Un equipo de científicos descubre que las estrellas de mar pueden ver
Tras décadas preguntándose para qué usan los ojos las estrellas de mar, los científicos parecen tener una respuesta.
Esta historia se ha actualizado el 8 de febrero de 2018 con la información del nuevo estudio sobre las estrellas de mar del Ártico.
Las estrellas de mar tienen ojos —uno en cada extremo de sus brazos—, pero hasta hace poco se desconocía su utilidad.
De hecho, siempre han sido consideradas como animales de estructura simple. Como sus ojos son relativamente simples y no tienen cerebro, siempre ha sido difícil determinar si eran capaces de ver.
En 2014, una investigación sugería que los ojos de las estrellas de mar tropicales pueden formar imágenes borrosas para evitar alejarse demasiado de su entorno.
«Este [estudio de 2014] representa un avance significativo en nuestra comprensión de cómo perciben el mundo las estrellas de mar», escribió Christopher Mah, investigador del Museo Nacional Smithsonian de Historia Natural en Washington, D.C., en un email.
Ahora, un nuevo estudio demuestra que algunas estrellas de mar del Ártico también dependen de su vista para orientarse. De las 13 especies investigadas, dos también eran bioluminiscentes, lo que significa que probablemente también podrían usar la luz para comunicarse con posibles parejas.
En 2014, los científicos estudiaron a especies de estrellas de mar de los océanos Índico y Pacífico, conocidas como estrellas de mar azules (Linckia laevigata) y publicaron sus hallazgos el 7 de enero de ese mismo año en la revista Proceedings of the Royal Society B. Los otros investigadores publicaron el nuevo estudio el 7 de febrero de 2018 en la misma revista.
Pocas expectativas de complejidad
No había altas expectativas de complejidad para estos animales, pues las estrellas de mar siempre se han considerado «criaturas sencillas de comportamiento simple», explicó Mah, que no participó en el estudio. «De hecho, su comportamiento y morfología han resultado ser muy complejos», explicó.
Los científicos saben que las estrellas de mar tienen ojos desde hace 200 años, pero aparte de estudiar su estructura, no se han llevado a cabo demasiadas investigaciones sobre ellas, según explica Anders Garm, neurobiólogo en la Universidad de Copenhague en Helsingor, Dinamarca.
En parte se debía a que, hasta hace poco, era complicado extraer información fisiológica de los ojos, algo que han hecho posible los avances en instrumental científico.
Estudios anteriores sugerían que los ojos de las estrellas de mar eran sensibles a la luz, lo que posiblemente le de al animal una idea de la ubicación de puntos oscuros y luminosos en su mundo subacuático.
Hogar dulce hogar
Pese a la confirmación de que las estrellas de mar pueden ver, los animales no tienen la reputación de tener una buena vista.
«La imagen que se forma en el ojo de la estrella de mar es muy rudimentaria», afirma el coautor del estudio, Garm. «Solo tiene unos 200 píxeles». Pero, según él, es suficiente para que la estrella de mar azul reconozca estructuras grandes e inmóviles.
Esta especie está estrechamente vinculada a los arrecifes de coral. Si se adentran en las llanuras arenosas que los rodean, podrían ser incapaces de encontrar alimento y finalmente morirían de hambre. Por eso es muy importante que estos animales puedan localizar un arrecife, probablemente el único gran objeto estático en las inmediaciones de la estrella de mar.
Unas trotamundos
«Las estrellas de mar tienen ojos compuestos, como los de los artrópodos como los insectos o las langostas, pero ese es el único parecido», afirma Gam. Por ejemplo, las estrellas de mar azules no tienen cristalino, a diferencia de los artrópodos.
Para su estudio, Garm y su equipo combinaron medidas físicas de los ojos con experimentos relacionados con el comportamiento. Una de las medidas dio a los investigadores una idea de la amplitud del campo de visión de la estrella de mar: lo suficientemente amplio para distinguir un arrecife de coral frente a ellas.
Una segunda medida estudiaba la capacidad de los ojos para la resolución de imágenes. «Un cristalino puede ayudarte a crear una imagen con mejor resolución o puede ayudarte a acumular más luz», explicó Garm. Como los ojos de las estrellas de mar azules carecen de cristalinos, las imágenes que forman son bastante turbias.
Sus observaciones de la conducta consistían en sacar a estrellas de mar azules de un arrecife de coral cerca de Okinawa, Japón, para comprobar si los animales eran capaces de regresar.
Las estrellas de mar trasladadas a aproximadamente un metro del arrecife volvieron a casa prácticamente en línea recta. Pero los animales colocados a entre dos y cuatro metros de distancia deambularon en trayectorias aleatorias.
Las estrellas de mar colocadas durante la noche a un metro de distancia del arrecife también deambularon de forma aleatoria, probablemente porque no podían ver el arrecife, según Garm.
Visión de futuro
Las investigación sobre la capacidad visual de las estrellas de mar está en pañales, según dijo Mah. Pero le encantaría comprobar si la visión tiene una función importante en otras especies de estrella de mar.
«La estrella girasol (Pycnopodia helianth), que vive en las costas del Pacífico, es una depredadora rápida y eficaz que suele verse persiguiendo y tragándose a sus presas», explicó. A Mah le gustaría saber si la vista cumple una función en la capacidad de este gran animal para capturar a sus presas.
Garm y sus colegas tienen la vista puesta sobre una gran especie de estrella de mar, pero no es la estrella girasol. En su lugar, Garm planea estudiar el sistema visual de la corona de espinas (Acanthaster planci), responsable de devorar importantes áreas de arrecifes de coral en las costas de Australia y Asia.
«Estaría bien [saber] si usan la vista para ver el arrecife», afirmó Garm. Espera emplear la información para proteger zonas como la Gran Barrera de coral frente a esta voraz depredadora. Si Garm puede averiguar cómo detecta el arrecife la corona de espinas, los investigadores podrían o bien evitar que los animales lo hagan o bien diseñar trampas que las atraigan para atraparlas antes de que diezmen un arrecife.
«Existe un vacío enorme en nuestro conocimiento básico de animales marinos ecológicamente importantes, como las estrellas de mar», dijo Mah.
Ahora, ese vacío parece ser un poco más pequeño.