Las sorprendentes reacciones de los animales a los eclipses solares
Durante unos preciados minutos el 8 de abril de 2024, la oscuridad se cernirá sobre Norteamérica a medida que un histórico eclipse solar total atraviesa partes de México, Estados Unidos y Canadá.
Millones de personas viven bajo la trayectoria de totalidad y decenas de millones más acudirán a esa franja para ver cómo la Luna bloquea la luz del sol. Los astrónomos esperan que este eclipse sea el fenómeno celestial con más espectadores en la historia de la humanidad.
Sin embargo, según los biólogos y los cazadores de eclipses más experimentados, los humanos no serán los únicos que reaccionen a estos increíbles cambios en el cielo.
Durante un eclipse total, el cielo se oscurece hasta llegar a niveles del crepúsculo y la temperatura del aire baja. Durante siglos, la gente que ha presenciado estos efectos también ha notado los cambios en la conducta de algunos animales como respuesta.
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Durante siglos, los humanos hemos observado el comportamiento inusual de los animales durante los eclipses totales. Un cazador de eclipses asegura haber visto jirafas "dar vueltas corriendo durante toda la totalidad. Cuando volvió el sol, pararon y volvieron a desbrozar arboles".
El día se convierte en noche
Los testimonios de reacciones animales inusuales se remontan a siglos atrás. Una de las primeras historias es la de un monje italiano, Ristoro d'Arezzo, quien describió lo que había ocurrido durante un eclipse total el 3 de junio de 1239.
A medida que el Sol desaparecía y el cielo se oscurecía, «todos los animales y pájaros estaban aterrorizados; y las bestias salvajes podían atraparse fácilmente», escribió.
Durante un eclipse visto en Portugal el 21 de agosto de 1560, el astrónomo Cristóbal Clavio escribió que, durante la fase de totalidad, «las estrellas aparecieron en el cielo y (algo maravilloso de contemplar) los pájaros cayeron del cielo hacia el suelo aterrorizados por una oscuridad tan espantosa».
Aunque es difícil confirmar anécdotas tan pintorescas de la historia, los astrónomos modernos y los cazadores de eclipses han descrito cómo los animales salvajes y domésticos reaccionaban de forma evidente a los eclipses: las vacas lecheras regresan a los establos, los grillos empiezan a cantar, las aves o bien se posan o bien se vuelven más activas y las ballenas saltan en el mar.
El cazador de eclipses veterano Peter den Hartog viajó a Hungría en 1999 para ver la fase de totalidad y recuerda ver varias especies de aves y murciélagos aparecer de repente durante la totalidad.
«[Si fue debido a] la intensidad de la luz o a las moscas y los mosquitos que salieron... de eso no estoy seguro, pero definitivamente he visto más actividad durante los eclipses», explica Hartog.
El cazador de eclipses y autor Dave Balch se encontraba en Kona, en Hawái, durante el eclipse total de 1991 y se dio cuenta de la actividad nerviosa de las aves en torno a un muelle durante las fases parciales antes y después de la totalidad.
«¡Apenas podíamos escucharnos los unos a los otros! Luego llegó a totalidad: ni un solo ruido. Reinaba un silencio de ultratumba. La diferencia entre los niveles de ruido antes de y durante la totalidad era increíble».
La cazadora de eclipses Tora Greve estaba en una expedición en Zambia en 2001 cuando se dio cuenta de que, a medida que desaparecía el Sol, las ranas empezaron a hacer ruido y las aves rapaces dejaron de volar en círculo, probablemente debido al cambio en la temperatura del aire.
Alrededor del abrevadero donde ella estaba, según nos cuenta, las jirafas «empezaron a correr durante toda la fase de totalidad. Cuando volvió el sol, pararon y empezaron a comer hojas de los árboles de nuevo».
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Cómo estudian los científicos a los animales durante un eclipse
Sin embargo, recopilar datos científicos relevantes sobre reacciones de animales ante eclipses solares totales no es tarea fácil. Las trayectorias de los eclipses están dispersas por el mundo y muchos son solo visibles desde regiones remotas. Eso hace que sea difícil obtener poco más de unos cuantos datos durante cada eclipse.
«Si realmente quieres estudiar la conducta animal de forma completa, tienes que pasar mucho tiempo sobre el terreno, observando, y tener protocolos rigurosos», explica la ecologista Rebecca Johnson de la Academia de Ciencias de California (Estados Unidos).
«Si eres un ecologista de la conducta animal, ponerte a estudiar los efectos de los eclipses solares puede ser algo casi imposible».
Para mejorar el registro científico, Johnson ayudó a crear el proyecto Life Responds, que funciona mediante una aplicación para teléfonos móviles llamada iNaturalist. Su equipo de biólogos y astrónomos usó la app para recopilar datos de las millones de personas que presenciaron el eclipse de 2017, y que volverán a hacerlo en 2024.
«Hemos creado este proyecto que simplemente pide a la gente que, dondequiera que esté —ya sea en la trayectoria del eclipse total o del parcial—, intente pasar algo de tiempo observando a los animales y su conducta antes, durante y después del eclipse», explicó Johnson a National Geographic en 2017.
En 2024, la NASA ha lanzado su propio proyecto de ciencia ciudadana, Eclipse Soundscapes, que se centra en saber como los grillos responden al eclipse. Cualquiera puede participar en la recolección de datos, análisis de audios o enviando sus propias observaciones.
Hormigas podadoras llevan hojas de nuevo a su hormiguero para cultivar hongos. Los científicos han observado picos de actividad entre los insectos durante los eclipses solares.
¿Cuál es la mejor manera de observar el comportamiento animal?
La gente que quiera formar parte de estas iniciativas debería intentar saber con antelación desde dónde verá el eclipse y pensar en los animales que estarán a su alrededor. Por ejemplo, si te encuentras en el jardín de tu casa o en un parque municipal, podrías ver invertebrados urbanos como hormigas o arañas.
Anécdotas previas sugieren que los araneidos destruyen sus telas durante un eclipse, por lo que Johnson recomienda encontrar una tela de araña que observar.
«Eso podría ser algo especialmente fácil de ver», dice; «ya que [las arañas] no se van muy lejos, como las aves, por lo que hay una mayor probabilidad de registrar el comportamiento de los invertebrados, al ser más lentos».
La idea es crear un importante repositorio de conducta animal durante los eclipses que pueda ser utilizado por los científicos para avanzar en sus investigaciones.
«La recopilación de observaciones y la búsqueda de patrones es algo que concierne a la ciencia y esperamos llevar datos a la comunidad científica para contribuir a que sus investigaciones avancen», afirmaba Johnson en 2017.
«Con suerte, acabaremos documentando algo que nadie haya visto antes».
Andrew Fazekas, también conocido como el Night Sky Guy [Tío del Cielo Nocturno], ha escrito Stargazer’s Atlas: The Ultimate Guide to the Night Sky [Atlás del observador de estrellas: la guía definitiva del cielo nocturno] y Backyard Guide to the Night Sky [Guía casera para el cielo nocturno]. Síguele en Facebook, YouTube y su web.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.