Fotografían una insólita cebra salvaje con albinismo
Según los expertos, estas imágenes confirman que una cebra con albinismo puede sobrevivir en la naturaleza.
El 17 de febrero, el fotógrafo Sergio Pitamitz quería fotografiar cebras en plena migración cerca de un abrevadero en un tranquilo valle del parque nacional del Serengueti, en Tanzania. Mientras decenas de estos animales entraban lentamente en el claro, avistó algo inusual en medio de la manada: un toque de blanco.
«Al principio, pensé que era una cebra que se había manchado de tierra», afirma Pitamitz. Pero cuando el animal se adentró en el agua y empezó a beber, vio que el polvo no se desprendía. Empezó a fotografiar con emoción.
Es probable que esta cebra de color dorado tenga albinismo parcial, una afección que rara vez se observa en cebras, según confirman varios científicos, entre ellos Greg Barsh, genetista del Instituto de Biotecnología HudsonAlpha.
Albinismo parcial significa que el animal tiene menos melanina —un pigmento natural presente en la piel— que las cebras normales. Como consecuencia, las rayas tienen un color más pálido.
«No se sabe nada sobre el albinismo en cebras», afirma Barsh por email. Estos animales son tan extraños que, a pesar de algunos avistamientos en estado salvaje, solo se ha confirmado su existencia en cautividad. Unas cuantas decenas de cebras parcialmente albinas viven en una reserva privada del parque nacional del monte Kenia. Otra, llamada Zoe, nació con esta afección en Hawái y pasó toda su vida en un santuario hasta que falleció en 2017.
Según él, el avistamiento indica que la variante genética responsable del albinismo parcial podría tener una distribución más generalizada de lo que se creía en Kenia y sus alrededores.
Una más de la manada
Las fotografías de Pitamitz «nos confirman que los animales con esta afección pueden sobrevivir en estado salvaje [y] que, aparentemente, las cebras “normales” las aceptan», afirma Barsh.
Ren Larison, biólogo de la Universidad de California, Los Ángeles, que ha recibido financiación de la National Geographic Society señala que las cebras macho «rubias» en la reserva privada del monte Kenia se comportan «como sementales con harenes», las agrupaciones habituales en las cebras con un solo macho y varias hembras.
Y, según Barsh, en la naturaleza hay otros tipos de cebras con una coloración diferente (como cebras manchadas y cebras que parecen tener más rayas negras) que también encajan bien dentro de la manada. Este tipo de cebras de aspecto insólito colocan la cabeza las unas en las otras, se aparean y, en general, presentan el comportamiento normal de las cebras.
Pero aunque la aceptación social no suponga un problema, Barsh y Larison dicen que es posible que las cebras salvajes parcialmente albinas experimenten cambios en lo que a autoprotección se refiere. Aunque no conocemos exactamente todas las funciones de las rayas oscuras de las cebras (no existen pruebas de que las rayas disuadan a los depredadores o actúen como camuflaje, por ejemplo), existen pruebas sólidas de que sus rayas ahuyentan a los tábanos.
Tim Caro, ecólogo evolutivo de la Universidad de California, Davis, que ha estudiado ampliamente la relación entre las rayas de las cebras y los tábanos, dice que es posible que las franjas de color claro no consigan disuadir a los tábanos tan eficazmente como las rayas oscuras normales.
Aunque no sabemos a ciencia cierta cómo de oscuras deben ser las rayas para obstaculizar a los tábanos, el hecho de que existan tan pocas cebras «doradas» indica que es probable que el rasgo sea perjudicial en algún sentido, según Caro.
En la oscuridad
El albinismo parcial o total se ha estudiado mucho en animales domésticos: ratones, caballos o cobayas, por ejemplo, y también en humanos. Pero, según Barsh, lo que sabemos sobre el albinismo en animales domésticos no resulta de utilidad para tratar de comprender los efectos del albinismo en la supervivencia en estado salvaje.
Según dice, intentar comprender una anormalidad en un animal al que apenas podemos acercarnos es todo un reto. Aunque la población cautiva de Kenia es suficiente para estudiar la genética, dice que son bastante asustadizas y es complicado tomar muestras de sangre.
Para Sergio Pitamitz, cuyas fotos han ayudado a ampliar nuestro conocimiento sobre el albinismo en cebras salvajes, fotografiar a esa cebra «dorada» fue como ganar la lotería (por segunda vez). Hace dos años, fotografió a un felino salvaje negro extremadamente raro.
«La fotografía de vida silvestre va de pasión y paciencia», afirma Sergio. «Pero, a veces, la suerte ayuda».
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.