Diez momentos enternecedores entre padres animales y sus crías

De los pingüinos emperadores a los micos nocturnos, los padres animales invierten mucho esfuerzo en criar a sus hijos, pese a que a veces los eclipsan las madres.

Por Brian Handwerk
Publicado 22 jun 2020, 13:11 CEST

En el ámbito de los cuidados parentales en animales, los padres no reciben tanto amor como las madres. No vemos fotos de osos polares acurrucados con su padre ni a una cría de nutria dormitando sobre el vientre flotante de su padre.

Es cierto que muchos padres animales solo aportan sus genes y poco más. En algunas especies, las acciones de los padres pueden no parecer paternales en absoluto: a veces, lémures, leones y osos grizzly matan a las crías que no han engendrado.

Con todo, la experta en comportamiento animal Jennifer Verdolin, autora del libro Raised by Animals, sostiene que muchos padres animales han sido minimizados y marginados por la sociedad.

«Prevalece la narrativa de que las madres son las que cuidan y que, cuando el padre lo hace, es como un milagro», afirma.

Con todo, los padres protegen nidos, empollan huevos, defienden madrigueras y territorios, alimentan bocas hambrientas, transportan a las crías a su espalda y juegan con sus hijos. Sus métodos y papeles son tan variados como las propias especies, pero muchos de estos padres tienen algo en común: están unidos a las hembras.

«Normalmente, se observan muchos cuidados por parte del macho cuando padre y madre tienen una relación estrecha, y el padre puede estar relativamente seguro de que pasa tiempo cuidando de crías que ha engendrado», explica Eduardo Fernández-Duque, antropólogo biológico y explorador de National Geographic. «De lo contrario, ¿por qué pasar tiempo con las crías si su pareja lo ha engañado?».

Los cuidados biparentales suelen ser más habituales en especies con crías que se desarrollan de forma externa, como las aves, ya que es más práctico que ambos progenitores compartan la carga. «Los mamíferos tienen una situación diferente a la de los peces o las aves por la lactancia y el embarazo, que solo puede llevar a cabo la madre», afirma.

Con todo, en otros casos los padres básicamente van por libre. Incluso en especies emparejadas, a veces los arreglos parentales se traducen en la ausencia de la madre, como el caso de los pingüinos emperadores, cuyos padres se quedan solos durante meses.

Demos a estas especies el reconocimiento que se merecen por darlo todo por la paternidad.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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