Una nueva especie de tiburón descubierta en las profundidades del Atlántico
El descubrimiento del tiburón de seis branquias atlántico aporta más información sobre los tiburones en su conjunto y podría contribuir a futuras iniciativas de conservación.
Los tiburones son un grupo de animales misteriosos y poco estudiados. A veces, el miedo que les tenemos impide que nos acerquemos demasiado a ellos. En otras ocasiones, los moradores del océano sencillamente están fuera de nuestro alcance, ya que algunas especies viven a profundidades extremas a cientos de metros bajo la superficie del mar.
«Es una población muy enigmática», afirma Blake Chapman, bióloga marina y experta en tiburones de la Universidad de Queensland, Australia. «Este tipo de tiburones son un grupo de animales muy poco conocidos».
Pero, pese a estas probabilidades, todavía surgen investigaciones sobre los escualos.
Recientemente, los científicos del Instituto Tecnológico de Florida han confirmado que existe una nueva especie de tiburón de seis branquias. Esta especie, que recibe el nombre de tiburón de seis branquias atlántico, habita en las profundiades del océano Altántico, así como en partes del Índico y el Pacífico. Sus ancestros se remontan a hace más de 250 millones de años, 20 millones antes de la era de los dinosaurios.
Los hallazgos se publicaron la semana pasada en la revista Marine Biodiversity.
Un misterio molecular
La profesora de biología del Instituto Tecnológico de Florida Toby Daly-Engel escuchó rumores acerca de la nueva especie cuando etiquetaba cañabotas grises (Hexanchus griseus) en la Universidad de Hawái. Mientras analizaba muestras de ADN, descubrió que las que se enviaban al laboratorio no coincidían del todo con las de las especies que ya tenía.
«Esperábamos que hubiera algunas de la especie más pequeña, pero entonces encontramos unas que eran totalmente diferentes», afirma Daly-Engel. «Nos tropezamos con una secuencia de ADN extraño que era muy diferente a cualquier otra cosa que hubiéramos observado».
Así que Daly-Engel decidió colaborar con colegas de todo el mundo para investigar el ADN de los tiburones. Trabajó con MarAlliance en Belice, el National Marine Fisheries Service y organizaciones de toda Florida. El equipo internacional analizó 1.310 pares de bases de dos genes mitocondriales para comprobar si existían suficientes diferencias moleculares con las muestras de la cañabota de ojos grandes (Hexanchus nakamurai). Con sus resultados pudieron renombrar la variedad atlántica de esta especie, llamándola Hexanchus vitulus.
«Aún podemos encontrar este tipo de fuentes enigmáticas de diversidad», afirma Daly-Engel.
Los tiburones de seis branquias, también conocidos como tiburones vaca, son moradores abisales que se parecen a sus parientes grises con forma de torpedo que habitan aguas menos profundas. Pueden alcanzar los 8 metros de largo, tienen dientes inferiores serrados y, como su nombre indica, seis branquias. Otros tiburones solo tienen cinco branquias.
Hasta ahora, había dos especies de tiburones de seis branquias: el tiburón de seis branquias gris o cañabota gris y la cañabota de ojos grandes. Los tiburones de la familia de seis branquias pueden parecerse entre sí, y la variedad atlántica se parece a la especie Hexanchus nakamurai. Sin embargo, los investigadores descubrieron variaciones a nivel molecular. Además, el tiburón de seis branquias atlántico mide casi 2 metros de largo, por lo que es mucho más pequeño que sus parientes indopacíficos de 8 metros.
Preparándose para el futuro
A George Burgess, director emérito del Programa de Investigación sobre Tiburones de Florida, no le sorprendió que el equipo de Daly-Engel descubriera una nueva especie. Los tiburones han vivido durante cientos de miles de años adaptándose a su entorno. Las condiciones abisales apenas cambian y las aguas frías y oscuras no se ven particularmente afectadas por el cambio climático.
«Hemos descubierto que son una especie semejante», afirma Burgess. «Con análisis minuciosos empleando ADN, hemos descubierto que son una [nueva] especie».
De todas las especies de condrictios —tiburones, rayas y quimeras— cerca de un 48 por ciento vive en el mar profundo. La ciencia conoce a menos del cinco por ciento de estas escurridizas especies. Con el descubrimiento continuo de nuevas especies, tiene sentido que algunas aparezcan en las aguas del océano.
«Sabemos muy poco sobre ellas, así que el descubrimiento de esta especie nos ayuda a entender la evolución de los tiburones en su conjunto», afirma Chapman. «Conocer a estos animales un poco mejor nos da oportunidades prometedoras».
Este hallazgo aporta más información para entender la diversidad de los tiburones, particularmente en el océano profundo, y podría ser útil en iniciativas de conservación. Los animales que viven en el océano profundo son más longevos, según Burgess, pero también suelen tener ritmos de crecimiento demográfico más lentos porque se reproducen lentamente. Esto los hace vulnerables a los entornos cambiantes y a la presión de la pesca.
El sector pesquero, que amenaza a los ecosistemas marinos poco profundos, se está extendiendo a aguas más profundas. Esto amenaza a animales que solo pueden vivir en estos hábitats fríos y oscuros, y la sobrepesca podría tener consecuencias más graves para esta especie, ya que las criaturas abisales no se reproducen tan rápidamente.
«Necesitamos tener mucho cuidado con la pesca en aguas profundas», afirma Burgess.