Rechazan la propuesta para liberalizar el comercio de cuerno de rinoceronte
Las partes de CITES han votado contra las propuestas de Esuatini y Namibia para flexibilizar el comercio de rinocerontes vivos y partes de rinoceronte.
En la XVIII Conferencia de las Partes de CITES, el tratado sobre el comercio de fauna y flora silvestres, que se está celebrando en Ginebra, Suiza, los países han votado en contra de disminuir las protecciones de los rinocerontes blanco del sur. El comercio internacional de partes de rinoceronte ha estado prohibido desde 1977, pero en la conferencia de este año, Esuatini (antes Suazilandia) y Namibia propusieron flexibilizar las restricciones en sus respectivos países. La votación aún debe refrendarse en la sesión plenaria, cuando se adoptarán oficialmente todas las propuestas de cambios a los apéndices aprobadas en comité.
«Me alentó y me alivió ver que las partes rechazaban rotundamente la propuesta a favor de la legalización del comercio internacional de cuerno de rinoceronte», afirma Taylor Tench, analista de políticas de fauna silvestre para la Agencia de Investigación Ambiental. «Las poblaciones de rinocerontes siguen sometidas a una enorme presión por la caza furtiva y el comercio ilegal, y la legalización del comercio de cuerno de rinoceronte habría resultado desastrosa para las poblaciones de rinoceronte restantes... Este no es el momento para reducir las protecciones de los rinocerontes».
A otros países, como Kenia y Nigeria, les preocupa que la legalización del comercio afecte a la supervivencia de los rinocerontes salvajes de África.
«La humanidad puede sobrevivir sin cuerno de rinoceronte», declaró un representante de Kenia durante el debate. «No es una medicina».
Aunque se consideraba extinto a finales del siglo XIX, hoy en día la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que determina el estado de conservación de las especies, clasifica al rinoceronte blanco del norte como especie casi amenazada. Según la UICN, quedan unos 18 000 en áreas protegidas y en reservas de caza privadas, casi todas en Sudáfrica. Los rinocerontes negros, que son más pequeños y tienen un labio ganchudo, no cuadrado, se clasifican como especie en peligro crítico de extinción, con solo unos 5000 ejemplares. Se distribuyen principalmente por Namibia, Sudáfrica, Tanzania y Kenia.
En 2005, Esuatini permitió el intercambio no comercial de rinocerontes vivos y de trofeos de caza, pero no de cuerno de rinoceronte. El país planteó una propuesta fallida para liberalizar el intercambio comercial de cuerno de rinoceronte en la última Conferencia de las Partes de CITES, en 2016. La población de rinocerontes blancos de Esuatini llegó a 90 ejemplares en 2015, pero tras una de las peores sequías en la historia reciente del país, descendieron a solo 66 en diciembre de 2017. Este año, el país repostuló una propuesta para permitir el intercambio comercial de sus rinocerontes, incluido el cuerno y otras partes. La medida fue rechazada en una votación por voto secreto 25-102.
Por su parte, Namibia propuso que CITES trasladara a los rinocerontes blancos del sur del Apéndice I al Apéndice II, con una anotación que permitiera el comercio de rinocerontes vivos y la exportación de trofeos de caza. Aunque en teoría esta medida flexibilizaría las protecciones, los conservacionistas declararon que no tendría ninguna consecuencia significativa en la práctica, ya que Namibia ya permite el intercambio no comercial de rinocerontes vivos y trofeos de caza conforme al Apéndice I.
En la propuesta, Namibia sostenía que su población ya no merece la protección máxima de CITES y que la restricción que impedía la exportación por «propósitos principalmente comerciales» ha impedido que el país genere ingresos para la conservación. Entre 2008 y 2018, Namibia exportó 27 rinocerontes blancos a Angola, Cuba, la República Democrática del Congo y Sudáfrica. La propuesta de Namibia prevé la creación de un «acceso a un mercado mucho mayor de rinocerontes blancos», sobre todo con su principal socio comercial, Sudáfrica. El país tiene casi mil rinocerontes y, según la secretaría de CITES, la población está «aumentando».
