Este raro puma blanco pone de relieve una peculiaridad de la especie
«Puede que no aparezca otro puma blanco en mi vida», dice un científico sobre el inusual puma macho avistado en el Bosque Atlántico de Brasil.
Un puma con leucismo en el parque nacional Serra dos Órgãos, en el sureste de Brasil, el 5 de julio de 2013. No han vuelto a ver al animal desde entonces.
Recientemente han resurgido las fotografías de un joven puma macho recorriendo el parque nacional Serra dos Órgãos en el sudeste del Bosque Atlántico de Brasil. Las fotografías, sacadas en 2013, fueron el primer caso confirmado de un puma salvaje con leucismo, una mutación genética da a la mayor parte de su cuerpo un color blanco.
«Eso demuestra lo raro que es», dice Luke Hunter, director ejecutivo del programa de grandes felinos de la Wildlife Conservation Society y autor del libro Wild Cats of the World. «Es un conjunto sorprendente de fotografías».
Las alteraciones de color genéticas, como el albinismo y el leucismo, son relativamente comunes en los felinos silvestres, pero por motivos desconocidos apenas se han documentado en pumas, un depredador cuyo hábitat se extiende desde Canadá hasta Chile, la mayor área de distribución norte-sur de cualquier felino salvaje.
Por ejemplo, el melanismo, un excedente del pigmento negro conocido como melanina, se da en 14 de las 40 especies conocidas de felinos salvajes, pero nadie ha documentado nunca un puma negro, ya sea en cautiverio o en la naturaleza. En cuanto al albinismo, que consiste en que los animales no pueden producir ningún tipo de pigmento —de ahí sus ojos rosados—, solo existen dos registros de tales pumas, explica Hunter: uno en un zoológico y un animal salvaje acorralado por cazadores en el oeste de los Estados Unidos. Y además del puma brasileño, sólo se ha documentado otro ejemplo de un puma con leucismo: una foto sacada en un zoológico desconocido, señala Hunter.
«Puede que no aparezca otro puma blanco en mi vida», dice.
Poca variabilidad
En general, los pumas exhiben muy poca variabilidad en lo que respecta a los colores del pelaje, que en su mayoría son tonos marrones y grises terrosos y apagados.
Hunter dice que nadie sabe por qué los genes responsables de los cambios de color son tan raros en la especie.
«Mi suposición es que el antepasado distante de los pumas tenía una coloración uniforme y que eso se ha mantenido en la especie desde entonces», explica. «Pero eso es solo una consecuencia de la aleatoriedad de la mutación, la tirada de los dados genéticos».
Después de que se sacaran las fotos, los investigadores esperaban capturar al felino brasileño para realizarle un análisis genético, pero según Cecília Cronemberger de Faria, analista ambiental del parque nacional donde se avistó al puma, no lo han vuelto a ver.
«El proyecto de vigilancia con cámaras trampa se reanudó el año pasado, pero aún no tenemos ningún nuevo registro de este animal ni de cualquier otro puma con un color extraño», escribió hace poco en un email a National Geographic. Cronemberger de Faria es la coautora del informe de 2018 de CATnews, una publicación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, que describía al animal.
Aunque es improbable que la falta de variabilidad de color de los pumas esté vinculada a alguna ventaja o desventaja evolutiva, hay una teoría que sostiene que las panteras negras, un término genérico que se refiere a cualquier gran felino de pelaje oscuro, pueden beneficiarse del camuflaje que ofrece un color más oscuro.
Por ejemplo, los leopardos negros abundan en las densas selvas tropicales de la Malasia peninsular, pero no en los desiertos de Asia Central, lo que sugiere que los pelajes negros son una ventaja en hábitats con poca luz.
Un estilo de vida normal
Los autores del estudio de CATnews también plantean la posibilidad de que el puma con leucismo pueda ser una señal de endogamia en el diezmado Bosque Atlántico, donde las poblaciones de pumas están más fragmentadas. La UICN clasifica a los pumas como «preocupación menor», aunque sus poblaciones están descendiendo en muchos lugares —Brasil incluido— debido a la pérdida de hábitat y la falta de presas.
Pero como no se ha avistado ningún otro animal con leucismo, «hay muchas dudas», afirma Hunter.
Añade que es improbable que el pelaje pálido del puma con leucismo le suponga una desventaja: como depredador por emboscada, dependerá de la masa vegetal para acercarse a un mamífero pequeño antes de atacar. Señala que la caza sería más difícil si el puma blanco persiguiera ciervos en las llanuras abiertas del oeste de los Estados Unidos.
En cuanto a su capacidad para encontrar pareja, «estoy casi seguro de que a un puma hembra no le importaría», dice entre risas.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.