Las especies de animales con los nombres más espeluznantes

De cangrejos Halloween a murciélagos vampiros, estas son las criaturas con nombres más espeluznantes.

Por Benji Jones
Publicado 29 oct 2018, 13:31 CET

Los gusanos pueden parecer inofensivos. Pero ¿y un gusano con un hocico en forma de flor y devorador de huesos? Esta criatura es en realidad una especie real de gusano marino cuyo nombre científico es Osedax mucofloris. Es uno de los pocos animales con un nombre que te helará hasta los huesos.

En este caso, su título es preciso y descriptivo: el cuerpo del gusano, cubierto de mucosidades y con aspecto similar al de una flor, puede observarse en cadáveres de ballenas, su desayuno, comida y cena de cada día. Puede decirse lo mismo del piche llorón, una especie de armadillo que grita de verdad.

Otros nombres atemorizantes están vinculados solamente al aspecto de cada animal. Y demuestran una inclinación por la mitología. Un ejemplo es el calamar vampiro, traducido de su nombre científico Vampyroteuthis infernalis. El cefalópodo no es ni un vampiro —no chupa sangre— ni un calamar. El nombre procede de los inusuales ojos azules, la piel roja y las membranas con aspecto de capa que tiene entre los brazos este morador de las profundidades.

Decenas de animales más se clasifican en la misma categoría, como el gecko cola de hoja satánico, la mantis diablo y la hormiga fantasma. Cada una de ellas posee algún rasgo físico, ya sean protuberancias cornudas o extremidades translúcidas, lo que les concede un lugar en el inframundo animal (metafórico).

Estos nombres hacen referencia a monstruos o mitología, mientras que otros ponen de manifiesto el miedo hacia los propios animales. El nombre Ursus arctos horribilis se le dio al oso grizzly, por ejemplo, como guiño al horripilante encuentro de Meriwether Lewis con el enorme animal durante la expedición de Lewis y Clark. También está el Crotalus horridus horridus, o «cascabel espeluznante espeluznante», un tipo de serpiente de cascabel tan terrorífica que tuvieron que ponerle dos nombres. (Bueno, no exactamente: el nombre doble permite a los científicos distinguirla de otras subespecies.)

Sin embargo, independientemente de lo terroríficos que sean sus nombres, estos animales apenas amenazan a los humanos. Los murciélagos vampiro han mordido a personas ocasionalmente. Lo mismo ocurre con los «horribles» grizzlies. Pero la realidad es que estos osos —como otros animales de su lista— necesitan protección de los humanos, y no al revés. En su mayoría, estos nombres se escogen porque capturan la imaginación de los científicos y, cómo no, del público general.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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