¿Por qué sacrifica Australia miles de camellos y dromedarios salvajes desde helicópteros?
Sacrificar 10.000 animales salvajes ha sido la controvertida medida que han puesto en marcha las autoridades australianas ante la grave sequía que sufre el país.
A lo largo de los últimos cinco días, equipos de francotiradores profesionales han disparado desde helicópteros a 10.000 camellos y dromedarios salvajes debido al extremo calor y la grave sequía que arrastra la región desde hace años, que obliga a cientos de animales a congregarse alrededor de los pocos puntos de agua dulce que abastecen a las comunidades aborígenes más remotas.
Los líderes indígenas de la comunidad de Anangu Pitjantjatjara Yankunytjatjara (APY), hogar de unas 2.300 personas en Australia Meridional, denunciaron a las autoridades que tanto dromedarios, como camellos y caballos salvajes destrozan sus infraestructuras en su búsqueda de agua.
Introducidos en Australia en el siglo XIX desde regiones como India y Afganistán, estas especies, cuyo objetivo en un principio era realizar transportes y trabajos pesados, pronto se extendieron y plagaron un ecosistema sin depredadores naturales y a rebosar de vastos territorios sin presencia humana.
Los expertos calculan que más de un millón de camellos y dromedarios habitan el centro y el sur de la isla, y su población se duplica cada 9 años, causando pérdidas de hasta 10 millones de dólares australianos (más de 6,1 millones de euros), según datos de Camelscan.
"Los camellos son brillantes para sobrevivir en el desierto australiano. Su introducción fue una idea genial en el corto plazo, pero un desastre en el largo", afirma el explorador Simon Reeve en declaraciones a la BBC, donde explica la gran cantidad de agua que beben y los estragos causados a su paso por los poblados.
Especies invasoras introducidas por los humanos
Incapaces de gestionar la magnitud del número de camellos que se congregan alrededor de las fuentes de agua, el Ministerio del Ambiente y del Agua del estado de Australia del Sur ha subrayado en un comunicado la gran importancia de que estos lugares no se vean contaminados por los animales por tratarse de la fuente de vida de las comunidades indígenas.
El gerente de las tierras de los APY, Richard King, afirmó en declaraciones a ABC que los animales serían sacrificados cuando se acerquen en enormes grupos a las fuentes de agua. “Eso nos brinda una oportunidad para cazarlos cuando están todos juntos, porque normalmente se desplazan por el desierto en manadas más pequeñas”.
Además del Camelus dromedarius y el Camelus bactrianus, docenas de especies como el caballo, el zorro, el perro o la cabra han sido introducidas en Australia desde otros países, poniendo en riesgo su peculiar fauna endémica y el equilibrio de sus ecosistemas.
En esta línea, las críticas por la controvertida medida piden no añadir más presión a las pérdidas que la fauna está viviendo a raíz de la fuerte sequía y los descorazonadores incendios, pidiendo acciones positivas y a largo plazo sobre el terreno para proteger a las personas y a la biodiversidad.
El año más caluroso y seco de la historia de Australia
La temperatura media nacional anual ha aumentado 1,52 ºC sobre el promedio 1961-1990, según la Declaración Climática Anual 2019 del Gobierno de Australia. Además, el pasado mes de noviembre fue el más seco registrado en 120 años, con temperaturas de llegaron en el sur de Australia a los 49,9 ºC, récord de la historia del país.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el pasado martes que los devastadores incendios han tenido lugar tras el año más caluroso y seco de la historia de Australia, “causando una devastación masiva en la vida silvestre, los ecosistemas y el medio ambiente”.
Un 11% menos de precipitaciones en los últimos meses del sureste australiano y 1ºC de aumento de temperatura desde 1910 Los incendios han provocado también “una calidad del aire peligrosa en las principales ciudades de Australia, han impactado a Nueva Zelanda y han enviado humo a la deriva a miles de kilómetros a través del Pacífico hacia América del Sur”.
El fuego que arrasa los bosques libera “contaminantes nocivos que incluyen partículas y gases tóxicos como el monóxido de carbono, los óxidos de nitrógeno y los compuestos orgánicos no metanos a la atmósfera”, alerta la OMS. Según el Servicio de Monitoreo Atmosférico (CAMS) de la Unión Europea, los incendios ya han liberado 400 megatones de dióxido de carbono a la atmósfera.
La sequía y los graves incendios son la devastadora huella que está dejando el cambio climático en Australia. Así lo afirma el informe del estado del clima de Australia 2018, emitido en 2019, que confirmó un "aumento a largo plazo en el clima extremo de incendios y en la duración de la temporada de incendios, en grandes partes de Australia".
“El cambio climático y el aumento de las temperaturas están contribuyendo a estos cambios”, dijo el informe de la Organización de Investigación Científica e Industrial de Commonwealth (CSIRO) y la Oficina Australiana de Meteorología.
Mientras el gobierno toma controvertidas medidas drásticas y los bomberos tratan de sofocar los miles de incendios que arrasan el país, imparables debido la sequía y las altas temperaturas, el pronóstico sobre el aumento de las temperaturas y la sequía continúa siendo desolador.