Buenas noticias para los elefantes: Hong Kong pondrá fin al comercio legal de marfil

La inminente paralización de las ventas legales de marfil en Hong Kong implicará menos caza furtiva de elefantes por sus colmillos.

Por Jani Actman
Publicado 1 feb 2018, 16:02 CET
Colmillos de elefante
Las autoridades aduaneras de Hong Kong exhiben colmillos de marfil incautados en una rueda de prensa en julio de 2017.
Fotografía de Bobby Yip, Reuters

Es oficial: Hong Kong —un importante mercado de marfil de elefante— pondrá fin a la venta legal de «oro blanco» a finales del 2021.

El 31 de enero, los legisladores dieron luz verde al plan de cuatro años que eliminará gradualmente el mercado legal de venta al por menor de la ciudad-estado que, según los conservacionistas, contribuye a la matanza de más de 30.000 elefantes africanos al año al servir como tapadera para el marfil comercializado en el mercado negro. La aprobación de esta medida, que según informó Associated Press se produjo tras una votación de 49 votos a favor y cuatro en contra, llega más de dos años después de que el jefe ejecutivo de Hong Kong, Leung Chun-ying, prometiera poner fin al comercio de marfil y más de un año después de que el gobierno propusiera un plan para acabar con su venta.

Además de clausurar el mercado de marfil, el plan también incluye penas más duras para los contrabandistas: según la nueva legislación, la sentencia de prisión máxima aumentará de dos años a 10 años, y la multa se duplicará alcanzando los 1,04 millones de euros.

Los conservacionistas han aplaudido la noticia, pero han expresado algunas reservas respecto al largo programa para clausurar las tiendas de marfil.

«Todo paso positivo respecto a los elefantes es una buena noticia», afirma Philip Muruthi, vicepresidente de protección de especies de la African Wildlife Foundation, una ONG con sede en Nairobi. «Pero no se han tomado muy en serio la urgencia de este problema en lo que respecta a los elefantes».

De hecho, los elefantes mueren asesinados a un ritmo insostenible por sus colmillos, que se tallan como obras de arte o palillos y se venden —ilegalmente— a través de las fronteras, aunque los países tienen la libertad de permitir las ventas a nivel nacional. Se estima que solo quedan 350.000 elefantes africanos, un descenso desde los 490.000 que había hace una década. La caza furtiva es la principal culpable del actual descenso.

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China continental, que puso fin al comercio legal de marfil el año pasado, es el mayor consumidor del mundo de marfil. Debido a la proximidad entre China y Hong Kong y la existencia de su propio mercado legal en auge, esta última también se ha convertido en un motor clave de la crisis de caza furtiva.

Según informó Laurel Neme para Wildlife Watch en junio de 2016:

Decenas de miles de objetos de marfil se exponen para su venta en zonas turísticas de alquileres altos [en Hong Kong], mientras que la incautación de cantidades gigantescas de marfil por parte de las autoridades aduaneras confirma su posición como centro de contrabando de marfil.

Tras la prohibición del comercio internacional de marfil en 1989, la ciudad-estado puso en marcha un sistema de licencias para las existencias de marfil comercial adquirido legalmente que tenían los comerciantes privados, que entonces ascendían a un total de 665 toneladas métricas. Varios estudios sugieren que esa cantidad debería haberse agotado en 2004, pero en la actualidad unos 370 comerciantes de marfil con licencia tienen, entre todos, unas 77 toneladas de marfil.

Las investigaciones encubiertas citadas por Neme revelaron que los comerciantes de Hong Kong reponen de forma rutinaria sus existencias privadas de marfil legal con marfil del mercado negro, algo facilitado en parte por el requerimiento de que las licencias solo registren el peso del marfil y no los productos específicos.

Los dueños de las tiendas de marfil y los comerciantes con licencia no recibirán compensación alguna según el nuevo plan, aunque Associated Press informó que demandaban decenas de millones de dólares a cambio de renunciar a sus existencias de marfil. El periodo de gracia de tres años, así como el hecho de que los comerciantes dependan del marfil solo para una pequeña parte de su negocio, son algunas de las razones de que se rechazara indemnizarles.

Un periodo de tres años para clausurar el mercado de marfil implica que es importante garantizar el cumplimiento de la ley, según Richard Thomas, portavoz de TRAFFIC, la organización que supervisa el comercio de vida silvestre. «Con la puesta en marcha de la prohibición de Hong Kong, aquellos que tengan marfil en China continental podrían ver una posible puerta trasera para descargar sus existencias», afirma. «Será esencial supervisar de cerca y documentar las existencias de marfil y proteger las fronteras para asegurar que esta puerta permanezca cerrada».

Muruthi añade que espera que la decisión de Hong Kong inspire a otros países —concretamente a Tailandia, Vietnam y Laos— para que clausuren sus mercados legales, especialmente porque el lavado de marfil ilegal es un problema extendido y el cierre de las tiendas chinas podría empujar a los interesados en comprar marfil a buscarlo en otras partes.

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