¿Cómo sacian su sed las serpientes marinas?
Agua por todas partes y ni una gota para beber. Así es la vida de las sedientas serpientes marinas que, a pesar de todo, han encontrado la forma de salir adelante.
La mayoría de las serpientes marinas amarillas pasan toda la vida en el mar. Rara vez salen a tierra, donde son vulnerables, ya que sus colas y vientres adaptados a la navegación marina hacen que reptar les resulte difícil. Armadas con un potente veneno, vagan a la deriva en un vasto territorio que abarca gran parte de los mares del mundo, navegando en las corrientes y cazando peces cerca de la superficie.
Al igual que otros reptiles, estas criaturas necesitan beber agua para sobrevivir. ¿Cómo sacia su sed un animal rodeado de agua salada?
Antes, se creía que estas sierpes bebían el agua salada de su hábitat. «El dogma anterior de los libros de texto era que las serpientes marinas bebían agua salada y excretaban el exceso de sales empleando glándulas de sal sublinguales», afirma Harvey Lillywhite, biólogo de la Universidad de Florida.
Investigaciones recientes han demostrado que eso es falso y un nuevo estudio sugiere que las serpientes marinas amarillas (Hydrophis platurus) se rehidratan en el mar bebiendo agua de lluvia acumulada en la superficie del océano.
Agua, agua por todas partes...
La investigación de Lillywhite y sus colegas ha demostrado que varias especies de serpiente marina no beben agua salada pura aunque estén deshidratadas. Y, aunque las serpientes marinas poseen glándulas que secretan la sal, son proporcionalmente pequeñas y segregan el mineral poco a poco, de ahí que sean incapaces de proporcionar a los animales el agua dulce que necesitan.
Un nuevo estudio, publicado este mes en la revista PLOS ONE, demuestra que las serpientes encuentran agua dulce. En mayo de 2017, Lillywhite y sus colegas se encontraban en Costa Rica para estudiar las serpientes, periodo durante el que la estación seca de seis meses acabó súbitamente con un diluvio. Los investigadores capturaron 99 serpientes marinas amarillas durante el viaje, antes y después de la llegada de la lluvia.
Llevaron a las serpientes al laboratorio y les ofrecieron agua dulce, descubriendo que el 80 por ciento de los ejemplares capturados antes de las lluvias aceptaban la bebida, mientras que, durante los cinco días siguientes de tiempo lluvioso, ese porcentaje descendió continuamente entre las serpientes capturadas más recientemente. Finalmente, solo el 10 por ciento de las serpientes capturadas aceptaron la oferta de rehidratarse, un descenso drástico en solo cuestión de días.
«Si una serpiente bebe, tiene sed», afirma Lillywhite. «Si una serpiente tiene sed, está deshidratada. Si está deshidratada cuando la sacan del mar —durante la estación seca—, significa que no bebe agua de mar, como sostienen los libros de texto».
¿Ni una gota para beber?
Como había menos serpientes marinas sedientas cuando la estación seca se convirtió en estación húmeda, las serpientes debían haber saciado su sed de alguna forma. Cuando la lluvia cae, la parte más alta de la superficie del agua se diluye, creando una «cámara» de agua dulce temporal que no se mezcla de inmediato con el agua salada. Si la salinidad desciende lo suficiente, las serpientes marinas pueden beber la capa superficial y rehidratarse tras meses sin agua.
Los resultados respaldan observaciones previas en el laboratorio que demuestran que las serpientes marinas dependen del agua dulce, pese a su hábitat de agua salada. Pero al descubrir cómo explotan los animales las condiciones meteorológicas temporales para acceder a un recurso tan vital como el agua potable, los investigadores han identificado la procedencia del agua dulce que beben en la naturaleza.
«Este estudio me pareció muy interesante», afirma Vinay Udyawer, ecólogo marino del Instituto Australiano de Ciencias del Mar que no participó en este estudio. «Aporta información fascinante de un aspecto rara vez observado de la biología de las serpientes marinas».
Para Udyawer, los resultados revelan la importancia excepcional del agua dulce en las vidas de las serpientes marinas como grupo, aunque pasen toda la vida en agua salada.
Esta dependencia del agua dulce «suele limitar sus distribuciones, y las poblaciones de serpientes marinas suelen ser muy irregulares y están cerca de fuentes de agua dulce como desembocaduras de ríos, estuarios o manantiales», afirma Udyawer.
Udyawer explica que un animal completamente a merced de las corrientes marinas, como la serpiente de mar amarilla, debe tener algún método para hidratarse lejos de estas fuentes de agua terrestres. Los hallazgos no solo revelan cómo estas serpientes marinas pueden sobrevivir largos periodos en el mar, sino que también sugieren que otros vertebrados marinos podrían saciar su sed de esta forma.
Pero la dependencia de fenómenos meteorológicos transitorios como precipitaciones en el mar podría ser aún más peligroso ante el cambio climático global actual, que traerá consigo sequías más largas e intensas. Según Lillywhite, los animales podrían morir de sed si ya no pueden contar con las precipitaciones.
Lillywhite explica que un siguiente paso fundamental sería ver serpientes marinas bebiendo directamente de acumulaciones de agua dulce en el mar, algo que será difícil de observar.
Kanishka Ukuwela, bióloga evolutiva de la Universidad Rajarata en Sri Lanka que tampoco participó en este estudio, afirma que el artículo ha planteado preguntas más fascinantes.
«Si las serpientes marinas dependen tanto del agua dulce, entonces ¿se acumulan en puntos con agua dulce poco después de las lluvias? ¿Siguen las precipitaciones? Y, de hacerlo, ¿cómo lo hacen? Dichas cuestiones solo pueden responderse con estudios más innovadores, como estos».
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.