El perezoso gigante podría haber vivido en grandes grupos durante el Pleistoceno
Un reciente estudio arroja luz a la historia del perezoso gigante y sugiere que pudo haber vivido en grupos en la Región Pampeana hace aproximadamente 20.000 años.
Reconstrucción de un grupo social de Lestodonarmatus.
Los megamamíferos constituyeron un importante componente en la fauna de América del Sur hasta su extinción en algún punto entre el Pleistoceno tardío y el Holoceno temprano. A partir del estudio de materiales de colecciones antiguas y de nuevos hallazgos, durante los últimos años han salido a la luz múltiples datos que arrojan luz sobre la historia de los perezosos terrestres gigantes, entre otros animales. Sin embargo, diversos aspectos de su existencia todavía no han sido abordados en detalle, tales como patrones de crecimiento, hábitat, enfermedades o comportamiento social.Ahora, un reciente estudio publicado en la revista Scientific Reports sugiere que un género de perezosos terrestres de gran tamaño pudo haber vivido en grupos en la Región Pampeana hace aproximadamente 20.000 años.
“Desde hace varios años trabajamos con la fauna de este sitio y siempre nos intrigó la gran cantidad de restos correspondientes al perezoso gigante Lestodonarmatus (Mammalia, Xenarthra), que se encontraban depositados en diferentes colecciones paleontológicas de Argentina”, explica a National Geographic España Rodrigo Tomassini, principal autor del estudio y científico del Instituto Geológico del Sur-CONICET (Argentina).
“La observación detallada de los materiales nos permitió identificar la presencia de al menos 13 individuos de distintas edades”
En el marco de este nuevo estudio, el descubrimiento de “varios individuos de una misma especie, correspondientes a distintos estadíos ontogenéticos y posiblemente también distinto sexo, que murieron juntos debido a un evento catastrófico, nos permitió proponer que la asociación recuperada representaba parte de un grupo social y que, por lo tanto, al menos en algunos momentos, Lestodonarmatus tenía hábitos gregarios y formaba manadas”.
El Lestodonarmatus es un perezoso terrestre gigante cuyo peso oscilaba entre los 3.400 y los 4.100 kilogramos. Junto al resto de la megafauna, habitó el sur de América del Sur durante gran parte del Pleistoceno hasta su extinción, evento cuyo debate aún atrae diversas opiniones sobre su relación con la actividad humana.
Casi 300 restos fósiles
Gracias al análisis de casi 300 restos fósiles del perezoso gigante, todos ellos procedentes de un mismo nivel estratigráfico que aflora en un área muy pequeña, los autores del estudio han podido acercarse al gregarismo de Lestodonarmatus y establecer su antigüedad aproximada en 19.850 años a través de una datación radiocarbónica.
“La observación detallada de los materiales nos permitió identificar la presencia de al menos 13 individuos de distintas edades, juveniles, adultos y seniles, y probablemente también distinto sexo”, afirma Tomassini. “Sobre esta base indagamos otros aspectos de su biología, siguiendo diferentes líneas de investigación”.
“Al menos en algunos momentos, 'Lestodonarmatus' tenía hábitos gregarios y formaba manadas”
Aunque los restos fósiles de esta especie están presentes en varios yacimientos de Argentina, Uruguay, Brasil, Bolivia y Paraguay, la actividad de este estudio se centra en la Playa del Barco, en la Región Pampeana, donde han sido hallados numerosos yacimientos fosilíferos con restos de vertebrados de los últimos 10 millones de años.
Ubicado en la costa Atlántica, al sur de la provincia de Buenos Aires, Playa del Barco es un destacado escenario conocido, ya desde inicios del siglo XX, por la abundancia de mamíferos fósiles correspondientes al Pleistoceno; particularmente al final del Último Máximo Glacial, momento próximo a la extinción de la megafauna.
Enmarcado en el Gran Intercambio Biótico Americano
“Playa del Barco se caracteriza por la presencia de grandes mamíferos herbívoros y carnívoros, tanto endémicos de América del Sur como inmigrantes de América del Norte, que arribaron durante el Gran Intercambio Biótico Americano”, explica Tomassini.