«Nos preocupa mucho que la restricción comercial injustificada de la población de rinocerontes blancos de Namibia, de no retirarse, solo prive a Namibia de los recursos que necesita para gestionar sus poblaciones», afirmó un representante de Namibia durante el debate.
Sin embargo, según Tench, los rinocerontes de Namibia corren peligro por la caza furtiva, que se ha intensificado desde 2014. La propuesta fue rechazada por un estrecho margen en una votación 39-82.
Cada año, los furtivos cazan cientos de rinocerontes —una media de casi tres al día, según Tench—, principalmente por sus cuernos. El cuerno de rinoceronte, hecho de queratina (la misma proteína que compone tus uñas y tu pelo), suele utilizarse como un remedio milagroso en la medicina tradicional de China, Vietnam y otras partes de Asia. Según Tench, como los rinocerontes blancos del sur son mucho más abundantes y viven en hábitats más abiertos, se han llevado la peor parte de la caza furtiva.
Esuatini afirma que tiene casi 330 kilogramos de cuerno de rinoceronte almacenado, con un valor comercial de 8,9 millones de euros. En su propuesta sostiene que los ingresos procedentes de las ventas de ese cuerno de rinoceronte se habrían destinado a las iniciativas de conservación.
«El dinero está en el meollo del asunto», declaró un representante de Esuatini durante el debate. «Si no se dispone de financiación para protegerlos, los rinocerontes seguirán muriendo».
La liberalización del intercambio comercial de cuerno de rinoceronte, según Tench, tendría consecuencias desastrosas. Podría haber originado un mercado ilegal paralelo, estimulado una nueva demanda de cuerno de rinoceronte, incrementado la caza furtiva y creado una carga para los agentes de la ley, que soportan la responsabilidad imposible de distinguir el cuerno de rinoceronte legal del ilegal. «En última instancia, provocaría una nueva ola de demanda que se satisfaría con el aumento de la caza furtiva. Y Esuatini no es un país que pueda proveer cuerno de rinoceronte a nivel internacional. Tienen 66 rinocerontes».
Es más, el comercio de cuerno de rinoceronte es ilegal en China y Vietnam, donde existe demanda de cuerno de rinoceronte, lo que hace que los conservacionistas se pregunten: ¿quién habría respondido a la oferta de Esuatini de intercambio de cuerno de rinoceronte?
Ni China ni Vietnam han declarado intención alguna de legalizar el comercio, aunque China coqueteó con la idea el pasado octubre, cuando el gobierno anunció que el cuerno de rinoceronte y el hueso de tigre podrían usarse de forma legal en la investigación médica o en la medicina tradicional. Poco después, un alto cargo anunció que China pospondría el levantamiento de la prohibición de las partes de rinoceronte y tigre, a la espera de futuros estudios.
«La sugerencia de que el cuerno de rinoceronte de Esuatini tiene valor es falsa, porque lo proyectan basándose en su valor en el mercado negro y en la suposición de que se reabrirán dichos mercados ilegales», afirma Matt Collis, director de política internacional en el Fondo Internacional para el Bienestar Animal, una organización defensora del bienestar animal y la conservación que trabaja para impedir la caza furtiva de rinocerontes.
Collis sostiene que no está claro qué esperaba conseguir Namibia con esta propuesta, ya que conforme a la normativa actual, en el país se permite el intercambio no comercial de rinocerontes vivos y trofeos.
Por eso afirma que este habría sido un primer paso hacia la liberalización del comercio en el futuro, ya que la propuesta habría trasladado a los rinocerontes de Namibia al Apéndice II.
«Su motivación no queda muy clara, a no ser que sea con fines a más largo plazo», afirma Collis.
Más adelante, Collis afirma que los conservacionistas deben ayudar a los países que soportan la carga de proteger a estas especies a encontrar otras formas de financiar sus iniciativas. «Se necesita un esfuerzo coordinado por parte de la comunidad internacional para ofrecer formas de financiación alternativas», afirma.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.