presentamos al único animal «inmortal» que conocemos: la medusa inmortal o Turritopsis dohrnii. Estos organismos, que viven en el mar Mediterráneo, pueden volver a su etapa de inmadurez sexual una vez han alcanzado la edad adulta. Este proceso se conoce como transdiferenciación, y consiste en regresar a la etapa de pólipo mediante la transformación de sus propias células. De esta forma, estas medusas son animales biológicamente inmortales.
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