Este importante evento paleozoogeográfico ocurrió hace entre 3,1 y 2,7 millones de años, cuando un intenso intercambio de organismos entre Norteamérica y Sudamérica tuvo lugar a causa de la formación del Istmo de Panamá. Llamado GABI por sus siglas en inglés, supone uno de los pilares de la investigación del proyecto de National Geographic que lidera la paleontóloga española Laura Domingo y enmarca a su vez el reciente estudio sobre el Lestodonarmatus.
“El apoyo de la National Geographic Society ha resultado fundamental para poder llevar adelante estos trabajos que incluyen la participación de investigadores de diferentes países”, afirma Tomassini. “En este caso en particular, además, permitió realizar distintos análisis de campo y laboratorio incluidos en el estudio
En este contexto, las diferentes líneas de investigación seguidas en este nuevo estudio del perezoso gigante arrojan luz en diversas direcciones. Por un lado, el análisis de la microestructura ósea ha brindado información sobre el patrón de crecimiento a lo largo de los distintos estadíos ontogenéticos, así como las paleopatologías registradas reflejaron las lesiones que sufrían algunos individuos a nivel de la columna vertebral y extremidades, fundamentalmente aquellos de avanzada edad y gran masa corporal.
Un evento de mortandad catastrófica
Por otro lado, este nuevo estudio también nos acerca un poco más al conocimiento de la dieta del perezoso gigante: los datos isotópicos de los fósiles mostraron que esta especie tuvo una amplia flexibilidad en su dieta. Por último, la preservación de los restos tras la muerte de los individuos sugiere que parte de elementos óseos que constituyen sus esqueletos se perdieron, mientras que otros, los que se preservaron, fueron rápidamente enterrados cerca del lugar de muerte.
“El apoyo de la National Geographic Society ha resultado fundamental para poder llevar adelante estos trabajos”
Así, la evidencia obtenida a partir de estas diferentes líneas de investigación, sugiere que la agrupación de los fósiles Lestodonarmatus de Playa del Barco “se habría originado a partir de un único evento de mortandad catastrófica”, explica el autor. “En este caso, no se pudo determinar la causa de este acontecimiento; algunas opciones posibles incluirían sequía, inundación repentina, enfermedades, pero no encontramos evidencias claras, ni en la asociación ni en los niveles portadores para realizar inferencias al respecto”.
La extinción de la megafauna
En relación a la coexistencia de esta especie con grupos humanos, existe un constante debate en relación entre la extinción de la megafauna sudamericana hacia el Pleistoceno tardío-Holoceno temprano y la influencia que pudo haber tenido la actividad humana en este fenómeno.
“En la Región Pampeana, existen evidencias de aprovechamiento de otro perezoso gigante, Megatheriumamericanum, así como también de otros grandes mamíferos como gliptodontes y caballos”, explica Tomassini. Según el experto, aunque en Uruguay sí existen interpretaciones del Lestodonarmatus vinculadas a la actividad humana, los restos de Playa del Barco no presentan evidencias de haber sido aprovechados por humanos. “Esto es coherente con la edad de la asociación, la cual tiene varios miles de años más de antigüedad en relación con la edad propuesta para el arribo de los primeros grupos de humanos a la Región Pampeana”, explica.
Si bien a lo largo del tiempo se ha indicado la existencia de diferentes especies de este perezoso gigante durante el Pleistoceno, actualmente tiene aceptación la propuesta de que el Lestodonarmatus constituye la única especie válida. “Aún teniendo en cuenta la relevancia de este taxón en la megafauna de América del Sur, realmente no hay estudios detallados que comparen restos de Lestodonarmatus procedentes de distintas regiones, y que permitan evaluar diferencias paleobiológicas y paleoecológicas”, explica Tomassini. “Este es un punto interesante a indagar a fin de lograr más detalle en el conocimiento de la historia evolutiva de este taxón”.